No volví a encender el móvil en todo el día. Fue al día siguiente cuando me encontré con tus mensajes y tus llamadas perdidas. Y me di cuenta de que habías dejado de instistir a las dos de la madrugada, desde la mañana que te había respondido. Abrí Whatsapp.
- Pero Albi
- Lo siento, de verdad
- Te quiero
- ¿Pq dudas cariño?
- Alba por favor
- Estábamos genial
- Es solo una discusión, no pasa nada
- Porfi, Alba
- Contesta plis
- Albi
- Pero pensar qué??
- Amor
- Te quiero Alba
- Reche, por favor
- No va a servir de nada el tiempo
- Dime algo
- Mejor que lo arreglemos hablandolo, nos entenderemos
- Albi, por favor
- ¿Alba?
- No me vas a hacer caso, no??
- Te quieroLo leí todo, pero seguía sin saber que responder. Quizá lo mejor era dejarlo. No, me negaba. No podíamos estar tan mal. Era algo mío que tenía que solucionar. Pero, ¿el qué? Y, ¿cómo? Apagué el móvil. Me estaba haciendo un lío yo sola, así que decidí que lo mejor era hablarlo con mi familia.
- Mamá, ¿puedo hablar contigo sobre un tema?
- Claro, hija.
- ¿Puedo quedarme o me voy? - preguntó Marina, que estaba sentada en el sofá al lado de mi madre.
- Puedes quedarte.
- ¿Sobre qué tema es? ¿Qué te preocupa?
- Natalia.
- ¿Lacunza? ¿Tu novia? - preguntó mi madre, perpleja.
- Sí, mamá. El caso es que nos peleamos. Y yo no sé que me pasa pero dudo.
- ¿De qué? ¿Del amor?
- Sí. De si nos queremos de verdad; si yo la quiero. Porque no es la primera vez que no discutimos.
- Pero eso es normal, cariño. Cuánto más estás cpn una persona, más puedes discutir. Pero no pasa nada. Se pasa.
- Ya pero, ¿y si no? ¿Y si no pasamos?
- No sé, Alba, eso lo tenéis que decidir vosotras.
- Es que se me ha pasado por la cabeza dejarla.
- Ay, cariño. Yo no lo sé. Pero yo digo que os queréis, porque se nota.
- No quiero que nos hagamos daño. - dije, preocupada.
Nos pasamos toda la mañana hablando sobre el tema. Al final La Rafi me convenció para que no me precipitara. Así que seguí en silencio.
Los días pasaban. Tú me ibas escribiendo mensajes. Yo, a veces, los contestaba. Pero estaba distante contigo. Y empecé a centrarme en el trabajo, en mis próximo disco. Y me enteré por redes que tú estabas haciendo lo mismo. Me dolía la situación en la que estabamos, pero sabía que yo misma me la había buscado y la estaba causando. Así que no podía quejarme. Mi familia me apoyaba todo lo posible y me ayudaban a olvidarme, en determinados momentos, del caos que tenía en mi cabeza.
Un día, mi hermana vino preguntándome si sabia que habías sacado un single. Le respondí que no. No me había enterado. Volvía a casa después de haber quedado con unas amigas de la Uni y pretendía ponerme a componer y después a buscar piso en Madrid. Así que nadie me había dicho nada y tampoco había hablado contigo. Por tanto, no lo sabía. Y la verdad que al principio me dolió no saberlo, pero luego se me pasó y quise escuchar tu primer single. Marina me lo puso. Nana triste, me dijo que se llamaba. Me sentí orgullosa. Sí, orgullosa de ti. Era genial, me encantó. Era una colaboración con Guitarrticadelafuente, maravillosa. Entré en redes para saber que decían de tu single y si habías dicho algo al respecto. Pero lo que me encontré no me gustó mucho. Habían rumores de que estabáis juntos o que tenías algo. Yo supuse que si fuese así me lo hubieras dicho, pero recordé, como si me tirasen una jarra de agua congelada, que llevábamos días sin hablarnos. Decidí olvidarlo. No me convenía pensar en ello. Y decidí escribirte algo sobre la canción. Me respondiste, agradecida que me hubiese gustado. Pero nada más. Sentí que me hablabas como si fuese una amiga tuya más. Y eso me dolió. Me dolió pensar que podía ser verdad que yo ya no significade tanto para ti y que, quizás, tú tampoco significabas tanto como había pensado. Que al fin y al cabo la academia había intensificado nuestro cariño y eso que pensamos que era amor no era más que una bonita amistad.
Otros tantos días pasaron. No encontraba piso en Madrid, pero seguía buscando. Lo que si que había encontrado era una solución definitiva a nuestro problema de distanciamiento y ignorancia mútua. Así que teniendo lo que iba a hacer en mente, después de haberlo estado pensando durante semanas, me di cuenta de que lo tenía claro. Se lo dije a mi familia, no aportaron ningún comentario. Nada. Era mi decisión y era yo la que tenía que enfrentarme a las consequencias de lo que había decidido. Y sí, quizás tendría que haberlo decidido contigo, pero lo hice sola. Prefería equivocarme sola.
Era por la tarde cuando decidí llamarte. Estaba nerviosa y no me gustaba la idea de escuchar tu voz al otro lado de la línea y entablar esa conversación. Pero te llamé. No me cogiste el teléfono. Y insistí. A la tercera llamada me lo cogiste.
- ¿Alba? Hola, siento no haberlo cogido antes, acabo de llegar a casa.
- Hola Natalia. Tranquila, no pasa nada.
- Bueno, ¿por qué llamabas? ¿Está todo bien? ¿Ha pasado algo?
- Nono, todo bien.
- Ahh, que susto. Es que llevo mucho sin saber de ti, jooo. Dime que ya está que estamos bien. Porfi. Me voy a morir si seguimos estando así.
- No exageres, anda.
- No exagero Albi.
- Ya pues entonces creo que mejor que te diga lo que te tengo que decir. No sé si estarás de acuerdo, pero he tomado la decisión. Así que ya.
- ¿Es sobre nuestra relación?
- Emmm... sí.
- Ehh, Albi... me das miedo.
- Mira Natalia, llevamos días sin hablarnos y creo que dado a la distancia me parece que nuestra relación no va muy bien.
- Albi ¿qué quieres decir? Por favor, dime que no es lo que pienso. Albi, no, porfa.
- Sí Nat, creo que lo mejor es que lo dejemos.
- ¿Qué? ¿Cómo que lo mejor? Eso no es lo mejor Albi. Yo te quiero. Por favor. - se te rompió la voz y intuí que llorabas.
- Lo siento, Nat.
- Albi, porfi. Albi, noo - estabas rota.
Te colgué. Me dolió pero lo hice. Respiré y me derrumbé. Mis piernas no me aguantaron y caí al suelo, llorando por lo que acababa de hacer. Y lo peor era que sabía que tu estarías igual o peor que yo. Totalmente destrozada, llorando. Porque ahora me acababa de dar cuenta que tú sí me querías de verdad. Y yo lo acababa de echar todo a perder.
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¿Nuestra relación solo es en OT?
أدب الهواةYa se ha acabado OT2018 y Alba Reche y Natalia Lacunza se han ido con sus familias. Ninguna de las dos ha ganado, pero aún así parece que lo que pasó en la academia se queda allí. Parece que su relación ha sido solo una ilusión, una mentira televisi...