El camino fué en completo silencio, básicamente porque no era de mi gusto que me metiera en el coche y me llevará con el y mucho menos me agradaba su compañía.
Al llegar a casa salí del coche y pegué un portazo mientras caminaba hacia atrás.
-¿Contento?- Reí sarcástica.- Me querías traer para asegurarte de que Sebas no intentaba nada y aquí estoy.
Lo miré furiosa, sus ojos estaban clavados en los míos y al no contestar salí corriendo a dentro de la casa hasta llegar a mi habitación, golpear todo lo que tenía alrededor y echarme a llorar de la impotencia.
Todo me sobrepasaba y después de lo que vivimos estos días me duele mirarle a la cara, lo único que se me viene a la mente al hacerlo es a ellos dos en aquella habitación y me produce dolor.
Me senté al borde de la cama e intenté tranquilizarme, el sonido de la puerta abrirse me indicó que estaba ahí pero no tenía ninguna intención de levantar mi mirada.
-Maya.
-¿Que quieres Aaron?- Musité limpiando las lágrimas.
-No debiste ir.
-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grité.
¿De verdad me iba a echar en cara el haber ido a casa de Sebas?
-Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación.
Lo miré frustrada.
-No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra pequeña no tiene que ver.- Suspiré derrotada.
-Exacto eres mía.- Sonrió.- A secas.
-¡No!- Aclaré.- No soy tuya, ni ahora ni nunca.
Un silencio inundó la habitación y tras un suspiro habló.
-¿Te acuerdas de Beca?- Preguntó.
-¿Que cojones tiene que ver ella aquí?- Pregunté confusa y de nuevo suspiró.
-Cuando la traía a casa ella estaba saliendo con Sebas.- Lo miré incrédula.- Un día salió a la luz y el no dudó en atacar a lo único que sabía que me haría daño.
-¡Por dios Aaron!- Reí.- Deja de excusarte con estupideces.
-Él sabe que desde que tengo uso de razón me gustas pequeña.- Gruñó.- Todo esto es mi culpa.
Sus palabras me pillaron desprevenida.
¿Era eso cierto?
¿El siempre sintió lo mismo que yo por el?
Lo miré embobada y cuando recuperé el habla añadí.
-No es culpa tuya..- Murmuré.
-Si lo es, fingir no amarte fue la cosa más dolorosa que tuve que hacer.- Apretó los puños y continuó.- Ella me hacía olvidarte, era como tú, dulce, divertida, atrevida, guapa.. Pero no eras tú.
-Aaron...
-Mi egoísmo ha hecho que te pierda, ahora que lo éramos todo.
Mil sensaciones revoloteaban en mi interior, todo lo que había dicho era nuevo para mi, nunca supe que me quería, siempre pensé que me veía como una hermana, un morbo que saciaría en una noche y siempre me equivoqué.
-No me has perdido.- Musité. -Pero por favor, dime que pasó ayer y dime la verdad..
-Me drogaron Maya, se que Sebas estaba conmigo y más gente que no conocía pero no tengo ni idea de quién lo hizo.- Se acercó y se sentó a mi lado.- Nunca y mucho menos ahora hubiera dicho o hecho algo que pudiera joder lo que ahora mismo tenemos pequeña.- Cogió mis manos y me miró, por unos segundos pensé en si apartarlas pero finalmente las dejé ahí.- No recuerdo en qué momento esa chica se me subió encima ni que ocurrió, solo recuerdo verte a ti irte con esa mirada de odio y que mi mundo se calló en mil pedazos.
-¿Porqué lo permitiste?
-No era yo, estaba ido, ni si quiera se cómo al ir detrás tuyo no caí rodando escaleras abajo.
Reí ante su comentario.
-¿Y porqué sigues siendo su amigo?- Lo miré, sus intensos ojos azules estaban clavados en mi y reflejaban tristeza.
Es cierto, lo conozco, me dice la verdad.
-Por que a papá le conviene.
-¡Pero te ha drogado!- Me alteré.- ¡Y me ha puesto en tu contra por dios!- Sollocé.
Solo de pensar que minutos atrás deseaba no verlo mas..
-No se si ha sido el Maya y si lo denuncio sin pruebas se puede montar un lío judicial muy gordo.- Acarició mi mejilla y posó su dedo pulgar en mis labios.- No me puedo imaginar que ese cabrón te haya besado y utilizado para hacerme daño.
Sus palabras me hicieron recordar la boda por conveniencia que mamá tenía preparada, pero no era el momento de decírselo, no ahora.
Lo miré, lo miré y lo miré...
Hasta que no pude más y me abalancé a sus labios mientras lágrimas brotaban por mis ojos, estaba feliz por tenerlo y haber aclarado este malentendido pero a la vez estaba enfadada conmigo por no haber confiado en el después de lo que me ha demostrado.
Sus suaves labios rozaban los míos y su lengua recorría mi boca cuidadosamente, han sido horas, las que llevaba sin besarlo y se me habían echo eternas.
Al separarnos me miró y con sus manos quitó los resquicios de lágrimas que quedaban en mis mejillas para seguidamente abrazarme.
-Te quiero pequeña, nunca lo olvides.
Me fundí en su abrazo olvidándome de todo, respiré su característico olor a vainilla y su calor me envolvió reconfortandome.
Cerré mis ojos y Aaron se echó hacia atrás para segundos después quedarnos dormidos.
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Siento si el capítulo ha sido corto pero hoy ha sido un día de locos.
¿De veras que queréis Maratón?
¡Si veo mucho apoyo en este capítulo mañana lo tenéis asegurado!
Os amo lector@@s ❤️❤️
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Teen Fiction-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...