Capitulo 21

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CAPITULO 21

Dos años atrás, 2017

Desconocido.

Habían pasado dos largos y extraños días desde que la había visto. En ese lapso de tiempo no había dejado de pensar en ella. En su largo cabello rubio, en esos mechones oscuros.

Quería sacarla de mi cabeza pero no podía. Había una voz fuerte y firme me gritaba una y otra vez «Tienes que hacerla caer, tienes que hacerla tuya», y aunque me molestaba muchísimo la idea  de algo o alguien ordenándome cosas eso era lo que quería. Hacerla mía. Solamente mía.

Sus ojos verdes seguían clavados en mi mente. No podía por más que quería dejar de imaginarlos, no podía dejar de imaginarlos llenos de lágrimas, era una retorcida idea, pero mi sed de su dolor era más fuerte. Quería hacerla sufrir tanto como me habían hecho sufrir a mí a lo largo de mi vida.

Sus  mejillas rosadas todo el tiempo y esa sonrisa que no desaparecía de su rostro, me tenían enloquecidos. Ella gritaba alegría por todos los poros de su piel, pareciese como si todo el tiempo tuviese algún buen motivo para sonreír.

Yo quería ser este motivo. Quería hacerla sonreír tanto como quería hacerla sufrir.

Llevaba dos días pensando en una forma épica de hablarle, una forma de hacerlo lucir natural.

Sabía su nombre, el nombre de su mejor amiga y las cosas que le gustaban. Eso era lo que sucedía cuando alguien me interesaba lo suficiente. Investigué cuanto me fue necesario sobre ella.

El único problema visible era su mejor amiga. Un chico de su clase, me había dicho que era una metiche en todo el sentido de la palabra. No quería terceros en aquello así que, lo mejor sería mantenerla alejada de todo aquello, estaba seguro de que encontraría una forma.

Con calma le di un sorbo al batido de fresa que había pedido en la única cafetería de aquel pueblo, llevaba al menos una hora esperando que ella llegara, según lo que el chico moreno me había dicho, luego de salir de clases ella y su mejor amiga siempre venían por sus bebidas favoritas.

Batido de fresa y batido de chocolate.

― ¿Desea algo más? ―una chica de pelo rojo me preguntó. Sonreí y negué con la cabeza. Ella pareció entender que no quería que me molestara porque en un rápido movimiento me dejó solo.

Tomé una larga y honda respiración, esperar no era algo que me gustara. Realmente odiaba muchísimo aquello, pero ella lo valía y lo que vendría después, también.

Jugué un poco con una de las tantas pulseras que llevaba puestas mientras esperaba, las pulseras significativas eran algo que me gustaba. Los tatuajes también, tenía muchos y cada uno de ellos con un significado diferente.

Miré a mi alrededor, habían unas cuantas mesas vacías y otras estaban ocupadas con chicas adolescentes, sus miradas de vez en cuando se desviaba en mi dirección, entendía que mi atuendo llamaba la atención, después de todo no veías a alguien, con tatuajes por todos los lados y vestido de negro todo el tiempo.

Miré con curiosidad una pareja de mellizos en una de las mesas. Lucían como los típicos niños ricos que odiaban el resto del mundo. Los ojos de la chica se encontraron con los míos y sonrió. Fue una sonrisa coqueta que cordialmente respondí.
Pero entonces todo dejó de importar. Desvíe la mirada cuando el sonido que hacía la puerta de la cafetería cuando alguien llegaba se escuchó. La chica de pelo rubio que me traía loco entró junto a una chica de cabello largo y castaño, deduje entonces que esa era su mejor amiga. La chica metiche, de problemas emocionales y mentales. Sí, definitivamente había hecho un buen trabajo investigándola.

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora