Capítulo 32

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Laurence lleva media hora hablándome del chico que quiere ver hoy en la fiesta, me tiene la cabeza loca con tanto:

"Es guapísimo"

"Es un encanto"

Bla, bla, bla..

Desde ayer que mi teléfono no para de sonar, Aaron no ha parado de llamarme para saber dónde estoy y la única solución que he encontrado decente es apagar el móvil.

Pero de repente el sonido de la puerta llamó nuestra atención y al ser tan insistente decidí esconderme.

Por si las moscas.

Laurence abrió, era eso o que el causante del jaleo hechara la puerta abajo y la voz de Aaron inundó mis oídos.

Y las moscas llegaron.

-¿Dónde está?- Preguntó entrando.

-¿Dónde está quien?- Disimulo ella y el la miró.

Desde donde estoy lo puedo ver perfectamente y el ni siquiera puede saber que estoy aquí.

-Sabes de quién hablo Laurence.- Añadió el molesto.

-Aaron, no se nada de ella, igual pasó la noche con otra amiga, pero yo no sé dónde está.- Mintió.- ¿Pasó algo?

-No lo se, no contesta mis llamadas y no tengo ni puñetera idea de dónde está.- Su voz se quebró y yo me mordí el labio.- Estoy muy preocupado Lau..

-Eh, seguro que está bien y fijo que se habrá quedado sin batería.- Dijo ella abrazándolo y el enterró su rostro en su hombro.- Relájate ¿Vale?

El suspiró, levantó  el  rostro y asintió.

-Siento haber insistido.- Dijo y desapareció en el umbral de la puerta.

Salí de mi escondite y Laurence cerró la puerta tras de sí.

Mi humor ahora es pésimo, entre mis hormonas que está haciendo de las suyas y el cabrón que está haciendo lo imposible por comunicarse conmigo y hacerse la víctima después de lo que ví estoy que hecho chispas.

-Gracias por encubrirme.- Musité.

-Maya..- Me llamó y yo la observé.- Aaron no está bien.

-Me da igual.- Añadí segura.

-No te creo maya.

Y haces bien.

¿Como no me va a importar si es el jodido amor de mi vida?

-Pues créeme.- Añadí temblorosa.- El para mí está muerto.

-Maya...

-¿A qué hora es la fiesta?- Le pregunté, me habían entrado unas ganas locas de presentarme allí.

-En un par de horas.- Dijo ella mirando la hora en su móvil.

-Arreglate.- Sonreí.- Tenemos una larga noche por delante..

Ella sonrió e ilusionada salió corriendo.

Nos arreglamos, ella se puso un vestido de flores veraniego y unas sandalias de tacón mientras que yo me puse un vestido escotado granate con la espalda cruzada que me llegaba por encima de las rodillas acompañado de unos botines negros.

Una vez listas cogimos un taxi y le dimos la dirección.

El ambiente era bueno, la música latina estaba presente y eso era un punto a favor.

La verdad, no hubiera aceptado venir si no fuera por qué se que esa rubia va a estar aquí.

Observé el lugar y divisé la barra libre, le pedí algo fuerte, la noche prometía..

Tras un par de tragos junto a Laurence Flinn se unió a nosotras con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Que tal están las chicas mas guapas de la fiesta?- Preguntó.

-¡Muy bien!- Dijo Laurence emocionada y la copa de Flinn cayó en su vestido al ser golpeada por su mano.

-¡Lo siento!- Dijo Flinn nervioso e intentando limpiar la mancha.

-¡No te preocupes!- Dijo ella sonriente.- Voy al baño, vuelvo ahora.

Y dicho eso se fué al piso de arriba.

-Tu amiga es muy enérgica.- Dijo riendo y yo me uní.

-Le gustas.- Comenté tranquila y él sonrió.- Se pone muy nerviosa en esas ocasiones..

-Es un encanto, la verdad.- Dijo el.- ¿Te apetece tomar el aire un rato?

-Claro.- Acepté yo y ambos salimos al jardín con una copa en la mano.

Nos alejamos del barullo de la gente y una vez nuestras voces se oían más alto que la música y los gritos de los demás nos paramos.

-Eres la hermana de Aaron y ni si quiera lo sabía hasta hace escasos días.

-Nunca quiso que me relacionara con chicos.- Comenté sin ganas.

-Y es entendible.- Dijo colocando su mano en mi cintura.- Eres preciosa Maya, yo también haría lo mismo.

De un momento a otro me encontraba a escasos centímetros de su boca y en mi interior sentía como un nudo crecía.

Por más ganas que tuviera de joder a Aaron no podía, mi corazón no me lo permitía.

-Lo siento.- Musité posando mi mano en su pecho y alejándolo de mi.- No puedo hacerlo.

-Lo entiendo.- Dijo el y bebió su copa.- Aaron tiene mucha suerte.

-¿Que?- Pregunté.

-Te quiere.- Comentó el.- Y no como una hermana, he visto como te mira y como habla de ti... Está loco por ti Maya.

-No sabes nada Flinn.- Carraspee.

-Sé que hoy estuvo desesperado buscándote.

-No es mi problema.

-Lo es, deja que hable, no te vayas sin hacerlo.

No sé a qué se refería pero ahí se había acabado la conversación.

Entré de nuevo en la casa junto a Flinn y este me observaba, su sonrisa se torció y su mirada estaba puesta al final de la habitación.

Miré y ahí estaba, Stefany y Aaron apoyados en la barra, él estaba pidiendo y se encontraba de espaldas a mi, mientras que ella tenía su mirada clavada en mi y una sonrisa de oreja a oreja.

Me acerqué y sin darme tiempo a dar dos pasos Stefany sujetó su mandíbula  atrayéndola hacia ella y sus labios se juntaron.

En ese momento sentí mi sangre arder.

No acababa de ver eso.

Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora