Capitulo 8

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CAPITULO 8

La chica delante de mí, me miró fijamente por unos segundos, confundida. Admitía que no le había hablado de la mejor manera, en mi defensa no tenía muchos recuerdos de ella, así que, la estaba tratando como una desconocida más. Tenía siete años cuando ella se había ido, lo único que recordaba con certeza, eran sus ojos negros, realmente ni siquiera recordaba con exactitud su nombre.

―Creo que eso no era lo que esperaba que dijeras ―ella admitió después de un rato. Parecía dolida, me sentí mal por unos segundos, pero después comprendí que no tenía por qué. Ella suspiró y luego agregó: ―Soy Riley, tú mejor amiga.

Arrugué las cejas mirándola aún, Natalie estaba en silencio a mi lado. De acuerdo, tenía buenos recuerdos con Riley, pero todos ellos, cuando era una niña. Ahora, después de los años las cosas habían cambiado, todo había cambiado. Ella no podía llegar y hacer como si nada, como si el tiempo no hubiese pasado.

―No quiero hacerte sentir mal, pero, eras mi mejor amiga. Cuando éramos niñas.

Me acomodé mejor en mi lugar. Ella asintió. Se rascó la nariz y luego dijo:

―Empecemos de nuevo ―Me extendió su mano, dudé pero terminé estrechándola, ella sonrió y agregó: ―Me llamo Riley.

Viéndolo desde aquel punto,  las cosas no parecían tan horribles. Ella quería comenzar de nuevo, no hacer como si el tiempo no hubiese corrido. Asentí con la cabeza y dije:

―Ellie.

Riley no era una mala persona después de todo. Después de aquella presentación la invité a tomar asiento junto a nosotras, Natalie se tensó al principio, no podía decir que la entendía, Natalie siempre era así, le constaba acostumbrarse a la presencia de las personas. Riley hizo lo posible por hacer sentir bien a Natalie, ambas se presentaron, todo fue mejor después de ahí,  nos dimos cuenta de que Riley era divertida, así que, después de unos minutos ambas nos encontrábamos sonriendo con sus ocurrencias.

―Me caí unas cinco veces en su presencia ―Riley tomó del batido que había comprado y luego miró a Natalie quien reía de ella ―No te imaginas la cara que puso cuando le dije que me gustaba. Todo para decirme luego que le gustaban los hombres.

Me reí y tomé del chocolate caliente que Riley había insistido en comprarme, insistió también en comprarle uno a Natalie pero ella se negó argumentando que ya se había tomado uno. Natalie dijo algo sobre Riley siendo un desastre con los chicos, yo agregué algo como que todas nosotras lo éramos. Unos segundos después las tres nos quedamos en silencio, sin tema de conversación. Eran pasadas las siete de la noche cuando Riley se puso de pie.

―Debería irme, mi mamá de seguro se está muriendo de la angustia. Creé que olvidé este pueblo.

―Las mamás son así ―Natalie dijo, sacó de su bolsillo su celular y agregó: ―La mía está a punto de un cardiaco.

Nos despedíamos de Riley prometiendo que pronto nos encontraríamos nuevamente, ella dijo sobre ir mañana a mi instituto, no entendí eso, pero tampoco lo cuestioné. Debía admitir que me había caído bien la Riley adolescente, después de todo no fue tan mala idea invitarla a tomar asiento con nosotras, olvidé por un momento lo sucedido con Juan Luis. Natalie se ofreció a llevarme hasta mi casa, agradecí aquello, porque me encontraba ya, lo suficientemente cansada para caminar. Cuando ella detuvo el auto frente al portón de mi casa, me dijo:

―Sentí algo extraño en ella.

Había sentido lo mismo, pero pensé que solo eran paranoias mías. Me giré en mi asiento para mirarla, Natalie tenía las manos sobre el volante mientras masticaba un chicle de fresas.

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora