Eh, para. No te enfades tanto y devuélveme las bragas. Lo miro furiosa.
El comedor me recuerda nuestra cena íntima en el Heathman. Una lámpara de araña de cristal cuelga sobre la mesa de madera noble y en la pared hay un inmenso espejo labrado y muy ornamentado. La mesa está puesta con un mantel de lino blanquísimo y un cuenco con petunias de color rosa claro en el centro. Impresionante.
Ocupamos nuestros sitios. El señor Evans se sienta a la cabecera, yo a su derecha y Christopher a mi lado. El señor Evans coge la botella de vino tinto y le ofrece a María. Shanna se sienta al lado de Christopher, le coge la mano y se la aprieta fuerte. Christopher le sonríe cariñoso.
Shanna-—¿Dónde conociste a Emma? —le pregunta.
Chris- la conocí en el colegio donde trabajo.
Shanna sonríe entusiasmada a María, que está sentada enfrente, al lado de Elliot, y empiezan a hablar de la revista de la universidad.
Carrick- —¿Vino, Emma? —me pregunta el señor Evans.
Emma-—Por favor.Le sonrío. El señor Evans se levanta para llenar las demás copas. Miro de reojo a Christopher y él se vuelve a mirarme, con la cabeza ladeada.
Chris—¿Qué? —pregunta.
Emma—No te enfades conmigo, por favor —le susurro.
Chris—No estoy enfadado contigo. Lo miro fijamente. Suspira.
Chris—Sí, estoy enfadado contigo. Cierra los ojos un instante.
Emma-—¿Tanto como para que te pique la palma de la mano? —pregunto nerviosa.
María-—¿De qué estáis cuchicheando los dos? —interviene María.
Me sonrojo y Christopher le lanza una feroz mirada de «métete en tus asuntos, Kavanagh». Hasta María parece encogerse bajo su mirada.
Emma-—De mi viaje a Georgia —digo agradablemente, esperando diluir la hostilidad que hay entre los dos.
Chris—Como para que me pique la palma de la mano —me susurra—. Sobre todo ahora —añade sereno y muy serio. Oh, no. Me estremezco.
Reaparece Grace con dos bandejas, seguida de una joven preciosa con coletas rubias y vestida elegantemente de azul claro, que lleva una bandeja de platos. Sus ojos localizan de inmediato a Christopher. Se ruboriza y lo mira entornando los ojos de largas pestañas impregnadas de rímel. ¿Qué? En algún lugar de la casa empieza a sonar el teléfono.
El señor Evans se levanta de nuevo y sale.
Grace—Gracias, Gretchen —le dice Grace amablemente, frunciendo el ceño al ver salir al señor Grey—. Deja la bandeja en el aparador, por favor. Gretchen asiente y, tras otra mirada furtiva a Christopher , se marcha. Así que los Evans tienen servicio, y el servicio mira de reojo a mi futuro amo.¿Podría ir peor esta velada? Me miro ceñuda las manos, que tengo en el regazo.Vuelve el señor Evans.
Carrick—Preguntan por ti, cariño. Del hospital —le dice a Grace.
Grace—Empezad sin mí, por favor. Grace sonríe mientras me pasa un plato y se va.
Huele delicioso: chorizo y vieiras con pimientos rojos asados y chalotas, salpicado de perejil. A pesar de que tengo el estómago revuelto por las amenazas de Christopher, de las miradas subrepticias de la bella Coletitas y del desastre de mi ropa interior desaparecida, me muero de hambre. Me ruborizo al caer en la cuenta de que ha sido el esfuerzo físico de esta tarde lo que me ha dado tanto apetito.
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Possesive Love
FanfictionÉl un Profesor de educación física con un oscuro secreto, Ella una alumna dispuesta a caer en su juego. ¿cuales seran las consecuencias?