Llegaste dos días después que yo al hotel de Madrid. Nos fundimos en un abrazo y me besaste. Yo no dije nada en aquel momento. Me callé para que tu regreso no fuese tan amargo. Quedaban tres días para el concierto y no sabía si hablar contigo antes o después.
Decidí que lo haría después. Supongo que lo decidí así porque en el fondo no quería y intentaba retrasarlo lo máximo para ver si podía cambiar de opinión. Y supongo que también tenía un poco de miedo de tu reacción. Así que decidí aguantar al menos tres días.
Tú no sabías nada; y así me lo demostraste. Estabas tan cariñosa como siempre y tan alegre que se me partía el corazón. El primero de aquellos tres días, me abrazaste como si no hubiese un mañana y me besaste. El primer beso no lo correspondí, pero los siguientes si. No podía evitarlo. Seguía gustándome besar tus labios y sentía que tenía la necesidad de tenerte lo máximo antes de soltarte. Soltarte... como si alguna vez nos hubiesemos tenido por completo... puede que sí; pero ya no lo sé.
Pasamos el día en família. Hablamos animadamente de todo lo que nos había pasado y de lo que pasaría. Luego, nos pusimos a jugar.
Estabamos en la habitación de un hotel de Madrid. Era una habitación amplia donde cabíamos todas, aunque allí solo dormían ocho de nosotras (es decir, la mitad). Teníamos una habitación de ocho y dos de cuatro. Así que el tiempo que pasábamos juntas dentro del hotel, íbamos a la de ocho. Era grande, con paredes blancas y decorados de colores pastel. Era acogedora, dulce y suave. Tenía un salón con dos sofás y una televisión. La alfombra del suelo era de un color lavanda pastel muy suave. Había una ventana con unas cuantas plantas en el alféizar.
Nos sentamos en los sofás y en la alfombra, como hacíamos en la academia. Y jugamos a "¿Qué tengo en el coco?".
Tras varias partidas decidimos jugar a otrod juegos para pasar el rato. Tu estabas a mi lado, abrazandome con cariño. Y yo no pude evitar sonreirte, olvidando todo lo que se me había pasado por la cabeza sobre nuestra relación. Te quería, Nat. Y no lo iba a dar todo por perdido, no. Decidí que debía hablar contigo y así solucionarlo todo.Así que cuando empezamos a jugar a VillaOT me excusé para poder hablar contigo en una habitación tranquilamente. Me levanté de golpe y ante la atenta e incrédula mirada de todas, dije:
- Emm... estoy cansada... creo que me voy a ir un rato a mi habitación.
Y, como esperaba, te levantaste, entrelazaste nuestras manos y dijiste.
- Te acompaño, Albi. - miraste a las demás- Hasta luego.
Y las dos nos diriguimos a una de las habitaciones de cuatro. Entramos y cerré la puerta. Tú me miraste y me señalaste la cama. Yo asentí.
Me diriguí hacia allí y me tumbé. No pude reprimir un suspiro. Y, de pronto, tu risa inundó la estancia. Sonreí. ¿Cómo había podido pensar que nuestro amor se había apagado si solo con tu risa me hacías la persona más feliz del mundo? Levanté mi cabeza y te miré. Nos entendimos sin necesidad de hablar. Te acercaste y te tumbaste a mi lado. Entrelacé nuestras manos y apoyé mi cabeza en tu hombro, rodeando tu cintura con mi otro brazo. Noté tu beso en mi pelo y volví a suspirar, sonriendo después.
- Te quiero Albi - susurraste.
- Y yo Nat - admití
Me mordí el labio inferior y tú viste mis dudas. No tardaste en preguntar.
- ¿Qué pasa, amor?
- No sé Nat. - nos quedamos en silencio, hasta que proseguí. - Estos días... em... no ha habido mucha comunicación entre nosotras... y...
Me miraste, con una mirada triste y expectante. Quise sonreír, pero no lo conseguí.
- Pero Albi... ¿Sabes que te quiero, no? - dijiste con la voz a punto de romperse.
- Sí. Solo que he tenido dudas y... y quería que lo supieras. Porque creo que estamos muy unidas pero necesito que me digas cómo estas y que pueda hablar contigo. Sé que es por trabajo y que quizá soy un poco pesada. Pero es que necesito saber que nos tenemos. Necesito abrazarte y besarte y cuando no puedo siento que nuestro mundo se separa un poquito y entonces necesito saber que confías completamente en mí y que podemos hablar tranquilamente siempre. Que no sé por qué digo lo de confiar, porque sé que confias. Solo que...
No me dejaste continuar. Había cogido demasiada carrerilla y me paraste con un tierno beso en los labios.
- Te amo Albi. No lo olvides nunca, nos separe la distancia que nos separe. Te amo muchísimo y sé que siempre vas a ser una persona súper importante para mi.
- Joo, Nat. Siento haber dudado.
- Nada, amor.
- Te amo, churri. Y no quiero perderte. Tú también eres muy importante para mi. Sin ti nada es suficiente.
- Never enough... - cantaste y yo reí. Cantaste la canción entera, mirándome, mientras yo seguía riéndome con las mejillas sonrojadas.
I'm trying to hold my breath
Let it stay this way
Can't let this moment end
You set off a dream in me
Getting louder now
Can you hear it echoing?
Take my hand
Will you share this with me?
'Cause darling without you
All the shine of a thousand spotlights
All the stars we steal from the nightsky
Will never be enough
Never be enough
Towers of gold are still too little
These hands could hold the world but it'll
Never be enough
Never be enough
For me
Never, never
Never, never
Never, for me
For me
Never enough
Never enough
Never enough
For me
For me
For me
All the shine of a thousand spotlights
All the stars we steal from the nightsky
Will never be enough
Never be enough
Towers of gold are still too little
These hands could hold the world but it'll
Never be enough
Never be enough
For me
Never, never
Never, never
Never, for me
For me
Never enough
Never, never
Never enough
Never, never
Never enough
For me
For me
For me
For me- Bueno... y ahora a descansar. - dijiste.
Suspiré y me acurruqué contra tu cuerpo. Nos abrazamos y no tardé mucho en dormirme sintiendo tu respiración acariciar mi cabello.
Desperté con tus besos sobre mi cara y sonreí.
- ¿Qué hora es, Nat?
- Tarde.
- Ya, ¿pero qué hora? - dije con voz dulce.
- No te lo voy a decir. Es tarde. - me picaste.
- Naaat. - dije con voz de bebé y haciendo un puchero. - Dímelo, porfi.
- No. - dijiste levantándote mientras te reías y me empezabas a hacer cosquillas.
- Noooo, no, no. Naaat... no... para... para... natalia... nooooo. - empecé a quejarme, mientras reía a carcajadas.
- Siii... si... no voy a parar... albi... te hago cosquillitas...
- Naaat... paraaaa... por favor... nat, para,... para...
Seguimos así un rato hasta que paraste. Me diste un beso en la nariz mientras yo seguía riéndome.
- Vamos, anda. - te levantaste y me estiraste de la mano para que hiciera lo mismo. Pero no lo hice.
- No. Ahora me quedo aquí. - dije intentando parecer una niña pequeña enfadada.
- ¿Ah si? La niña se ha enfadao, vaya. - te empezaste a reír e intenté no reírme, pero fallé. - ¿Quieres que te siga haciendo cosquillas, a ver si cambias de opinión?
Abrí los ojos y respondí rápidamente.
- No, no, ya voy.
Me levanté y me abrazaste. Me llenaste toda la cara de besos, susurrándome unos dulces "te quiero" que me supieron a paraíso. Juntas nos fuimos con las demás a cenar.
ESTÁS LEYENDO
¿Nuestra relación solo es en OT?
FanfictionYa se ha acabado OT2018 y Alba Reche y Natalia Lacunza se han ido con sus familias. Ninguna de las dos ha ganado, pero aún así parece que lo que pasó en la academia se queda allí. Parece que su relación ha sido solo una ilusión, una mentira televisi...