•CAPITULO EXTRA: Muchos años.

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Narra ______:

Observo fijamente hacia la sala, realmente tengo pensamientos muy locos en este momento, como matar a Christopher o poner en adopción a nuestro hijo Bryant.

—Realmente eres increíble, ¿Así cuidas a nuestro hijo?—
Apenas me acerco, tomo a mi bebe y Christopher me mira con ojos de cachorro.

—Ahhh no, no funciona más conmigo. ¿Le diste una hamburguesa de almorzar? ¡Tiene 4 años!

—Lo siento amor, es que ya no había puré de manzanilla...

—¡Compre bastantes manzana! tenías que hacerlo tú, genio.

—¿Que? ¿No se compra eso?

—Ya, lárgate de mi vista.

No sabía en qué momento había pasado, pero últimamente lo único que hacía con Christopher era pelear. Había conseguido un empleo de pocas horas en un súper, no era mucho lo que tenía que hacer. Pero el estrés venía cuando llegaba a mi casa, donde Christopher o dejaba que el niño rompiera algo o le daba comida chatarra de comer. ¡Solo tenía 4! ¿Que clase de alimentación tendrá dentro de un año? No quería que mi hijo comiera tanta comida grasosa.

Lleve al pequeño a la cocina y comence a buscar las manzana en el refri. En cuanto las encontré, me dirijo al lavabo y enjuague cada una, para luego quitarle la cáscara.

—Ay bebe, tan precioso.

Comencé a rallar las manzanas en un plato para hacer el puré y en cuanto termine me acerque a Bryant, quién estaba con un juguete de soldado en la mano.

—Dame eso pequeño, hay que comer la papa.- digo con voz más dulce de lo normal. El hace un pucherito que me derrite por completo y asiente.

—Eso es, ¿puedes comer solito?— asiente una vez más y toma su cuchara de plástico para comenzar a comer su puré. —Asi está mejor cariño- acaricie su cabello y di un suspiro leve. Él era igualito a su padre, en aspecto. Pero tenía muchas actitudes mías también y mis ojos verdes.

—¿Que tengo que hacer para que me perdones?

En cuanto vuelvo a la sala, Chris esta sentado en el sofá y me ataca con su carita de perro. Decido ignorarlo y comienzo a juntar los jueguetes que se encuentran esparcidos por todos lados.
Pero algo me detiene y siento que alguien me retiene por la espalda.

—Sueltame- trato de sonar lo más calmada posible.

—No quiero. - me da un beso suave en el cuello e inmediatamente mi piel se eriza.

—N-no hagas eso...

—¿Por qué no, preciosa?- vuelve a darme otro beso pero esta vez es más intenso.

—Yo... Por favor, el niño...

—Shhh esta comiendo- me da la vuelta y comienza a besarme pero en los labios. ¿Acaso no podía dejar de caer en eso?

Rápidamente lo quito de encima en cuanto se que esto no iba a terminar en algo muy agradable para nuestro hijo.

—No Chris, esta vez no será asi- mi tono de voz es más que enojado y el vuelve a hacer puchero.

—Si quieres que te perdone, asegúrate de que Bryant se coma toda su papilla-

Comienzo a juntar los últimos juguetes que quedan y él enojado se va en dirección a la cocina. Suspiro de alivio de que no hizo una rabieta, como las que solía hacer Bryant cuando quería bañarlo.

En cuanto termino, decido espiar a mi esposo y a mi hijo. Esta escena era algo maravilloso y demasiado fuerte para mí débil corazón, pero aún así sonrío de felicidad.

Consecuencias | Christopher Vélez ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora