POV Camila
Mis pasos eran lentos. El ramo de rosas en mi mano me ponía nerviosa, al momento en que llegue a la puerta respire hondo y di 3 toquecitos en esta, subí mis lentes de sol y fueron segundos en los que la puerta se abrió. Fue como en cámara lenta.
- Camila -susurro y abrió más la puerta aun en shock- ¿Q..que haces a..aquí?
- Feliz día... -sonrió entre lágrimas y asintió tomando el ramo que le tendí, fue a la cocina y las puso en agua, mientras, yo daba vueltas por la casa sonriendo con tristeza al recordar todos los momentos que viví aquí-
- Toma asiento... -me senté en los pequeños sofa's que aún estaban-
- ¿Dónde esta Alejandro? -ella se encogió de hombros y la mire confusa-
- No lo sé... hace 5 días dijo que saldría del país...
- ¿Y donde fue? -no respondió y no indague más. Mire su rostro. Estaba ligeramente más arrugado y pálido, su sonrisa ya no era la misma, tampoco su mirada-
- ¿Y como han estado?
- Bien... -se formó un silencio incómodo- Sinu, yo... -ella me miró con tristeza- Yo venía a darte algo... pero lamento decirte que solo es para ti -asintió y abrí mi bolso sacando el pequeño papel color crema. Se lo tendí y ella lo inspeccionó detalladamente y luego puso la mano en su boca- Quería que fueras... yo... es decir, eres mi madre y eso... pero no quiero que Alejandro vaya -dije en un susurro y se limpió las lagrimas-
- Gracias,, hija... esto significa mucho para mi y... -tosió fuertemente y levanté la vista- Te quiero mucho
Volteo un poco y volvió a toser, sacó un paño de su bolsillo y tosió con él en la boca, me dio una sonrisa cuando termino pero aún así vi las ligeras gotas de sangre en el blanco papel.
- Sinu... -me acerqué a ella y abrí el papel viendo lo que sospechaba- ¿Qué tienes?
- Nada, estoy bien... -sonrió y la mire desconfiada- Gracias por venir, Camila
Asentí y me levante.
- Supongo que estaremos en contacto... debo irme, Lauren me espera afuera
Me despedí de ella con un beso en la mejilla pero no me pude sacar de la mente lo que vi, es posible que esté enferma... ¿pero de que?
Salí de la casa y caminé al auto, mire por la ventana y Lauren estaba dormida, la observe con una sonrisa, por más que trate de enojarme con ella, no puedo. Su forma de ser tan tierna me baja las defensas.
Golpee ligeramente la ventana y ella dio un salto frotándose el ojo, negué y subí por mi lado.
- ¿Estás bien? -asentí- ¿Cómo fue todo?
- Mejor de lo que pensé
Luego de eso todo fue silencio, aún me recrimino mentalmente por el ataque de celos que le hice a Lauren. Yo la imbécil pensando que la rosa se la había dado la tipa esa.
El pitido del teléfono de Lauren sonó y me miró.
- ¿Contestas? -saque el teléfono de su bolsillo y vi la pantalla reflejada con el nombre de su padre.
Solo llamaba para decir si Sean podía pasar la noche ahí ya que se les hizo tarde viendo una película, accedí y cortó la llamada. Lauren seguía concentrada en el camino y yo la curiosa fui a su galería. Sonreí como imbécil al ver que cada una de las fotos pertenecía a mi cara y a la de Sean, incluso tenía una carpeta con mi nombre.
- Invades mi privacidad... -levanté la vista hacia ella-
- Claro que no... -baje del auto al ver que ya había aparcado- Ten
Lo tomó en sus manos y entramos a la casa; cuando colgábamos las chaquetas mire sus labios, de hace 1 día que no los probaba, era un récord.
- Estaré en mi oficina
Conocía perfectamente el porque Lauren iba ahí, y era mayormente cuando estaba triste o estresada.
Di vueltas por la casa, comí y fui a recostarme un rato.
Pedí pizza y vi la hora. Literal, Lauren pasó toda la tarde ahí, ya que, eran las 9, subí las escaleras a paso lento, pase las habitaciones de huéspedes que en su mayoría estaban desocupadas y solo cuando venían las chicas estaban habitadas porque se quedaban allí.
Abrí la gran puerta de su oficina y note que estaba con audífonos, camine hacia ella sin que me viera y vi lo que dibujaba. Era la mitad de mi cara, estaba tan bien hecho. Tenía marcados mis rasgos tan perfectamente que parecía una fotografía.
Me paralice en el momento que escuche un sollozo. Lauren estaba llorando. Toque su hombro y se sobresaltó quitándose los audífonos pero no volteó y por el movimiento de sus manos deduje que estaba limpiando sus lágrimas.
- Dime... -volteo y tenía los ojos rojos y hinchados-
- Pedí la cena... ¿quieres venir conmigo? -dudo un poco pero asintió y se levantó dejándome a la vista su dibujo, camino pero me quedé ahí parada; supongo que se dio cuenta que no avance porque volvió a mi lado con el ceño fruncido- ¿Soy yo?.... -la respuesta era más que obvia pero quería escucharlo de sus comibles labios-
- Claro que eres tú... -dijo en voz baja y tomé el cuaderno hojeando y observando todo con cariño, me sorprendí porque absolutamente todos los dibujos eran de mi, mi cara. Mi ojo. Mi cuerpo, hasta incluso mis labios y manos- Lo sé, parece psicópata pero realmente tu rostro es interesante...
- No, no... de hecho, me gusta -seguí mirando algunos y cada vez me sorprendía más a medida que avanzaba- Se que soy hermosa pero con estos dibujos quedo pequeña
-Que modesta eres, Karla -la mire entrecerrando los ojos-
- Ya va... vamos a comer
Bajamos y cuando íbamos por el último peldaño pensé en tirarme en su espalda pero me arrepentí a último momento.
Empezamos a comer casi sin dirigirnos la palabra y era realmente incómodo. Lauren de cierto modo se ha sentido culpable aunque de hecho, lo es, pero en mi mente proceso lo dicho y se que no lo dijo con mala intención, ya que, debo admitir que yo también me pase en lo que le dije.
- Lauren, ya es hora -dije una vez que terminamos-
- ¿De que?
- Hoy es mi día... ¿lo recuerdas?
Tome su mano arrastrándola hasta la sala, puse la serie que veía yo. The Orange is the new black, estaba obsesionada con esa serie y a Lauren le agradaba, así que, todo bien.
Apague la luz y volví a su lado
- Tengo un crush con Alex -me miró y sonrió- Incluso hay veces que la encuentro parecida a ti
- ¿En serio? -carcajeo y mi humor subió al verla reír- Gracias, creo
Asentí y volví mi vista a la televisión y justo paso la parte en que Piper y Alex se besan en el baño. Fue incómodo.
Media hora después ambas subíamos ya con nuestro pijama puesto a la habitación.
Supongo que hoy no hay reconciliación.
Supongo.
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Changed by love
RandomFue mi primera historia así que tomen en cuanta que tiene muchas faltas de ortografía y incoherencias... sorry jajaja Camila Cabello: 23 años, secuestrada por Austin a los 19 años, vive en una habitación reducida junto a su hijo, desea con toda su v...