Capitulo 11

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CAPITULO 11

Le di un sorbo al chocolate caliente que tenía entre mis manos. Después, levanté la mirada de la tasa y me quedé quieta en mi lugar observando como Carter escribía en su computadora. Aquello, estar allí con él, se veía tan irreal, se sentía tan extraño, sobre todo porque, sentía que ya había hecho aquello antes ―estar con él en una cafetería―eso era ridículo tomando en cuenta que apenas lo conocía.

Era sábado en la tarde, luego de una no tan agradable discusión con  mamá ―solamente porque insistí en ver mis archivos médicos― decidí —aunque mamá me advirtió que no lo hiciera―salir de casa. Estaba en la cafetería del pueblo, Carter llegó unos minutos después que yo, realmente no le vi el problema a que se sentara conmigo. Aunque ahora, estaba notando el problema, siempre que estábamos juntos una horrible tensión se formaba en el ambiente, era como si el mundo me dijera a gritos: ¡no puedes vivir siempre en la ignorancia!

La cafetería estaba prácticamente vacía, más que nada porque todo ser pensante estaba en su casa. La tormenta tan prevista había tocado el pueblo al fin. Ni siquiera pensé en aquello cuando salí de casa, ahora Carter, unos dos chicos más, los encargados de la cafetería y por supuesto yo, estábamos atrapados en el lugar.

El exterior era realmente preocupante. Todo estaba oscuro a pesar de que solamente eran las dos de la tarde, estaba lloviendo muy fuerte, demasiado. Las ráfagas de viento y los rayos no se hicieron esperar. Debí sin dudas hacerle caso a mamá y no salir. Ahora, me preocupaba como la mierda como volvería a casa.

Desvíe mi mirada hacia la televisión que había sobre una amplia mesa, la mujer de las noticias hablaba allí sobre las consecuencias y lo que podría pasar si no tomábamos las medidas necesarias con la tormenta; que según lo que decían, era peligrosa.

―Entonces, ¿Por qué estas enojada?

La voz de Carter me hizo recordar que él se encontraba delante de mí. Miré con curiosidad la computadora que tenía delante y luego miré sus ojos, confundida por su pregunta, no le había dicho en ningún momento que estaba molesta, supuse entonces que mi enojo se notaba en mi rostro.

― ¿Cómo sabes que estoy enojada?

Sin dejar de ver la computadora se encogió de hombros restándole importancia a mi pregunta, luego, en un tono bajo dijo:

―La vena de tu cuello está a punto de reventar.

Arrugué las cejas y lo miré por unos segundos, fijamente. Cualquiera notaría aquello, pero, no cualquiera notaría que me pasaba aquello cuando me enojaba. Sus palabras solamente confirmaban que él no era ningún desconocido.

―Ajá.

Fue la única palabra que salió de mi boca mientras intentaba con todas mis fuerzas recordar algo que me dijera de donde conocía yo a Carter.

Sabía que aquello era producto de la amnesia temporal. La comisura de sus labios se elevó un poco, mientras seguía tecleando en su computadora.

Carter parecía entretenido allí, así que aproveché para curiosear un poco, lo detallé mucho más que las otras veces que lo había visto, más que nada porque en esas veces no había tenido tiempo, lo primero qué pasó por mi mente fue que, realmente era guapo, no del tipo guapísimo que se te caía la baba, sino del tipo guapo sencillo y raro que te daba cierta curiosidad. Carter era extraño y tenía a su alrededor una aura misteriosa que solo pedía a gritos ser seguida.

Además, creo que el hecho de que mostrara tanta confianza en sí mismo, llamaba mucho más la atención.

Aquella tarde en la cafetería, todo parecía ir bien, en aquel momento éramos dos conocidos charlando en una mesa. Nada más, segundos después, y hasta el sol de hoy retengo que aquella tarde inició toda mi desgracia.

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora