Volviendo a casa todo fue muy cómico, nos despedimos de las chicas y felicitamos a Sean. Fue un acto hermoso. Con Camila lloramos la mitad del evento, no podíamos estar mas orgullosas de él.
Al llegar a casa, Sean lo primero que hizo fue ir a jugar con leo y con Camila nos fuimos a sentar al sillón unos momentos con una copa de vino y viendo American horror story; era mi serie favorita y a pesar de que a ella no le gustaban las series así, las veía porque le parecía interesante pero hoy era mi día. Era algo que hacíamos nosotras como una tradición. Cada noche veíamos un capítulo de nuestras series favoritas, hoy me tocaba a mi y mañana el de ella.
- ¡Ay! Nooo -se escondió en mi cuello en el momento en que apareció bette y dot, las siamesas- ¡Me dan miedo!
Reí y adelante esa parte, Camila les tenía un miedo especialmente a ellas y a pepper. En realidad eran escalofriantes pero bueno, nada que hacer.
Después de media hora el capítulo finalizó y subí a ver a Sean quien estaba durmiendo con leo a sus pies, cuando abrí la puerta el perro levantó la cabeza pero se volvió a acomodar para dormir, sonreí y me acerqué a la cama para darle un beso de buenas noches.
- Está dormido -ella asintió con la mirada perdida, espero que eso no sea por la serie- ¿Qué pasa?
- Mañana iré donde mi madre...
La mire y no dije nada; me alegro por ella, es decir, que sea capaz de afrontar lo que ella afronta no es fácil pero ella es una mujer fuerte y estoy segura de que todo saldrá bien. Sino, yo estaría allí para sostenerla.
- Lauren, dime algo...
- Algo -me miro seria y me incline para que se apoyara en mi hombro- Estoy feliz por ti, amor... ¿quieres que te acompañe?
- Solo a la entrada; quiero enfrentarme a ella sola
- Entiendo, todo va a salir bien, ¿me oyes? -asintió y pego sus labios suavemente a los míos empezando un beso dulce y tranquilo sin necesidad de llegar a más-
- Lauren -la mire a los ojos- Yo quiero hacer algo pero no sé si estés de acuerdo...
- Dime, cariño
- Yo quiero, pues verás... sobre los invitados de la boda yo tenía una idea en mente, quizás yo podría pues... ya sabes
- ¿Invitar a tus padres? -asintió con los ojos cerrados- Cariño, es nuestra boda, puedes invitar a quien tu quieras
- Claro pero únicamente yo he estado hablando de eso, Lauren, literalmente, tu no opinas nada -dijo en un tono algo irritado y frunció el ceño-
- ¿Y eso te molesta acaso? -dije separándome de ella y mirándola-
- ¡De hecho si! Porque prácticamente actúas como si no te importara y...
- ¡Espera! ¿¡Estas diciendo que NUESTRA boda a mi no me importa?! -dije empezando a perder la calma-
- ¡Si! Dios, Lauren, cada opinión que te pido la dejas a mi imaginación, es como si no te interesará lo que fuera a pasar, ¡incluso nuestras amigas han estado más pendiente de ello!
- ¡Maldita sea, Camila! ¡Lo hago únicamente porque adoro verte feliz y ver que decidas lo que te acomoda!
- ¡Bueno, no me gusta que lo hagas! -ambas estábamos gritando a este punto-
- ¡De haber sabido que me estresarías tanto no te hubiera propuesto matrimonio! -después de esa frase claramente me arrepentí pero ya era tarde, el silencio que se formó hizo que mis ojos se llenarán de lágrimas, aquel silencio era tan jodidamente tenso-
- Repítelo
- Camila no... yo... -dije con la voz temblorosa-
- Quizás no debiste hacerlo...
Paso por mi lado con los ojos llorosos y di un pequeño grito tomando un vaso, no me di cuenta en cuando lo apreté tan fuerte y provoque que se quebrara en mi mano, di otro grito un poco más fuerte y profundo.
- ¡Ah! Joder -me acerqué al lavado y puse mi mano bajo el agua fría viendo como borbotones de sangre salían y estas desaparecían a medida que bajaba, cerré los ojos con fuerza. Me ardía como la mierda y llore con más intensidad recordando la estupidez que dije- ¡Maldita sea!
Cerré el agua y mire el piso viendo las gotas de sangre que habían caído, suspiré y subí las escaleras para ir a nuestro cuarto. En el baño estaba el único jodido botiquín de emergencia que había en toda la casa. Abrí la puerta y vi a Camila sentada en el borde de la cama quitándose uno de sus pendientes. Baje mi mano sosteniéndola y apretándole con la otra, camine rápido a la puerta del baño. La empuje con la espalda y la cerré dándole una patada suave con mi pie izquierdo.
- Ok... ¿Dónde esta esa mierda? -abrí los cajones laterales y saque esa maldita caja que pensé que nunca ocuparía en mi vida- Idiota, Lauren... te lo mereces por pendeja
Volví a lavar la mano y había parado un poco el sangrado. Abrí la caja y saque una gaza, iba a colocarla pero unos toques en la puerta me detuvieron.
- Voy a entrar -no respondí pero aun así entro. Miro mis ojos y desvió su mirada a mi mano, suspiro y me indicó sentarme en el váter- ¿Qué te paso? -pude ver sus ojos ligeramente rojos y me maldecí por ponerla triste y hacerla llorar-
-Se me quebró un vaso... -dije en voz baja-
La vi sacar una botella pequeña. Alcohol. Ni siquiera me lo había echado y ya prácticamente estaba quejándome. Echo de golpe una buena cantidad que escurrió a mis pantalones.
- ¡Auch! Camila -quise quitar la mano pero ella la apretó entre sus dedos-
- No te quejes, te lo mereces -hasta yo me sorprendí de lo fría que salió su voz-
- Si -carraspee- Lo lamento mucho
Asintió terminando de ponerme la gaza. Salió del baño sin decir una palabra, me miré en el espejo.
- Imbécil... ya verás como lo arreglas -me dije a mi misma-
Antes de salir del baño pase mis manos por la frente negando con un suspiro profundo. Mis palabras salieron con tanta furia que ni siquiera deberían haber sido dirigidas a Camila. Si la dejaba hacer todo a ella era porque adoraba ver su sonrisa de niña pequeña al ver que podía comprar lo que fuera de su gusto.
Salí del baño y de inmediato me puse mi pijama viendo a Camila acostada de espaldas a mi lado. No me abrazará esta noche. Pero tengo un método bajo la manga.
- Buenas noches -dije y la sentí removerse un poco quedando boca arriba mirando el techo-
- Buenas noches -apague mi luz acomodándome para quedar tapada hasta el cuello-
- ¿Sabes que? -movió su cara hacia mí- Quedé pensando en las siamesas de la serie...
Me miró y negó cerrando los ojos que apenas distinguía pero la luz de la luna que se colaba por la ventana me permitía ver sus gestos.
- Aun así me imagino si se aparecieran en la noche... dicen que es mejor abrazar a alguien por si vienen... ya sabes... abrazada a alguien no te podrán llevar
No dijo nada y se volvió a voltear. Negué algo triste pero no me queje, fui una completa imbécil.
No me di la vuelta y seguí mirando su espalda. Cerré mis ojos y en cuestión de minutos ya estaba entrando en sueño hasta que siento unas manos rodear mi cintura y su cabeza meterla en el espacio de mi cuello haciéndome cosquillas cuando respiraba.
- Esto no cambia nada -la sentí decir, la pegue mas a mi besando su frente y volviendo a dejar que se 'escondiera' en mi cuello. Disfrutaba estos momentos porque sabía que por la mañana todo cambiará. Camila enojada es difícil de tratar y más por lo que dije, incluso espere que me golpeara porque hasta yo misma lo hubiera echo- Lauren... la próxima vez que vuelvas a hablarme de bette y dot antes de dormir te romperé la cara de un mangazo
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Changed by love
RandomFue mi primera historia así que tomen en cuanta que tiene muchas faltas de ortografía y incoherencias... sorry jajaja Camila Cabello: 23 años, secuestrada por Austin a los 19 años, vive en una habitación reducida junto a su hijo, desea con toda su v...