Capitulo 38

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CAPITULO 38

Estaba inquieta. Mis manos moviéndose por todas mis piernas daban fe de ello. Me sentía extraña, una sensación de querer salir corriendo se estaba apoderando de mí. Y lo peor de toda aquella situación era que, no sabía porque demonios me sentía así. Me aseguré que era porque en pocos minutos sabría quien había asesinado a mi mejor amiga. Y la verdad era que, no sabía que haría con esa información.

Miré a mí alrededor. Todos estábamos sentados en la sala de estar de mi casa esperando que fuesen las diez y media de la noche. Esa era la hora que habíamos establecido para salir de aquí. Estaba nerviosa y preocupada. Lo único que se repetía una y otra vez en mi cabeza era la interrogante, ¿y si todo sale mal? ¿Y si el asesino nos atrapa primero?

Yo quería ver esas grabaciones, era cierto, también quería leer ese cuaderno, pero, ¿qué sucedía si yo no estaba preparada para saber quién era el dichoso asesino o asesina?

Suspiré con cansancio, a mi lado, demasiado pensativo estaba Dante. Su mirada fija en el frente, él desprendía un maravilloso olor a colonia de chico que me estaba volviendo loca allí. Aunque no quise, inhalé su olor. Sus hombros se veían tensos, y su rostro era la viva muestra de la impotencia, parecía perdido en sus recuerdos. Me pregunté, ¿qué estaba pasando por su cabeza?

A mi mente llegó el recuerdo de Dominic diciéndome que yo siempre le gusté a su hermano. Lo único que no entendía de todo ese lío era, ¿cómo siempre le gusté si él no me conocía?

La curiosidad era algo que por más que quería, no podía dejar atrás. Algo mucho más fuerte que me obligaba a indagar. A querer saber el porqué, de las cosas. Por mi mente pasó la idea de preguntarle a Dante, pero después caí en cuenta que quien me había dicho aquello había sido su hermano, así que, a quien debía preguntarle era Dominic.

Miré mi atuendo, había sustituido el short, por unos jeans negros, era de talle algo así que, decidí quedarme con el top. Entrelacé mis dedos y empecé a silbar. Dejé de silbar de repente cuando me di cuenta que estaba silbado la misma melodía de mi sueño, ese donde me dejaban notas en mi casa, caí en cuenta también, que esa era la misma melodía que Parker había silbado aquella noche mientras asesinaba a aquella chica. Ignoré todo eso, y seguí silbado. De fondo ―y no sabía quién había tenido esa idea―sonaba una música suave, solo el ritmo, sin ningún tipo de letra, supuse que había sido idea de Natalie. Miré fijamente como Dante mordía su labio inferior y negaba de vez en cuando con la cabeza. Abrí la boca para hablar, pero cuando me di cuenta que no tenía nada interesante para decir la cerré nuevamente.

Volví a silbar pero esta vez palmee mis muslos. Llevaba una sincronía con la melodía, me pareció incluso linda.

―No hagas eso ―la fría voz de Dante me hizo parar, él ni siquiera me estaba mirando y eso me desconcertaba. Me recordó la primera vez que lo había visto y su actitud. Él no parecía ser alguien divertido, tampoco chistoso como su hermano, él más bien parecía alguien que odiaba cada una de las personas y cosas que habitaba el mundo. Aunque, tenía sus momentos, como aquella vez en el cementerio.

― ¿Por qué? ―elevé ambas cejas esperando su respuesta. Él se quedó callado entonces agregué: ― ¿Te molesta?

Silencio.

Rodé los ojos y seguí silbado. Un gruñido me hizo callar de nuevo. Bien, alguien no estaba de buen humor.

Iba a decirle lo extraño que era, pero su voz me calló al instante. Me quedé muy quieta cuando él pronunció aquellas palabras. Así, simples y sin darle vueltas al asunto.

―Lo mataste.

Él me estaba mirando muy fijamente, acusándome con la mirada. Arrugué las cejas confundida, entonces en su mismo tono, pregunté:

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora