Cuando desperté Camila no estaba a mi lado. Refregué mis ojos y me baje de la cama, hoy será un largo día.
Fui directo al baño, lave mis dientes y mi cara, después baje a la cocina.
Espero que lo que pedí llegará.
- Buenos días, mami -sonreí y me acerqué a su silla dándole un beso. Me atrajo en un abrazo y susurro en mi oído- ¡Feliz día!
Disimuladamente cerré mis ojos disfrutando el momento. Primera vez que pasaba esto, primera vez que me felicitaban por ser mamá. Se sentía increíble...
- Gracias, campeón -rió y se dispuso a seguir comiendo- ¿Dónde está mamá?
En eso justo entro Camila sonriendo de oreja a oreja.
- Hola -dijo mirándome-
Solo eso y pasó por mi lado.
- Mmh, gracias Lauren, me encantaron las flores -asentí con la mirada baja terminando de hacerme el café-
- ¿De que hablas? Fue un regalo de Sean... -medio sonrió al escucharme y se volteó para lavar un vaso-
Tome dos sorbos y vi también la valija que le compré a mi madre. Comprobé que todo estuviera bien y volví a la cocina.
- ¿Irás donde tu madre? -asentí y dejé mi taza en el lavado. Ya no quedaba rastro de lo sucedido ayer con mi mano, al parecer Camila lo había limpiado-
- Supongo que... Feliz día -dije mirándola a los ojos-
- Feliz día para ti también... -Sean llegó corriendo con 2 hojas en la mano. Nos dio una a cada una y dijo que era nuestro regalo. Era hermoso, éramos nosotras y él con una frase 'las mejores del mundo, las amo'- Gracias, Sean
Lo levante abrazándolo a mi y Camila limpiaba sus lágrimas. Abrí mi brazo y ella se acercó rodeando mi cintura y dándole un pequeño beso a Sean.
Luego de unos minutos, él se fue corriendo a jugar con su perro; guarde mi dibujo y Camila subió a cambiarse ropa, me senté en el sillón y me largue a llorar.
Eran tantos sentimientos guardados, ira. Dolor. Felicidad, todo junto, lágrimas caían por mis mejillas. Sentía felicidad por lo sucedido con Sean; Ira por ser tan imbécil y decirle eso a la mujer de mi vida y dolor porque me afecta no besarla o abrazarla en todo momento. Como esas palabras causaron tanto impacto me enfurece porque si pudiera devolver el tiempo... en un millón de años las hubiera dicho.
Mis sollozos llenaban la habitación, me maldecía a cada instante, tape mis ojos con mis manos y una pequeña mano tocó mi espalda.
- No llores, mami... -reí entre lágrimas y lo abrace- Te quiero
- Yo también, pequeño
Luego de unos momentos, íbamos saliendo todos juntos y en la entrada había un tipo con traje. Me maldecía mentalmente porque sabía para qué venía.
- Buenos días -dijo con una sonrisa- ¿Camila Cabello y Lauren Jauregui? -asentimos y de su bolso sacó unos sobres abultados- Solo deben firmar aquí -lo hicimos y el guardo todo- Felicidades por la boda...
Dio media vuelta y mire a Camila quien tenía los ojos llorosos con una pequeña sonrisa triste mirando las invitaciones de la boda.
- Camila... -me iba a acercar a ella pero retrocedió negando-
- Ahora no, Lauren -subió al auto y la seguí subiendo mis lentes-
El camino fue horriblemente silencioso, solo se escuchaba la música y el tarareo de Sean en el asiento trasero.
Al llegar a mi casa. Camila bajó a Sean y yo los regalos de mi madre. Golpee la puerta y me abrió mi padre con una sonrisa.
- Hola -nos saludo a todos y cargo a Sean sus brazos desapareciendo por la sala-
- Donde esta ma... -apareció con una gran sonrisa y deje las cosas en el suelo acercándome y abrazándola fuertemente- Feliz día, mamá
El abrazo se alargó por unos minutos hasta que mi sollozo corto el momento.
- ¿Estás bien, hija? -me separe asintiendo y secándome las lágrima, mi madre se desvío a Camila quien limpiaba sus propias lágrimas y volteo saliendo de la casa- ¿Qué paso con Camila?
- Que la cague, mamá... hice algo horrible
- Lauren... ¿Qué hiciste? -negué y voltee dándole sus cosas, viéndola emocionada y dándome un abrazo efusivo- ¡Gracias! Era justo lo que quería, hija...
Me beso la mejilla y les pedí dejar a Sean ahí para ir con Camila donde sus padres.
En el auto ella estaba con la mirada perdida, ni siquiera me miro en cuando subí. Carraspee y la mire
- ¿Qué quieres ir a comprarle? -volteo a verme-
- Flores
Asentí y conduje hasta la florería a la que siempre iba.
- Es aquí... -ella salió del auto y la seguí-
- Puedo ir sola -negué y solo la seguí, no me gustaba que andará sola en estas partes-
- ¿Lauren? -levanté la vista y vi a Samantha- Tanto tiempo
Salió de detrás del mostrador y me abrazo, correspondí y sonreí con felicidad por primera vez en el día, estuve recordando las semanas en que ella me llenaba de palabras de aliento para siguiera adelante y no me echara a morir.
- ¿Cómo estas? -asentí con media sonrisa y ella pellizcó mi mejilla-
Era de edad similar a la nuestra pero creo que es mayor por un par de años.
- ¿Y que desean? -Camila ya tenía las flores y el dinero en la mano, lo tendió y salió de la tienda dejándome dentro- Wow... ¿andabas con ella? -asentí con un suspiro- y cuéntame, ¿Cómo esta tu chica?
- Bueno, la acabas de conocer -entreabrió los labios y apuntó hacia afuera; asentí de nuevo-
- ¡Lauren, es genial! Te dije que iba a despertar, estoy tan feliz por ustedes -sus ojos fueron la sinceridad pura-
- Gracias por el apoyo, Sam... -ella negó, dio media vuelta sacando una rosa y dándomela-
- Para tu chica... Al parecer está algo enfadada
- Gracias por todo
- Ven a visitarme, ingrata -carcajee y me despedí de ella, fue un gran apoyo para mi. Cada flor que le lleve a Camila las eligió Sam y siempre me daba un mini-discurso dándome ánimo, eso pasaba cada mañana que venía aquí, sin falta-
Subí al auto con una pequeña sonrisa y la rosa en la mano, Camila la observó de reojo y apretó la mandíbula, puse en marcha el auto y decidí romper la tensión en un semáforo
- No me esperaste -dije en voz baja- Esto es par...
- Claro que no te espere si estabas coqueteando con esa -dijo en tono neutral-
- ¿De qué hablas? Ella e...
- Da igual, Lauren... a cada lugar que vamos conoces a una chica -negué con tristeza y abrí mi ventana dejando caer la rosa que era para ella; sentí su mirada asombrada por lo que acababa de hacer ya que se imagino que me la habían dado a mi- Lauren...
- Ya llegamos...
Ella tragó saliva y miro la casa frente a ella; estaba pálida. Abrió la puerta y rápidamente me incliné cerrándola y viendo su mirada confusa. Pensé... no importa como estemos, ella siempre va a necesitar mi apoyo
- Hey... -tome su cara entre mis manos- Recuerda que pase lo que pase te voy a apoyar... ve y demuéstrales que eres fuerte y no te pudieron pasar a llevar... tranquila, estaré aquí cuando vuelvas... -se inclinó a besarme pero desvié la cara y su beso aterrizó en mi mejilla-
Salió del auto y suspire. No me lo merecía, no merecía que me besara fingiendo que no hice nada porque no es así.
Mirarla a los ojos es ver lo estúpida que fui y el daño que cause, aún no estoy lista para perdonarme a mí misma...
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Changed by love
RandomFue mi primera historia así que tomen en cuanta que tiene muchas faltas de ortografía y incoherencias... sorry jajaja Camila Cabello: 23 años, secuestrada por Austin a los 19 años, vive en una habitación reducida junto a su hijo, desea con toda su v...