Capitulo 41

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CAPITULO 41

Jayden.

Zoe no era lo que todos pensábamos. Froté mi rostro varías veces antes de sacar mi celular y marcar el número de Parker. Al segundo tono él respondió:

― ¿Qué pasa, hermanito?

Rodé los ojos. Le encantaba llamarme así, aunque biológicamente no lo éramos. Parker era hijo de Gonzalo, hermano de papá, por lo tanto éramos primos, no hermanos. Gonzalo murió cuando apenas teníamos seis años. Según lo que papá me contó, fue a causa de un infartó.

― ¿Estás ocupado?

Hubo un silencio y luego Parker habló con otra persona. Carraspeó y luego me respondió:

―No.

Necesitaba su ayuda. Sabía que estaba metido en algo muchísimo más turbio que las drogas, no lo juzgaba. En aquel momento necesitaba su ayuda, quizá, él podría ayudarnos a averiguar con mayor certeza quién demonios era el asesino. Dios mío, todo indicaba que se lo había tragado la tierra.

―Estamos en la casa de Zoe. Te espero aquí. Necesitamos tu ayuda.

Parker colgó la llamada sin siquiera responderme. Sabía que vendría y eso me tranquilizó un poco más.

Guardé mi celular en mi bolsillo y me acerqué nuevamente al grupo. Busqué a Ellie con la mirada pero no la miré por ningún lado. Natalie estaba de pie, junto a una mesa con un cuaderno azul entre sus manos. Me acerqué a ella y le topé por el hombro, casi salió corriendo por el susto. Me reí por lo bajo, Natalie rodó los ojos. Estábamos en esa etapa donde ella me ignoraba y yo intentaba hablar sobre lo que había sucedido. Nunca me imaginé que estaría persiguiendo a una chica. Y mírenme, detrás de una.

― ¿Viste a Ellie?

Natalie había vuelto su atención al cuaderno azul. La entendía, según lo que habíamos leído en aquella hoja, allí había información importante. Le topé una vez más en el hombro y ella me miró. Tenía las cejas fruncidas, como si quisiese clavarme un cuchillo o algo así, y Dios, sí que la entendía, era un maldito inexperto intentando ligar con alguien para algo más que tener buen sexo. Recordé las palabras de Ellie aquella vez en el instituto. Ella tenía razón, Natalie no merecía estar con alguien como yo.

―Sí, hace un rato, entró por aquella puerta.

Miré atento la puerta que ella señalaba. Parecía la puerta de alguna habitación. Hacía más menos unos diez minutos que no la veía, así que, me preocupé y caminé hacia la puerta, antes de abrirla escuché un ruido. Parecía ser algo cayendo al suelo. Coloqué mi mano sobre la manilla de la puerta pero otro ruido me hizo detener, parecía ser cadenas siendo arrastradas.

Después escuché gritos y eso fue todo, abrí la puerta y lo que miré me hizo parpadear continuamente. Ellie estaba tirando al suelo unas cadenas pesadas, luego tumbó la mesa con mucha fuerza, lágrimas caían de sus ojos mientras gritaba. No me pasó desapercibido el lugar donde estábamos  y lo que nos rodeaba. Aquella era incluso, enfermo.

Corrí hacia ella y la sostuve por los hombros, deteniendo su arrebato, sus ojos se encontraron con los míos y solamente miré dolor en su mirada. Ella estaba desbastada. Intentó soltaste de mi agarre pero le ganaba en fuerza así que fue prácticamente imposible. Golpeó mi pecho y me suplicó que la soltara.

No entendía lo que sucedía.

―Déjame, déjame sola ―ella suplicó entre sollozos. Sus ojos estaban muy rojos al igual que su cara.

No sabía qué hacer, yo no era bueno lidiando con estas situaciones, así que me fui por lo típico, la abracé y eso fue lo único que ella necesito para derrumbarse en mis brazos. Por varios segundos todo fue llantos y lamentos, hasta que ella dijo:

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora