Eran las diez de la mañana. Desde mucho antes, habiendo llegado al instituto incluso, Stephen no había sido capaz de cambiar su expresión apagada y agotada, aunque sí había estado hablando con Christine y Wong sobre algunas clases, cosa que hizo que sus dos amigos se percataran de que no quería tocar el tema en ese momento. Decidieron dejarlo en paz. Por lo poco que les dijo, había visto a Tony en la mañana, cuando estaba llegando. Sin embargo, el castaño sólo lo miró con el ceño fruncido y fue a encontrarse con Pepper. Él suspiró y se adentró en el instituto para llegar al aula y quedarse ahí.
Wong y Christine intercambiaron una mirada. Su amiga le puso una mano en el hombro y le dije que, cuando necesitara hablar, sabía que podía contar con ellos. Sin decir más nada, se fue del aula donde estaban, diciendo que debía resolver unas cosas.
Por su lado, Wong quedó con Stephen, diciendo que estaría ahí si tenía que decirle algo que no le dijo a la chica. El moreno lo miró por un momento y suspiró suavemente. Sabía perfectamente que no tenía nada que esconderle a Wong. Él sería la última persona que iba a andar por los pasillos divulgando rumores o hablando con los demás de algo que no quería que contara.
—Hablé con mi mamá sobre el asunto—admitió Stephen.
— ¿Cómo lo tomó?—preguntó Wong. Parecía casi impresionado.
—Al principio se vio un poco... sorprendida, podría decirse. Luego, me dijo que, en realidad, casi se lo estaba esperando, porque desde primaria que jamás me ha costado mucho. Le dije por qué y... hablamos.
— ¿Sobre...?
—Bueno, ella dijo que... le recordó a mi padre—dijo Stephen, con la mirada ensombrecida—. Me contó que, cuando estaban en la universidad, él también hizo algo parecido, con la diferencia de que iban a lugares diferentes y él iba a otro lugar para recibir ayuda. Ella era de las personas que ayudaban.
—Vaya... Y ¿dijo algo más?
—Sólo me abrazó, dijo que estaba todo bien... y bromeó diciendo que es una lástima que Tony tenga una preferencia, ya que sería buen yerno.
Ambos rieron suavemente ante el comentario. Cualquiera mentiría si dijera que ni siquiera Stephen se había esperado esa reacción por parte de su madre. Tampoco creía que se iba a enojar, pero sí que al menos le iba a caer un sermón de su parte, y ni eso llegó. Durante todo lo que quedaba del día anterior, antes de que ella se fuera a trabajar, estuvieron hablando un poco sobre su padre, Eugene. A pesar de que Stephen quería olvidarlo, sabía que aún debía ser difícil para su madre, ya que ellos se habían conocido cuando eran muy jóvenes, así que el tema del divorcio no debía ser fácil para ella tampoco. Había momentos en los que Stephen creía ver a su madre vulnerable como nunca la había visto en el momento de hablar de su padre. Creía que lo único que podía llegar a ser la mente de la mujer era una larga lista de dolor emocional. Beverly le dijo varias veces que su cabeza muchas veces la atormentaba, como cuando alguien hace algo malo sin intención y el recuerdo no sale de su mente hasta que lo cuenta. Stephen había comenzado a sentir un sabor acido en la boca, parecido al que uno tiene cuando muerde un limón como si fuera una manzana por un reto estúpido, el molesto zumbido en sus oídos que parecía entrar por uno y salir por el otro sin parar, los leves temblores que sentía en las manos. Todo con sólo escuchar las historias de su madre con su padre. Nada había sido algo realmente malo, pero el escuchar de sus labios que todo había estado bien antes y que luego fuera el propio Eugene quien decidió cortar por lo bueno al hablar con ellos e irse al poco tiempo, no hacía que Stephen pudiese estar tranquilo.
Stephen podía decir que quería olvidarlo, pero un lado de él nunca dejaba realmente de preguntarse qué cosas pasaron antes de su nacimiento. A veces, el pensamiento era tan insoportable que terminaba por querer pegarle a algo. Wong le preguntó hasta que punto podía llegar eso y él le contestó que, si le respondía, seguramente le mentiría y eso era algo que quería evitar a toda costa. Obviamente, su amigo no pudo evitar mirarlo con una ceja arqueada ante ese comentario, provocando que Stephen suspirara y murmurara un «ni me lo digas» bastante desganado.
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Plan de amor
FanfictionA veces, se tiene más en común con una persona de lo que uno mismo cree. Y en la adolescencia, puede ser donde más se descubran los sentimiendos, el dolor y la amistad de verdad. Sin embargo, nada se puede conseguir si no es con esfuerzo y un plan d...