Lo que pasó ayer me está pasando factura, no he conseguido pegar ojo y no soy capaz de sacarme de la cabeza a ese idiota.
Lo miro, lo miro, lo miro...
-¿Que miras?
-N-nada.- Tartamudee.
-Llevas 10 minutos mirándome hermanita..- Su sonrisa me extasiaba.
-Que va.- Reí nerviosa mientras miraba mi plato y pinchaba las tortitas.
¿En qué estaba pensando?
A sí, en él.
-Ni si quiera has pegado bocado y eso que es tu desayuno favorito.
-Me he levantado sin hambre.
-Bueno.. - Dijo terminándose el zumo.- ¿Te llevo?
-Si.- Musité finalmente y me levanté para seguirle al coche.
Una vez en frente del coche se paró en seco, quedó de espaldas a mi y yo lo observaba, sus músculos se marcaban a través de su camiseta blanca y sus pantalones de chándal grises le quedaban de miedo.
Cuando me acerqué a él se giró bruscamente y sus manos rodearon mi cintura, sus labios se pegaron a los míos ansiosos y su lengua no tardó en hacerse paso e incorporarse a la mía.
Me encantaban sus besos, hasta un punto en el que me hacia olvidar cualquier cosa.
Se separó de mi y me abrió la puerta para que entrara, luego el se metió en el asiento del conductor y condujimos en un silencio para nada incómodo.
Al llegar salimos a la vez, yo me encaminé hacia la entrada pero sus manos rodearon mi cintura por mi espalda y yo me alteré.
-¡¿Que haces?!- Me giré quedando de frente a el.
-¿No puedo abrazar a mi hermanastra favorita?
-Si.. no.. si.
-Aclárate.- Rió.
-Si.- Murmuré.
-¿Y besarla?- Su sonrisa se agrandó.
-Ni en broma.
Me miró, me miró, me miró y finalmente una carcajada me desconcertó.
-Era broma hermanita.
Eso me relajó, no sabia cual hubiera sido mi reacción si me hubiera besado delante de todos.
Pero ahora eso no era lo que me incomodaba, era ver a Laurence después de lo que pasó con Sebas.
Me separé de el y me dirigí al interior del edificio, estaba dispuesta a contarle lo de Sebas y no sabía cómo iba a reaccionar.
Me dirigi a las taquillas y tras mirar entre el barullo de gente la vi, le hice un gesto para que se acercara y cuando estaba a unos pasos de mi sonó la campana del inicio de clases.
-¡Te veo en el descanso!- Gritó antes de desaparecer.
La mañana pasó rápida, en lo que cabe, llevo dándole vueltas al tema y ni siquiera sé cómo decírselo aún.
Al ir a dejar las cosas en la taquilla un grupito de chicas llamaron mi atención con la conversación que estaban teniendo y yo, como gran cotilla, me quedé a oírlas.
-¿Viste a Aaron esta mañana?- preguntó una rubia.
-¡Si tía! Está para comérselo.- Añadió una castaña.
¡Y tanto que está bueno!
Sonreí para mis adentros y continúe escuchando.
-Dicen que la tiene pequeña.- comentó la rubia apenada.
-Ni en sueños cielo, te puedo asegurar que la tiene enorme y que folla..- Suspiró una morena de pelo corto.
Ese comentario me puso los pelos de punta y todos mis sentidos se centraron en la conversación.
-¿Y cuando pensabas decirnos que te lo habías tirado gocha?
-Fue hace...
No escuché más ya que fuí interrumpida por Laurence.
-¿Qué haces aún aquí?- Dijo apartando su larga melena rubia.
-Me entretuve.- Me excusé como pude y puse rumbo a la cafetería.
Por culpa de su aparición no pude escuchar la conversación entera y es hace que me ponga de mala leche.
Me molesta que hablen de el, pero me molesta aún más no haber oído lo que estaba a punto de soltar la chavala.
Una vez llegamos a la cafetería me senté a esperarla en una mesa vacía, al oír esa conversación se me había quitado el hambre y añadamosle los nervios de contar lo de Sebas...
La figura de Laurence se hizo presente y se acomodó en frente mío.
-¿No comes nada?- Preguntó extrañada.
-No tengo apetito.- Sisee.
-Bueno..- Dijo dándole un bocado a su pincho.- ¿Ibas a decirme algo por la mañana?
Vamos allá.
-¿Cómo fue lo de Sebas zorron?- Pregunté divertida.
-Simplemente surgió, fue muy extraño, no lo veía venir.
-Tengo que contarte algo..
-Sueltalo.
-Pero tienes que prometerme que no se lo dirás a nadie.
-Si..
-Nadie es nadie Lau...
-Pinkie promise.- Dijo poniendo su meñique a la vista, los juntamos y nos besamos la mano.- Ahora sueltalo de una vez.- rió.
-Es sobre sebas.- Suspiré.
Le conté todo lo sucedido con pelos y señales, lo del compromiso, que me gustaba..
Obviamente omití a Aaron en todo momento, me excusé con el tema de que eran mejores amigos pero como es de esperar mi mejor amiga duda.
-¿Y porque no puede enterarse Aaron?
-Por que no.
-Algo me dice que no estás siendo del todo sincera.- Achinó los ojos y me miró fijamente.- Maya..
-Es todo Lau.
Y su silencio me incomodó, elevé la vista y estaba observando algo o a alguien.
Su mirada se deslizó hacia mi y de nuevo hacia lo que la tenía tan ensimismada y al seguirla me encontré con Aaron.
-Hermanita, papá quiere que vayas a casa.
-¿Porqué no me ha llamado?- Pregunté ojeando el móvil.
-Ni idea.- Sonrió.- Me dijo que te llevara.
-Vale.
Y dicho eso me despedí de Laurence y me fuí con Aaron.
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Teen Fiction-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...