Me desperté por un portazo, miré a mi alrededor, ya era de mañana y mi madre iba a entrar para saber cómo me fué en la fiesta.
Mi mirada buscó a Aaron, quien estaba durmiendo con la boca abierta, pero eso no quitaba de que estuviera expléndido, su pelo revuelto y su torso desnudo asomando por mis sábanas hacían que recordara cada segundo de lo que pasó a noche.
Pero eso ahora no importa.
-Despierta.- Susurré zarandeandolo.
Me gané un gruñido por su parte pero mejor eso que una avalancha de preguntas de porque estábamos ambos desnudos.
-¿Hija estás ahí?- Preguntó mi madre subiendo las escaleras.
Aaron abrió los ojos como platos y se levantó escopetado de la cama para buscar sus calzoncillos, una vez se los puso yo me puse su camiseta y oí que mi madre intentaba abrir la puerta.
-¿Maya estás..?
-Si mamá ya voy.- Le interrumpí.- Escondete debajo de la cama.- Le Susurré y el negó.- ¡Hazlo!
Arregañadientes hizo lo que le pedí y yo aparté la ropa tirada por el suelo una vez lo vi todo "bien" abrí.
-¿Qué tal la fiesta?- Preguntó.
-Muy bien.
-Ya veo, está todo hecho un desastre.
-Lo siento mucho.- Me disculpé.
-Ve a ayudar a Victoria a limpiar y avisa a tu hermano.
-Si mamá.
Y dicho eso salió de la habitación.
Respiré hondo, es como si no lo hubiera hecho en toda la conversación.
Bueno.
Esque no lo he hecho.
La figura semidesnuda de Aaron apareció y un oleada de sentimientos me invadió.
¿Que estás haciendo conmigo?
-Vete antes de que vuelva.
-¿Estás bien?
-Si.- Mentí.- Ya oíste a mamá, tenemos que ayudar a Victoria a limpiar así que date prisa.
Asintió y se fué, me di una ducha, me vestí y bajé al jardín.
Estaba hecho un jodido asco, y cuando iba a coger una lata del suelo mi móvil sonó.
Era Laurence.
-¡Tia! ¿Donde te metiste anoche?
-Me encontraba mal y me acosté.- Reí para mis adentros al recordar el motivo que verdaderamente hizo que desapareciera.
-¡No sabes lo que os perdisteis tu y tu hermano!
-¿El tampoco estuvo?- Me hice la loca.
-¡Que va! Os perdí a los dos.
-Y cuéntame.. ¿Qué pasó?- Desvié el tema.
-Primero decir que.. ¡Triunfe!
-¿A sí? ¿Con quién?
-Con Sebas.
Punzada.
-¿Cómo que triunfaste?
-¡Lo hicimos en el baño!- Dijo emocionada.
Laurence, no sabes lo mucho que me acaba de doler eso..
-Me alegro por ti amiga.
-Y bueno lo demás...
-Ya me contarás en otro momento, tengo limpiar el estropicio que dejasteis.- Me excusé.
-Vale amiga.
Y colgué.
No quería oírla.
Y ahora quería matar a Sebas.
¿Puede salirme algo bien?
-Buenas.- Dijo Aaron pasando sus manos por mi cintura y plantando un beso en la comisura de mis labios.
-¡¿Estás loco?!- Me separé de él empujándolo y haciendo que callera a la piscina.- Nos van a...
De repente heché a reír al verlo.
¡Su cara era todo un poema!
De un momento a otro su mano cogió mi pie y de un tirón me encontraba a su lado.
-Me encanta cuando estás mojada.- Dijo mientras posaba sus manos en mi trasero atrayendome a él.
No pude evitar sonrojarme ante su comentario.
Inconscientemente enlacé mis piernas alrededor de su cadera y la voz de mi madre resonó en la casa.
-¿Maya? ¿Aaron?
-Coge aire.
-¿Que?
No me dió tiempo a hacerlo y Aaron me empujó bajo el agua y juntó sus labios con los míos compartiendo el aire que el había cogido.
Tras unos segundos nos separamos y yo me asomé discretamente y vi a mi madre entrar de nuevo, cuando iba a avisarle volvió a hundirme y juntó de nuevo sus labios con los míos, sus manos apretaron mi cintura pengadome más a él y yo enredé mis dedos en su pelo.
De un momento a otro estábamos en la superficie buscando aire y ambos reímos.
-Definitivamente estás loco.
-Loco por ti.- Intentó volver a besarme pero yo me aparté.- ¿Que pasa?
-Aaron, lo de anoche..
-¿Si?
-Fué un error.- Su compostura cambió, como si lo que le he dicho le hubiera dolido.- No significa nada...
-No te preocupes, yo también lo creo.
Ahora entiendo porque su compostura cambió, acaba de usar el puñal que le he lanzado y lo ha clavado en mi pecho.
Sin decir una palabra más se fué y empezó a ayudar a Victoria, yo me uní a ellos pero en una zona más apartada.
Y comencé a darle vueltas a todo.
De vez en cuando miraba en su dirección, estaba a sus trece, ni si quiera miraba hacia mi.
Bien por ti Maya.
Una vez terminamos me fuí a mi habitación y vi una oleada de mensajes en el buzón de voz de Sebas.
¡Dejame en paz!
Ya a sido suficiente enterarme de que te lo has montado con mi mejor amiga y ahora seguramente me estás llamando para excusarse con cualquier cosa.
No quiero oírlo así que apago el móvil y me tumbo en la cama.
Cierro mis ojos y acarició las sábanas, breves porciones de recuerdos inundan mi mente al enredarme en ellas, en las que Aaron y yo dormimos.
Y ahora ese Aaron que anoche me poseyó no me dirige si quiera la mirada.
¿Que he hecho?
¿Hola? ¿Bipolar? ¿No era lo que querias?
Si pero no así, quería que me viera como su hermana nada más.
¿Estás segura?
Cállate maldita voz.
Voy a pasarme el día viendo pelis de amores imposibles mientras me pudro entre mis sábanas recordandolo y llorando por ser la persona más estúpida que existe en el mundo.
¿Pero qué voy a hacer?
Le dijo que me gusta y qué.
Nada.
Porqué no llegaríamos a nada.
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Novela Juvenil-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...