IRRESISTIBLE ©️✔️

Capitulo 49

CAPITULO 49

Teníamos un orden clara:

Matar a Emilia Morrison. Mamá de Zoe, quien después de investigar descubrimos nunca fue secuestrada. Emilia pertenecía a una cadena importante de asesinos del pueblo. Junto a ella su hija Zoe. También fue quien mató a Kania porque era un cabo suelto.

La puerta ante nosotros fue abierta. Tuvimos una clara vista de Emilia sentada en un escritorio. Ella levantó la vista y nos miró con confusión, su mirada cayó sobre mí y sonrió.

―Ellie.

Apreté los labios y sin perder más tiempo entre completamente a la oficina que ella estaba ocupando. Los chicos se quedaron atrás, segundos antes le había pedido que me dieran el honor de acabar yo misma con ella.

Cerré la puerta detrás de mí y me acerqué muy lentamente a ella. Nuestros ojos no perdieron la conexión en ningún momento.

― ¿A qué debo el honor de tu visita? ¿Algún trabajo que quieras que realicemos?

Apreté los labios tratando de mantenerme tranquila. Ella me estaba provocando. Emilia era una mujer astuta que al igual que Enzo supo mantenerse al margen. Para todo el pueblo ella era una mujer culta y correcta.

En mi mente se reprodujo nuevamente la ida a casa de Zoe, la forma en la que encontramos los sofás, la sangre. Todo había sido parte de un plan de esta mujer para hacernos creer que ella era la víctima. Miles de recuerdos reproduciéndose una y otra vez en mi cerebro.

―Señora Emilia, ¿Se encuentra Zoe?

Una Ellie de unos diez años esperaba impaciente la respuesta de la señora que tenía delante. Ella tenía puesta una bata blanca y estaba manchada de algo rojo. No entendí en ese momento de que se trataba, tampoco lo quería investigar, yo solo quería que Zoe saliera para así poder ir al parque.

Ella me miró de arriba abajo y limpio sus manos sucias de la bata que tenía puesta.

―Ella está un poco ocupada, ¿Que necesitas pequeña?

Arrugué las cejas, esa señora nunca me había caído bien, al parecer yo tampoco a ella.

―Quedamos en que iríamos al parque.

Ella soltó una carcajada y me dio una última mirada antes de decir:

―Mi hija es mejor que eso.

Entonces cerró la puerta en mi cara.

Muy molesta me di la vuelta con la intención de irme de allí, pero unos gritos en la parte de atrás de la casa de Zoe llamaron mi atención.

― ¡Debes ser fuerte!

Yo conocía esa voz, claro que lo hacía, pero... ¿Qué hacía mi papá aquí?

Entrando las manos entre mis bolsillos me di la vuelta y comencé a caminar hacia el patio trasero.

― ¡Debes ser fuerte!

Repitió nuevamente la voz de mi papá. Cuando al fin los vi tapé mi boca con una de mis manos intentando no gritar. Allí de pie estaba Zoe, ella tenía un arma entre sus manos mientras que con sus manos temblorosas apuntaba a un chico que estaba de rodillas atado de manos y pies. La señora Emilia y mi papá estaban detrás de ella.

Me escondí detrás de una pared. No quería ser descubierta.

―Pero... ―intentó decir Zoe mirando a su madre. Emilia simplemente negó con la cabeza y le indicó que continuará.