-¿Estás lista cariño?- Preguntó mi madre al otro lado de la puerta.
-¡Dame un segundo ma!- Grité poniéndome los tacones y saliendo.
-Estás preciosa.- Dijo nada mas verme y yo sonreí.
Me había puesto el vestido que compre acompañado de unos tacones negros y un bolso, ricé mi cabello dejándolo suelto y me había maquillado como nunca.
Detrás de ella apareció el padre de Aaron y a su lado se encontraba el con un traje negro y una camisa blanca desabrochada ligeramente.
Me observaba con descaro y su mirada subía y bajaba constantemente de mi escote a mis labios.
-Vamos o llegaremos tarde cariño.- Dijo Alexander cogiendo a mi madre por la cintura y bajando las escaleras.
Aaron y yo íbamos detrás de ellos y él aprovechando que están de espaldas agarró mi trasero y lo apretó ligeramente, lo miré con picardía y se mordió el labio.
Se que ahora mismo se está controlando para no desnudarme y follarme en el sofá.
Nos sentamos en el coche y el camino no fue muy largo, al legar nos bajamos y nos adentramos al restaurante, todo el mundo iba elegante y supuse que habían reservado el local entero para meter a toda esta gente.
Buscamos nuestra mesa y por mi mala suerte nos sentábamos con los padres de Sebas y el.
Cosa que me extrañaba, ya que ellos no trabajaban para la empresa y ahora que me doy cuenta, hay mucha gente que no conozco en esta sala, pero decidí ignorarlo.
La cara de Aaron era un poema ya que desde que llegué Sebas no me ha quitado el ojo de encima y eso en el fondo me molestaba, ya que después de todo lo que había pasado su compañía no me agradaba lo mas mínimo.
La cena se basó en hablar de negocios y temas de la empresa los cuales Aaron y yo aún no manejábamos asi que nos dedicamos a hablar entre nosotros.
Al llegar el postre Aaron me miro, sonrió y se acercó a mi oído para seguidamente susurrarme.
-Tu serás mi postre.
Sonreí y noté como mis mejillas se acaloraban, de repente su mano se coló por la abertura de mi vestido y se posó en el interior de mis muslos, un calor inundó mi cuerpo y miré a mi alrededor, todos estaban a lo suyo, nadie nos prestaba atención y eso me relajaba.
Lo miré disimuladamente, su lengua recorrió su labio inferior y sus dedos se hicieron paso por mis bragas para comenzar a formar pequeños círculos en mi clítoris.
De repente un camarero comenzó a servir copas de champagne y al pasar por nuestro lado Aaron sacó su mano y la posó en su pierna, lo miré divertida y la voz de mi madre inundó toda la sala.
-A todos los presentes.- Mi madre y Elisabeth se encontraban de pie y eso no me daba buena espina.- Queríamos darles una maravillosa noticia.
Todos los presentes las observaban, yo miré a Sebas quién tenía una sonrisa de oreja a oreja.
No.. Por favor, no...
-Mi hija Maya.- Dijo indicándome que me levantara y así hice.
-Y mi hijo Sebastián.- Dijo Elisabeth y el se levantó.
-¡Van a concertar matrimonio muy pronto uniendo ambas empresas!- Dijeron ambas a la vez.
Me quedé inmóvil, no podía haber hecho eso, sin si quiera consultármelo y para encima hacerlo público.
-Llevan de noviazgo un tiempo y hemos decidido que era lo mas indicado.- Añadió Elisabeth.
No podía ser cierto, no ahora.
Miré a Aaron quien estaba notablemente enfadado, no sabia como reaccionar, mi mundo perfecto se había derrumbado con una sola palabra, matrimonio.
-¡Brindemos!
Todos los de la sala chocaron sus copas menos Aaron y yo, él se levantó de golpe dejando caer la silla al suelo y salió por la terraza.
-¿Porque lo has hecho mamá?- Le pregunté mientras las lágrimas amenazaban con salir.
-Tarde o temprano iba a pasar cariño.
La miré con odio y salí de allí en busca de Aaron, su figura se movía inquieta a un lado del extenso jardín, me acerque a el y su voz me frenó.
-No te acerques.- Su voz me decía que estaba enfadado y dolido.
-Aaron por favor..- Supliqué.
-¿Lo sabias?- Preguntó levantando la mirada y clavando sus ojos en mi.
-Aaron yo..
-Dime Maya, ¿Lo sabias?- Repitió.
-Si..- Musité y de repente soltó un puñetazo a la pared.- Por favor no, para.- Dije sin poder frenar las lágrimas y estas brotaron sin parar.
-¿Por que no me lo dijiste?
-Pensé que no iba enserio..
-¿Y lo del noviazgo?- Me quedé en silencio, no quería, no podía decírselo.. -Maya, ¿Os habéis besado?
-Si..- Susurré.
-Por que tuviste que hacerlo..- Susurró.- Por que..
-Aaron..- Me acerqué.
-¡No!- Me frenó.- Vete.
-No.
-¡Vete joder!- Me gritó, me quede inmóvil unos minutos y de repente las manos de alguien cogieron mis hombros y al ver quien era me asombré.
Alexander.
-Vete cielo, yo hablaré con el.- Dijo intentando calmarme.- Es lo mejor.
Sali corriendo al interior y me metí en el baño, me senté en el suelo y las lágrimas de apoderaron de mi.
Siempre hay algo que lo jode todo, estábamos bien, éramos felices y ahora nuestro pequeño mundo se hacia añicos por momentos.
Lloré, lloré y lloré hasta que finalmente ni las lágrimas salían.
Solo me quedaba salir ahí y hacerle frente a la mierda que me esperaba.
Esperar que Aaron me perdone..
Poner una sonrisa y celebrar algo que iba a ocurrir sin poder pararlo.
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MARATÓN 3/3
Espero que os haya gustado!❤️
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Teen Fiction-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...