Capitulo 22

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CAPITULO 22

La noche cayó y yo seguía sentada en el mismo lugar con la misma hoja blanca en mis manos. Aturdida, confundida, enojada.

Miré hacia el frente como si la nada me pudiese dar una clara respuesta a la incógnita que en estos momentos estaba impregnada en mi cerebro. Desee con todas mis fuerzas en aquel momento tener la respuesta a todas mis preguntas.

― ¿Entonces fueron dos? ―hablé mirando a la nada. Sostuve mi frente con una de mis manos, con la otra sostenía la hoja. Aún confundida agregué: ―Dos gemelos.

Desdoblé nuevamente la hoja, la miré con severidad y luego de apretar los labios, comencé a leer nuevamente. Solo porque necesitaba saber si lo que había leído antes era real.

11 de febrero, 2018...

Ellos me perseguían, por más que quería, no podía correr más, así que luego de ordenarme calmarme, me detuve.

Ese fue mi primer error. Ese fue mi único error.

En cuanto los sentí detrás mío, me giré para encararlos, de inmediato tuve de frente a dos personas completamente iguales, la única cosa que posiblemente los diferenciaba eran los tatuajes de uno de ellos.

El de los tatuajes era experto en manipularme. El que no tenía tatuajes era experto en hacerme creer que él era el otro, ¿Confuso, no?

No, no podía identificarlos o al menos, no cuando ellos se lo proponían.

―Zoe, basta, no te haremos daño ―dijo el de los tatuajes intentando acercarse a mí, retrocedí, no los quería cerca, ya era suficiente.

Entre jadeos por lo cansada que aún me encontraba logré decirles que no se acercaran a mí, que ninguno de los dos se acercara a mí.

Estaba aterrada, no reconocía los dos monstruos de los que me había enamorado, no los reconocía, había hecho cada cosa por ellos, por nosotros y ahora, ¿Me querían muerta?

―Los amo, pero no haré eso, no me suicidare.

Luego de decirles aquellas palabras, entendí una cosa, ellos siempre iban a tener un poder sobre mí, y lo entendí porque al día siguiente, luego de mucho meditarlo decidí hacerles caso...

Apreté los ojos y en un rápido movimiento, me puse de pie. Caminé  de un lado para otro, furiosa. Con ambas manos sostuve mi cabeza que había empezado a doler, sin importarme que alguien me escuchara, me descargué y allí mismo grité:

― ¡Por la puta que los parió!

Estaba molesta, demasiado, tanto que en aquel momento lo único que quería era golpear algo sin importarme si mis huesos salían lastimados. Tenía en mis manos una hoja de lo que era el diario de Zoe, del mismo que había desparecido dos días después de su suicidio. Mi mente estaba vuelta un lío. Ni siquiera sabía que debía pensar.

La noche anterior, a las dos de la madrugada cuando me di cuenta que no podía dormir pensando en Zoe, decidí salir de casa. Decidí también que debía  volver a la casa de Zoe, debía entrar a su habitación y encontrar una pista, lo que fuese que me ayudase a descubrir al asesino.

Busqué por todas partes pero al final la encontré, encontré una hoja de su diario doblada debajo de su cama, al parecer ella sí quería que luego de su muerte alguien diera con los culpables, lo que no sabía era como lograr aquello.

Lo que más me sorprendía de todo era saber que ella estaba con los dos gemelos, que los amó, que decidió acabar con su vida por ellos. Aquello era en verdad retorcido.

IRRESISTIBLE ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora