¿Nuestra relación solo es en OT?

~ XX ~ NUEVAS DUDAS

Volvimos a casa. Ya estaba todo el mundo de vuelta y nosotras éramos las últimas.

Nadie nos preguntó donde habíamos estado o qué había pasado, ni por qué llegabamos a esa hora. Tampoco nosotras queríamos dar explicaciones de nada. Todas éramos compañeras y amigas, bueno, una familia, pero no queríamos tener que explicar todo lo que hacíamos.

Así que llegamos a casa y nos fuimos a nuestra habitación. Dejamos los abrigos y nos cambiamos de ropa para estar más cómodas. Yo salí y fui al baño. Supongo que tú fuiste al otro lavabo, porque escuché tus pasos por el pasillo y como se cerraba la puerta del lavabo contiguo.

Salí y me dirigí al salón, donde la mayor parte de mis compañeras ya estaban sentadas en el sofá o rondando. Me senté al lado de Noelia, que hablaba por el móvil, supongo que con su novio.

Tú no tardaste en llegar. Me miraste y yo pensé que te ibas a sentar a mi lado. Pero no fue así. Tus pasos fueron directos a la otra punta del sofá, donde te hiciste un hueco entre Miki y Joan. Abrazaste a Miki y le empezaste a llenar la mejilla de besos llenos de cariño. Aparté la mirada. No sabía por qué la  apartaba. En realidad, no tenía ningún sentido. Tú y yo éramos novias. Y yo no tenía ningún motivo para sentir celos o envidia. Pero el problema era que los había sentido y no lo entendía. Ahora que estábamos bien, ¿qué coño me pasaba? ¿Acaso no confiaba en ti?

Me obligé a concentrarme y en olvidar aquellos ridículos sentimientos. No tenía motivo para sentirlos. No los quería. Así que decidí sonreír y disfrutar de mi segunda familia.

Alfonso, Damion y Julia eran las únicas que faltaban. Estaban en sus habitaciones. La verdad que me extrañó bastante no ver a Julia acurrucada con Carlos, pero decidí no preguntar nada. A Damion se le oía tocar la guitarra en su habitación, así que supuse que debía de estar componiendo y necesitaba estar solo y tener un poquito de tranquilidad. A Alfonso ni se le oía, así que no tenía ni idea de lo que hacía.

Todas las demás estábamos allí. Conversando animadamente, dándonos cariño entre nosotras o simplemente relajándonos en silencio. Tú eras de las segundas, mientras que yo era de las últimas. Seguías en la otra punta del sofá, abrazada a Miki mientras os dabais besos en las mejillas o en el cuello. Me llevo genial con Miki, es uno de mis grandes amigos junto con Joan, pero no sé por qué pero en ese momento me dio rábia que te diese besos en el cuello, un lugar sagrado que solo yo quería besar.

No sé que me estaba pasando, Nat. Tú sabes que yo no soy así. Aquellos pensamientos me dejaron bastante tocada y decidí quitármelos de la cabeza y dejar de pensar en todo ello. Empezé a hablar con Noelia, que seguía hablando con su novio a través del móvil.

- ¿Mañana tenemos clases y ensayos, no? - dije para captar su atención.

Noelia me miró y asintió con la cabeza. Tecleó algún mensaje en el móvil y lo apagó. Me volvió a mirar.

- Sí. Mañana hay ensayos de nuevo. - después de un rato, añadió - ¿Tienes ganas de que llege la gira?

- Pues sí. La verdad es que sí.

- Yo también. Estar todos los días de un lado a otro con vosotros, cantando y conociendo a un montón de gente súper guay...

- Buah, sí - dije yo - ¡qué ganas de ppder volver a subirme a un escenario y darlo todo!

- Encima falta Eurovisión. - me miró y le cambió la cara - Ahh, ostia es verdad. Tú no vas, lo siento.

- No - dije, sonriéndole.

- Bueno, yo tampoco creo que salga. - y se empezó a reír. Noelia tiene una de esas risas mágicas que contágian y yo también me puse a reír.

Mientras Noelia y yo nos reíamos, no pude evitar mirarte. Vi que habías dejado de darle besos a Miki y que ya no lo estabas abrazando. Me mirabas, levantando una ceja y sonriendo. Te diate cuenta que te miraba. Sonreiste todavía más y dibujaste un "te quiero" en tus preciosos labios. Me puse roja.

- Bueno, tendríamos que empezar a pensar en cenar. - dijo Sabela de pronto.

- Sí - corroboró la Mari - Podríamos pedir unas pizzas y cerveza.

Todos nos reímos. Siempre era lo mismo.

- No - dijo Sabela - Bueno, quizá sí.

Sabela, la Mari, Joan, Carlos, Marilia, Miki y Noelia se levantaron. Las demás nos quedamos sentadas.

Tú no tardaste mucho en levantarte. Yo pensé que te ibas a ayudar y hice el gesto de levantarme. Pero negaste con la cabeza al ver mis intenciones. Marta lo vió y me susurró.

- Tú tranquila que se sienta a tu lao, 'illa

Yo le sonreí. Me encantaba su acento. Te miré, esperando a que hicieras lo que Marta decía.

Te acercaste a mí, pasate por delante y pasaste de largo. Desapareciste por la puerta del salón y escuché tus pasos seguir por el pasillo. Marta me miró.

- No desepere', 'illa. Que volverá. De este barco nadie se baja. - Ambas nos reímos.

Marta y yo estuvimos riéndonos y hablando de momentos graciosos en la academia durante un rato. Tú no volvias, habías desaparecido. Después de estar hablando un rato, Marta se levantó y me dijo que se iba a su habitación a intentar componer algo. Me quedé sola en el sofá.

Supongo que seguía esperándote. No lo sé. Supongo que me hubiese gustado que volvieses y me dieses un abrazo o un beso. Supongo que me hubiese gustado aplastarte un rato y reírme contigo. Para mí no tenía ningún sentido que yo me hubiese intentado levantar y que tú me hicieses ese gesto para que no me levantase, como si no quiseras que te siguiese o que fuera contigo. ¿Acaso no querías estar conmigo? ¿Acaso preferías estar con Miki y darle cariñitos a él y no a mí que era tu novia? ¿Qué había hecho para que de pronto te apartases de mí, aunque no me ignorases? Las dudas me comían por dentro y no entendía el por qué. También tú tenías derecho a estar con quien tú quisieras cuando quisieras. ¿Por qué no lo aceptaba? ¿Acaso quería que estuvieses todo el rato conmigo? ¿Por qué no podía dejarte libre? No lo entendía. No entendía nada de lo que me estaba pasando y de lo que estaba empezando a sentir. No tenía sentido.

Me encontraba completamente hundida en mis dudas, cuando volviste a aparecer.