Alcé la vista y me encontré con esos ojos azules que me tenían loca, pero su rostro cambió a desaprobación, ya no tenía esa sonrisa perversa, estaba enfadado.
-¿Has fumado?
Su pregunta no me pillaba por sorpresa pero inconscientemente miré hacia donde se encontraba lo que había usado para liar el porro.
El siguió mi mirada y antes de que pudiera decir nada hablé.
-Para algo lo compré ¿No?
-Como tu madre te pille eso..
-A mi no me caerá más que una bronca.- Sonreí.- Pero como te pillen a ti con esa rubia de bote ya sabes.
Su mandíbula se tensó, sabía que tenía razón y que al juego de putear ganaba yo.
-Maya..
Lo miré fijamente, ahora que me doy cuenta está peligrosamente cerca de mi y sus manos siguen posadas en mi cintura.
Miré sus labios, los deseaba, quiero besarlos y no sé si será por el efecto de la marihuana pero me muero de ganas por follarle.
-¿Que?
-¿Que hacías paseándose en bragas delante mio?
-No sabía que estabas ahí.- Sonreí maliciosa.
-Te vi en la terraza pequeña.- Su sonrisa le delataba.- Saliste para provocarme.
-Por favor Aaron.- Ladee la cabeza y me mordí el labio divertida.
Su mirada bajó a mis labios y luego se posó más abajo, una de sus manos tiró suavemente de mi camiseta dejando ver mi escote, se mordió el labio y siguió su camino hasta mis muslos.
Oh dios ¡Calor!
Posó su mano en mi sexo por encima de las bragas y su sonrisa se agrandó.
-Estas mojada.
-Porque no te vas con la rubia.- Sisee.- Te estará esperando.
-Por mi como si se larga.
No puedo más, voy a explotar, lo necesito, quiero besarle, saborearle.
Y lo hice, le cogí del cuello y lo pegué a mi, sus labios se pegaron a los míos y sus manos me cogieron del trasero rompiendo el poco espacio que quedaba entre nosotros, notaba su erección a través de sus pantalones de chándal.
¡Dios! ¡Follame!
Pero una voz nos interrumpió.
-¿Aaron estás ahí?
El se separó de mi y salió de mi habitación para hablar con ella, al oír una discusión supuse que iria pa largo asi que me quité la camiseta y las bragas para meterme en la ducha, abrí el grifo y cuando iba a meterme fui frenada.
-¿Ibas a ducharte sin mi?
Me giré y vi a Aaron apoyado en la puerta.
-Pensé que iría para largo.- Comenté.
-Para largo irá lo que te voy a hacer nena.- Dijo acercándose a mi y quitándose la ropa, sus palabras me encendieron de nuevo, este chico era pura atracción y a mi me volvía loca.
Una vez los dos desnudos nos quedamos observantes, su cuerpo era una obra de los dioses ¡Joder! ¿No podía tener un hermanastro feo?
Sus labios se empotraron con los mios, sus manos recorrían mi cuerpo y su erección rozaba mi sexo de manera muy placentera.
Poco a poco fuimos retrocediendo hasta la ducha y una vez el agua caía sobre nosotros un gruñido por parte de Aaron me hizo reir.
-¿Como aguantáis el agua tan caliente?- Reí de nuevo, para mi estaba perfecta, me atrevería a decir que me gustaría que estuviera mas caliente.
-No seas quejica.- Sisee y el rió.
-Apoyate en la pared.- Me ordenó y yo no tardé en hacerlo.- Abre las piernas nena.
Una vez cumplido lo que decía se agachó hasta la altura de mi sexo, sus dedos separaron mis labios y su lengua pasó rauda por mi clítoris, un placer inmenso inundó cada milímetro de mi cuerpo, lo succionaba, mordisqueaba y chupaba con gran habilidad.
Esto es increíble.
-¿Te gusta nena?
-S-Si.- Gemí.
A punto estaba de llegar al climax cuando el paró me dió la vuelta y mis pechos chocaron con las frias baldosas haciéndome gemir, el agua caía sobre mi espalda y mientras Aaron pasaba su dura erección por mis nalgas para seguidamente introducirse dentro de mi.
-Ah.- Gemí por su brusquedad y el tapó mi boca con su mano.
-Nos van a oír.- Murmuró en mi oído.- Y no quieres que nos pillen ¿Verdad?- Me negué, su voz ronca sonaba jodidamente sexy.
Aceleró las envestidas, una tras otra, la misma sensación de antes me inundaba, era un placer indescriptible, nuestros gemidos inundaban el ambiente y al poco ambos llegamos al climax.
Nuestras respiraciones agitadas se fundían con el sonido de la ducha, al recomponernos Aaron me abrazó y se apoyó en mi espalda.
-Me encantas Maya.- Murmuró.
-Y tu a mi idiota.- Fue lo único que dije ya que me volteó y juntamos nuestros labios nuevamente, pero esta vez no denotaban deseo, era otra cosa, me besaba con delicadeza, con amor..
Al separarnos el cogió la esponja y la untó de jabón para seguidamente comenzar a pasarla por mi desnudo cuerpo y observarlo.
Tenerlo así para mi era perfecto.
Y que le haya dado calabazas a esa pordiosera por mi es aun mejor.
No me imagino la cara que pondría cuando Aaron la invitó a irse.
Reí para mis adentros y continuamos la ducha, una vez nos aclaramos ambos salimos e hicimos el tonto, no voy a negar lo obvio, me gusta y pasar tiempo con el es lo mejor.
-Pero..
-¿Dijiste algo?- Preguntó.
-Es solo que..
-¿Ya vas a estropearlo como el otro día?- Dijo molesto.
-No es estropearlo, es que esto esta mal.
-¿Y te crees que no lo se?- Comenzó a vestirse.
-¿Entonces? ¿Por qué lo haces?
-Porque no puedo evitarlo.
-Pero cualquier chica puede atraerte, no entiendo porque yo..
-Porque tu no eres cualquier chica Maya.- Suspiró.- Tu a mi me gustas.
Y dicho eso salió de la habitación dejándome con un turullo de preguntas y sentimientos.
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He amado vuestras respuestas!
Me ha encantado conoceros un poquito más 😍❤️
Sois geniales!
Os amo❤️❤️
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Teen Fiction-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...