Capitulo 23

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CAPITULO 23

Lo único qué pasó por mi mente en aquel momento fue que sus labios sabían a chicle.

Quisiera decir que lo aparté, que lo empujé y lo insulté por haberme besado, e incluso que le di un buen golpe, pero en vez de eso, envolví mis brazos alrededor de su cuello en una forma desesperada de profundizar el beso. Su mano libre cayó sobre el otro lado de mi cadera. Dante me acercó un poco más a él y giró hacia un lado su cabeza para que ambos tuviéramos un mejor acceso. Arrugué las cejas mientras lo besaba, confundida porque realmente si quería seguir besándolo, me asusté de mis pensamientos; nunca hasta aquel momento había pasado por mi mente la idea de él gustándome.

Me separé un poco de sus labios en busca de aire. Mis ojos chocaron con sus pupilas dilatas, así, en aquella forma sus ojos  eran aún más hermosos. Abrí la boca para decir algo pero Dante no me dejó hablar porque nuevamente me besó y pues; yo nuevamente le correspondí.

Dante hizo una cosa extraña con su lengua que volvió mis piernas gelatina. Me apreté muchísimo más a su cuerpo y un sonido bajo salió de mis labios cuando él se apartó de mí. Me quejé interiormente.

―Quiero decirte algo ―fue lo dijo pasando su lengua por sus labios inflamados. Me vi toda boba mirando eso labios apetecibles y llenitos. Lo miré y sin poder evitarlo volví a besarlo. El nuevamente se separó de mí.

―De verdad tengo algo que decirte.

Rodé los ojos.

― ¿Qué?

El suspiró y abrió la boca para hablar pero el maldito celular sonó de nuevo. Gruñí, en verdad lo hice. Dante se rió de mí. Me aparté del cuerpo exquisito de Dante, tropecé con algo detrás de mí y casi me fui de culo, Dante me sostuvo por la cintura. El sonido del celular seguía molestando mis odios.

Miré el identificador y gruñí cuando miré el nombre de Natalie de nuevo allí. Levanté la mirada y Dante ya me estaba mirando, sentí mis mejillas arder, suponía que estaban totalmente rojas por la vergüenza que estaba sintiendo. Estaba sintiendo vergüenza porque el beso me había gustado, porque había mandado a la mierda la «alerta chico», que me había impuesto desde hacía ya muchísimo tiempo. Después de lo de papá los chicos dejaron de ser de mi agrado, dejé de verlos con buenos ojos. Sabía que había otra cosa pero en aquel momento no recordé que era.

―Esto... yo, mejor me voy ―balbuceé avergonzada, pase mis dedos por mi cabello al mismo tiempo que tragaba saliva. Trague saliva fuerte realmente.

Lo miré directo a los ojos, sus pupilas seguían  dilatadas, sus labios estaban entre abiertos, como si él esperase que yo lo besara nuevamente, debía admitir que eso pasó por mi mente. Negué con la cabeza ordenándome mentalmente pensar en algo menos vergonzoso, le di la espalda a Dante y con toda la prisa que no sabía tenía, empecé a caminar.

Agradecí grandemente que él no me detuviera, de hecho, podía jurar que sentí sus pasos alejándose; mi cabeza estaba dando demasiadas vueltas, estaba confundida. Me negaba a pensar de forma romántica con respecto a ese beso, no podía distraerme, tenía un objetivo claro.

A toda prisa salí del cementerio, cuando estuve fuera y la fría brisa me golpeó el rostro, dejé escapar un suspiro. Traté de normalizar mi respiración porque seguía un poco-demasiado agitada. No sabía si era por el beso o por haber caminado tan deprisa.

Había olvidado por completo mi celular, reaccioné cuando lo escuché sonar nuevamente.

Lo desbloquee y me sorprendí al ver la cantidad de llamadas perdidas y mensajes que tenía. Había cinco llamadas perdidas con el nombre de Jayden y las demás llamadas tenían el nombre de Natalie. Tenía incluso muchísimos mensajes de ella, todos con la misma palabra.

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora