Capitulo 2

7.1K 785 410
                                    

CAPÍTULO 2

Miedo.

Eso fue lo primero que sentí. Debía admitirlo, me sentía realmente asustada en aquel lugar, por mi mente pasaron miles de imágenes donde aquel chico me asesinaba. Quizá, estaba siendo paranoica, pero... ¿Quién en su sano juicio no estaría asustada si un chico apareciera de la nada e insistiera en ayudar?

Estaba también confundida. Sus ojos eran oscuros y podía jurar, que en algún lugar los había visto, no sabía dónde y eso era lo que me preocupaba. Parecía incluso una acosadora de alta categoría, estaba mirando fijamente aquel rostro, sus facciones eran finas, pero al mismo tiempo masculinas. Su mano, seguía sobre mi brazo, apretándolo como si tuviese miedo que me fuera a algún lugar, me fijé, por un leve segundo, en sus labios, que estaban curvados en un intento de sonrisa que para ser sincera parecía más una mueca; la tenue luz que había; dejaba a la vista su pálida piel, su cabello negro alborotado como si segundos antes hubiese tenido una lucha con él, sus mejillas, estaban teñidas de rojo y adornadas por unas pecas.

Nunca lo había visto. O al menos eso creía. Porque de que me parecía familiar me parecía familiar. Me frustraba en demasía aquello, sabía que quizá mi falta de conocimiento, sobre algunas cosas se debía a la amnesia temporal ―según los doctores―por la que estaba pasando. Hacía alrededor de un mes, había tenido un accidente, nada grave, o al menos no tan grave. Tuve algunos golpes fuertes en mi cabeza que me dejaron aturdida y olvidadiza, olvidé muchísimas cosas, hasta ahora― y según mi mamá― no había olvidado nada importante, quería creer que ella tenía razón.

― ¿Quién eres tú?

Me quede allí, quieta, esperando que él respondiera mi pregunta. Él, ladeó la cabeza de un lado a otro como debatiéndose si debía hablar o no, al final, decidió quedarse callado. Tal vez debería salir corriendo o patearlo en la entrepierna, pero no, yo estaba quieta como un maniquí mientras él, seguía presionando mi brazo cada vez más fuerte.

―Te enfermaras, déjame ayudarte—―volvió a repetir en un susurro aturdido. Él respiraba pesadamente como si, aquellas palabras le estuviesen costando, lo que no entendía era, por qué.

Tragué grueso, desvíe mi mirada de sus ojos hasta su mano, que seguía sobre mi brazo, él siguió mi mirada y lo solté de repente. Sentí su mano sobre mi barbilla y luego de eso, como levantaba mi rostro obligándome a que lo mirase, no podía definir con palabras lo que me provocaba su mirada, era un sensación tan extraña, sentía cierto deja vú en aquello. Quise olvidar aquel asunto por un segundo, así que,  me preocupé por lo realmente importante. ¿Qué hacia él aquí? Hasta donde tenía entendido este lugar estaba abandonado y nadie venía, incluso, tenía unas rejas que ágilmente yo burlaba.

El agua seguía cayendo sobre mi cuerpo. Baje la mirada hacia su otra mano, tenía allí un paraguas cerrado. Parecía incluso preocupado, pero no podía dejar de sentir aquella sensación de intranquilidad, de rechazo hacia él. Caí en cuenta entonces, que por mucho que sintiera que lo conocía eso no era suficiente, él seguía siendo un desconocido para mí y por ende representaba peligro. Estaba en un bosque de noche, lejos del pueblo y con un desconocido intentando ayudarme. Fruncí el ceño y di dos pasos hacia atrás, alejándome de él, poniendo una distancia prudente entre nosotros. Respiré profundamente antes de decir:

―No necesito tu ayuda, de hecho no te conozco, quizá quieres violarme o algo por el estilo.

No hizo nada, de hecho ignoró por completo mi comentario y como una máquina volvió a repetir:

―Te enfermaras.

Debía admitir que su insistencia me irritaba mucho. Joder, lo sabía, pero... ¿Qué le importaba eso a él de todas formas?

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora