IRRESISTIBLE ©️✔️

Capitulo 1

CAPITULO 1

Lo odiaba, joder, de verdad lo odiaba.

― ¡Maldita sea!―gemí en frustración mientras me quitaba el resto de pintura azul que quedaba en mi cuerpo, que aún era bastante, no me sentí conforme diciendo solamente aquello, así que, agregué: ― ¡Animal!

Era consciente de lo fuerte que estaba gritando, también de que posiblemente mi garganta se desgarraría y no habría  Ellie nunca más, aun así, no me importó, de una manera u otra tenía que sacar todo el coraje que tenía dentro.

―Te juro que me las vas a pagar, maldito Jayden Smith ―Susurré mientras pateaba una lata inexistente, lo que hizo que cayera al suelo de una forma muy estúpida y dolorosa, mi trasero ya estaba sintiendo las consecuencias. Una carcajada fue lo único que escuché de la persona que se encontraba a mi lado. Natalie, mi única y extraña amiga.

―Tranquila, no es seguro que fuese él ―me recordó aguantando las ganas de reír. Le di una mala mirada de reojo, todavía no sabía porque me seguía juntando con ella, aprovechaba cualquier oportunidad para burlarse de mí. Oh espera, ya lo recordé, porque era la única que no me insultaba, odiaba e ignoraba de todo el maldito instituto.

Natalie era rara, había que decirlo, era algo entre hippie y gótica, siempre llevaba con ella un lazo en la frente de muchos colores, unos lentes redondos y su atuendo siempre era negro. Mi mamá le decía "la gotihippie"

—Él no es el culpable de toda tu desgracia —agregó segundos después.

Fruncí el ceño ante su comentario, estaba completamente segura que él había sido el culpable. Era muy obvio cualquiera persona pensante lo sabría. Además, no era muy normal que en un instituto con alta seguridad unas latas de pintura se cayeran de una tercera planta por accidente, para mi buena suerte ninguna me había golpeado en la cabeza.

― ¿Cómo te atreves a decir que no fue él? ―cuestione todavía en el suelo. Sacudí un poco de polvo que se mezcló con la pintura, consiguiendo así, que mi mano se tiñera de azul.

Cuando levante la mirada, Natalie tenía la boca tapada con una de sus manos, aun asi, se le escapo la carcajada que tanto estaba conteniendo, sabía que me veía ridícula así, toda llena de pintura azul.

―Sí, es cierto que todos aquí me odian, son como sus peones. No hacen nada sin que él se los ordene, eso quiere decir que fuese quien fuese, la culpa al final sigue siendo de él.

Cuando termine de hablar me puse de pie con la intención de caminar hacia mi casillero, donde con un poco de suerte encontraría algún cambio de ropa. Después, tendría que ir a las duchas de los chicos que era la única que quedaba abierta cuando las clases terminaban porque siempre los del equipo de fútbol se quedaban practicando.

― ¡Ellie!

El grito de Natalie no me hizo detener, seguí caminando deprisa, no le daría el gusto a Jayden de que todos los futbolistas me vieran en este estado. Natalie, venía corriendo detrás de mí, una vez pudo alcanzarme siguió hablando:

―Siento mucho que estés llena de pintura azul, de verdad lo siento, pero, Ellie te ves muy graciosa ―la risa que soltó fue tan escandalosa que posiblemente los futbolistas la escucharon hasta la cancha. Ella no se contenía a la hora de reír y realmente aquello me molestaba, me molestaban muchísimas cosas de ella, pero como era mi única compañera en este infierno me las tragaba todas.

La ignoré y suspiré cuando mis ojos visualizaron mi casillero. Sin muchas ganas y aún enojada lo abrí. Ante mis ojos quedaron uno libros que usaban muy poco, no era una obsesionada con el estudio, algunas fotografía pegadas en la puerta y cosas de uso personal que tenía allí para una emergencia como aquella. Bufé cuando me di cuenta de que solo tenía un short gris de hacer ejercicio y una sudadera amarilla, no me caracterizaba específicamente por andar mostrando todo, con ese short era lo que pasaría, lo peor era que, me tenía que ir caminando hasta casa, porque Natalie no había traído el viejo carro azul que su papá le había regalado en el verano pasado, ¿por qué? Mariano estaba dañado, sí, así le habíamos puesto al pequeño y feo carro, era como nuestra salvación siempre.