Capitulo 19

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Había llegado a su casa esa misma noche luego de haberse ido con su padre al terminar las clases y lo primero que hizo fue arrojarse a la cama para descansar y calmar sus emociones. Tony, luego de mirar durante un instante la casa de Stephen a través de su ventana, cuestionándose si debía ir a verlo o no, optó por no molestarlo esa noche y quedarse en su casa, solo.

Solo, pensó, sintiendo un peso extraño en el pecho.

Suspiró en la oscuridad al pensar en lo fácil que era en él que sus emociones cambiaran drásticamente cuando pensaba en sus momentos de soledad y en la ausencia de quienes debían ser los pilares más importantes en su vida. Cualquier persona que viera su expresión se daría cuenta rápidamente que era una cansada y, a la vez, desganada, porque él ya no quería pensar en sus malos momentos, pero a veces era casi inevitable. Aunque ni así se privaba de hacer cosas del instituto y armar y desarmar cosas que tenía en su casa, como modelos a escala de maquinas de sus padres. Pensarlo así, a varias horas de tener que juntarse con Stephen para ayudarlo con Matemáticas, hacía que le resultara casi imposible dormir.

Por momentos, se cuestionaba si sería buena idea que justo fuera él quien lo ayudara, porque el moreno iba a ser capaz de darse cuenta de su estado de ánimo. Si lo veía por ese lado, Tony se dio cuenta de que Stephen terminaría preguntándose qué rayos le pasaba. Aunque por otro lado, cuando le ofreció su ayuda, la respuesta le llegó casi de inmediato. A él tampoco se le pasó por alto el gran alivio que Stephen sintió cuando le dijo que estaba dispuesto a ayudarlo, cosa que, si fuera otro estudiante, lo haría decir que no quería perder su sábado estudiando para la materia que más odiaba, pero dado que ninguno de los dos hacía mucho si no salían con los demás, no tenían nada que perder. Al verlo de esa forma, no pudo evitar sonreír levemente y suspirar de nuevo, más tranquilo esta vez. Y también lo había hablado con su padre ese mismo día que se vieron para informarle que si no le escribía tanto, era porque seguramente estaría con Stephen. El hombre se mostró bastante comprensivo y le deseó suerte, para sorpresa de su hijo, que seguramente estaba esperando algo como «espero que eso no retrase tus estudios» o «sólo será una pérdida de tiempo para ti». Por primera vez, dejó que Tony manejara la situación a su antojo.

De todas formas, haber ido a verlo ese mismo día no fue tan terrible como pensaba que iba a seguir siendo. A pesar de que había pasado poco tiempo, Howard estaba demostrando que de verdad podía llegar a cumplir su rol de padre después de todo. A veces, Tony tenía la sensación de regresar momentáneamente a su infancia, en la época en que sus padres estaban más con él y podían disfrutar de un momento sin trabajo.

Y de golpe, se dio cuenta de que aún no había podido hablar y tratar de «hacer las paces» con su madre. Desde hacía meses estuvieron esquivando el tema y tratando de no meter a su padre en las conversaciones que tenían para evitar que fuera más incómodo de la que ya era.

Cerró los ojos y trató de dormir, aunque se le estaba haciendo cada vez más difícil, cosa que le estaba empezando a molestar. No quería tomar una pastilla, porque sentía que entonces estaba más cerca de volverse dependiente a ellas. Aún era muy joven para eso, prefería esperar años hasta hacerse viejo. Pero cuando no tomaba una, los pensamientos de su madre volvían a aparecer, haciendo que un dolor de cabeza menor comenzara. Pepper solía decirle lo mismo. Ninguno quería que Tony estuviera medicado, no era algo placentero, para nada. Podía ver claramente la mirada preocupada de su mejor amiga, y por un momento, Tony temió haber comenzado a alucinar. Pero no, sólo eran sus propias ideas molestándolo de nuevo.

-Cálmate, mañana ayudarás a Stephen a estudiar y todo estará bien-se dijo para tratar de no preocuparse más.

Se dobló un poco y se tapó los oídos. Sentía las voces cada vez más cerca de él. Se sentía como un niño pequeño en medio de una tormenta eléctrica, solo, sin nadie que lo ayudara.

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