Capitulo 25

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CAPITULO 25

―Muévete a la derecha ―le pedí al chico que tenía delante. Él frunció el ceño y luego se movió a la derecha. La profesora de arte caminaba de un lado a otro mirándonos dibujar al chico que estaba de pie frente a toda la clase.

Dibuje su nariz. Me quedó chueca, la verdad tenía serios problemas cuando de nariz de trataba. Borré unas cuantas líneas y luego volví a dibujarla mordiendo el interior de mi mejilla. Estaba demasiado concentrada en la nariz del chico, por eso cuando alguien se sentó junto a mi di un salto.

―Jayden quiere hablar contigo.

Levanté la mirada y luego volví a centrarme en mi dibujo. Me fue imposible no recordar lo que había escuchado la noche anterior. No estaba molesta, estaba más bien algo decepcionada.

― ¿Qué haces aquí? ―Fue lo que pregunté a cambio. Natalie estaba allí con su típica cinta de colores en la cabeza y su ropa negra, llevaba algo entre sus manos.

―Te está esperando afuera.

Fruncí el ceño. Miré hacia adelante, donde mis compañeros seguían dibujando al chico, la profesora ni siquiera se había percatado de que Natalie estaba allí, estaba demasiado ocupada mirándole el culo al modelo. Iba a negarme cuando recordé que con Jayden si debía hablar, que a él sí debía dejarle las cosas bien claras. De inmediato comencé a recoger mis cosas.

Me puse de pie, una vez tenía todo listo  me excuse con la profesora argumentando que me dolía la cabeza. Ella miró con curiosidad a Natalie, luego de preguntarme quien era ella me dejó salir, no sin antes ordenarme que para la próxima clase quería mi dibujo completo sobre su escritorio. Eso significaba que tenía que buscar por donde fuese al dichoso modelo para terminar sus piernas. Asentí y luego salí de allí, Natalie caminó a mi lado tarareando una extraña canción.

―Luces guapa hoy ―comentó ella con una sonrisa pícara en el rostro. La miré y rodé los ojos. De verdad que todavía ni siquiera podía mirarla a la cara. Éramos amigas pero ella pasó eso por alto y prefirió no contarme nada. No estaba pensando en reprochárselo, de hecho, en mis planes estaba esperar que ella misma me dijera cuando lo creyera conveniente. Sostuve con fuerza los lazos de mi mochila.

―Ya ―respondí mirando hacia delante. Sentí el peso de la mirada de Natalie sobre mí, sabía que ella ya estabas sintiendo que hoy no estaba igual que todos los días. Ella me tomó por el brazo y me hizo girar para encararla.

― ¿Estás bien?

Asentí con la cabeza. Respiré hondo. De acuerdo, no debía hacer un drama innecesario sobre aquello. Natalie era libre y podía hacer lo que le diera la gana con quien le diera la gana, aunque ese alguien fuese mi hermano algo enfermo y para nada recomendado por mí para una chica.

―Solo estoy cansada.

―Aún debes explicarme porque saliste sin avisar anoche de mi casa.

Arrugué las cejas y miré hacia otro lado. Me mordí la lengua para no gritarle en la cara que había escuchado su conversación con Jayden. Me reprimí, lo que dije a cambio fue:

―Mi mamá llamó y me armó un escándalo por el celular.

Ella asintió. Me miró por unos segundos más y luego me soltó. Me dijo que me estaría esperando en el estacionamiento. Asentí y luego ella salió por una esquina y yo caminé hacia los casilleros donde de seguro estaba Jayden. Efectivamente, apoyado en mi casillero fumándose un cigarrillo estaba él.

―Sabes que fumar aquí está prohibido, ¿no?

Jayden alzó la cabeza y fijó sus ojos azules sobre mí. Una sonrisa apareció en sus labios para luego decir:

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora