IRRESISTIBLE ©️✔️

Capitulo 5

CAPÍTULO 5

Había pasado una semana desde que había ido a la casa de Jayden. Una semana en la que él no había aparecido por el instituto y sobre todo, una semana en la que las cosas habían estado muy tranquilas, demasiado. Nadie me volteaba a ver, aquello me tranquilizaba tanto como me preocupaba. Jayden no solía desaparecer por tanto tiempo, además, el hecho de haber estado en su casa a escondidas y no haber recibido ninguna amenaza por su parte era, realmente preocupante.

―Estas exagerando, solo olvídalo ―me dije a mi misma en un intento por tranquilizarme. Aquello era extraño, todo aquel que conocía al rubio teñido lo sabría.

Había escuchado en las noticias que en las próximas semanas había posibilidad de que, una tormenta azotara la zona, también dijeron que en los próximos días, estaría lloviendo, por eso, cuando me di cuenta de que, el cielo se estaba tornando de un color grisáceo, no me preocupe demasiado. La fría brisa que hacía, golpeaba mí rostro y hacía que mi cabello volara por los aires. Agradecí grandemente el hecho de llevar una sudadera con las mangas largas y gruesas, al parecer, también haría mucho frío.

Un trueno resonó por todo el lugar haciéndome saltar en mi lugar. Miré a mí alrededor antes de entrar a clases de cálculo. Cuando entre —para mi mala suerte―el profesor ya estaba allí, me dio una de sus típicas malas miradas. Hice un gesto con la mano pidiéndole disculpas por haber llegado tarde. Recorrí el lugar con la mirada esperando encontrarme ―como siempre―al rubio teñido sentado al fondo, pero no había rastro de él allí.

La clase ya había empezado así que, no me quedo más nada que sacar mis apuntes. Intenté con todas mis fuerzas prestar atención, con suerte entendería algo. Al parecer mi profesor había aprendido un idioma nuevo, porque sentí que estaba hablando en chino, ni siquiera sabía de donde salían tantos números y cosas raras. Me eché hacia atrás en mi asiento hundiéndome en mi propia miseria. Odiaba con todas mis fuerzas todos aquellos números.

Uno minutos después, apurada entró por la puerta Natalie. Venía agitada y con la cara roja. Me miró y ni siquiera me sonrió como siempre, parecía nerviosa e incluso culpable.

―Perdón. Lo siento, yo estaba...

—Tome asiento y listo ―la interrumpió el profesor dejando de escribir en el pizarrón. Sabía que no le diría ninguna grosería porque Natalie era una de sus favoritas, por no mencionar que la única. Natalie le hizo caso y se sentó a mi lado.

―Oye, ¿Estás bien?

Ella sacó sus cosas y me dio una corta mirada antes de decir:

―Sí.

No hablamos más durando lo que quedó de clase. Ella estaba demasiado ocupada resolviendo lo ejercicios que el profesor explicó, yo estaba demasiado ocupada arrugando las cejas mientras veía como ella, escribía en su libreta con una rapidez increíble. Miré hacia atrás por encima de mi hombro y allí estaba aquel chico de pelo negro que me vio toda desnuda en el baño, no pude evitar sentir vergüenza, además, estaba segura que tenía toda la cara roja, él ni siquiera me mantuvo la mirada sino que, giró su cabeza para hablar con alguien más. Ni siquiera sabía como podía gustarle a nadie ese ser tan grosero.

―Pueden retirarse.

Natalie ni siquiera esperó que la campana que indicaba el cambio de hora sonara. Ella se levantó del asiento corriendo y salió de allí dejándome sola y confundida. El salón de inmediato se quedó vacío, solo quedábamos allí, el chico del baño y yo. Él hacía algo en una hoja ajeno a que la clase había terminado. Terminé de recoger mis cosas y me puse de pie, antes de salir y porque luego me sentiría mal conmigo misma por dejarlo allí, hablé: