Capítulo 20

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Lo miré, sus ojos estaban rojos y dilatados, algo iba mal.

-¿Estás drogado?- Pregunté y al no recibir respuesta continúe mi camino, cosa que duró bien poco ya que me agarró de la mano impidiéndome avanzar.

-No te vayas..- Susurró entrecortado, está llorando y su mandíbula está inquieta, está rechinando los dientes y no sé si es de cabreo o por la mierda que se ha metido.- No me he drogado.

Me estaba mintiendo, este no es mi Aaron.

Al llegar el taxi de un tirón me solté de su agarre y me metí.

-¿Vienes o te quedas?- Pregunté.

No recibí respuesta.

Pero sé que él no es así algo le ha pasado, nunca lo había visto tan ido, tan inquieto..

Salí del taxi y lo metí en el asiento trasero, no podía dejarlo allí, le indiqué la dirección al taxista y en un abrir y cerrar de ojos habíamos llegado.

Bajamos con cuidado del taxi y sin darme tiempo a avanzar se calló al suelo inconsciente.

Lo cogí entre mis brazos, lo llamé sin recibir respuesta, acerqué mi mano a su boca notando así su respiración, era cortada, abrí sus ojos y los tenía en blanco, la situación me está asustando y no se a quien acudir.

Sin pensarlo dos veces marqué a emergencias y en poco una ambulancia había llegado, los paramédicos lo hacían todo muy rápido, diría que esto se ha salido de las manos y no es ninguna tontería lo que le ha pasado.

Me senté a su lado y sujeté su mano mientras sorbía los mocos, no se en que momento me puse a llorar pero toda esta situación me tiene los nervios a flor de piel.

Al llegar al hospital me obligaron a quedarme en la sala de espera hasta que lo desintoxicaran y mientras una enfermera se acercó a mi.

-¿Eres familiar de Aaron Hale?- Preguntó una vez estaba en frente mío.

-Si.- Musité mirando un punto fijo.

-¿Sabe usted si ha tomado algún estupefaciente?- Preguntó de nuevo.

-No lo se.- Sollocé.- S-e que bebió alcohol.

-La avisaremos enseguida.- Dijo finalmente mientras apuntaba en unos papeles todo lo que le decía.

Asentí y me senté a esperar que todo estuviera bien.

Al rato recibí una llamada de Sebas.

-Maya, ¿Está Aaron contigo?-Rompí a llorar de nuevo.- ¿Estás bien?

-No, Aaron está en el hospital.- Sollocé.

-¡¿Que?! Voy para allá.

Y dicho eso colgó.

La espera se hacía eterna, miraba el reloj constantemente desesperada por saber algo de él, la sala se iba vaciando poco a poco hasta que finalmente visualicé la figura de una enfermera.

-Familiares de Aaron Hale.- Dijo la enfermera y yo me levanté y caminé en su dirección.- Puede ir a verlo, ya se ha despertado y no ha parado de preguntar por ti.

La seguí hasta una habitación y al entrar vi a Aaron tumbado en la camilla, me acerqué a el y cogí su mano, este la apretó ligeramente y volteó a mirarme, sus intensos ojos azules se clavaron en los mios y no pude evitar echarme a llorar de nuevo.

-No llores...- Su voz era ronca y débil.

-Pensé que te perdía..- Musité.

-Eso nunca pequeña.- Dijo apretándome de nuevo la mano.- Ven aquí.

Me acerqué a el y lo abracé, su olor mezclado con alcohol inundo mis fosas nasales y por una vez en la noche desde que pasó todo esto, sonreí, estaba feliz de tenerlo.

-¿Cómo es eso qué preguntabas por mi?- Reí separandome de el.

-No sabía dónde estabas.- Su mano se posó suavemente en mi mejilla y la acarició con cariño.- Ni si quiera se cómo llegué aquí.

-¿Que hiciste Aaron?- Pregunté mirandolo fijamente.- Me diste un susto de muerte..

-No lo se pequeña, lo único que recuerdo es que te fuiste corriendo y fui detrás.

Al oír sus palabras recordé la escena y mi corazón dió un vuelco.

-Estabas con una chica.- Me miró confundido, no se acuerda de nada..

De repente llegó Sebas y después de un rato hablando le pedí que saliera un momento, una vez ambos fuera cerré la puerta y lo miré.

-¿Sabes que tomó?

-No tengo ni idea Maya..

-¡No me mientas!- Me alteré.- Por favor, cuéntame que pasó.

-Solo recuerdo..- Suspiró.- Que se metió y que quería tirarse a lo primero que se le pusiera por delante.

Sus palabras taladraron mi corazón, me había dolido.

-Vale.- Musité alejándome.

-¡Espera!- Dijo alcanzandome.- Tengo que hablar contigo.

Tragué las ganas de llorar, no sé como, y lo miré.

-Otro día.

-Maya, es importante.- Insistió pero al verme rectificó.- ¿Puedes mañana?

-Si.- Dije para que me dejara y alejándome añadí.- Lleva a Aaron a tu casa, no quiero verle.

Y dicho eso salí de allí hecha un mar de lágrimas.

Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora