Me acerqué hacia la parejita feliz, la mirada de Stefany no se había separado de mi en ningún momento, ni si quiera cuando se besaban, Aaron ni me había visto, en cuanto separó sus labios de los suyos siguió hablando con el camarero y eso me dió vía libre para tragarme mis malditas ganas de llorar y enfrentarme a esto.
-¡Eres una maldita zorra!- Le grité y la rubia me miró desafiante.
La mirada de Aaron se posó en la mía, se había percatado de mi presencia, cosa que era obvia ya que mi grito fué escandaloso y mejor aún, de que lo había visto todo.
-Maya..
-¡Cállate cabrón!- Le grité.
-¡No es lo que piensas!- Dijo incorporandose.
-¡¿Entonces que mierda es Aaron?!- Reí falsamente.- ¿Se te perdió algo interesante en los labios de esa perra?
Su mirada se oscureció, a pesar de la poca luz que había podía notar el miedo en sus ojos, el problema es, ¿Miedo a qué si el se lo ha buscado?
-¿Tienes algún problema bonita?- Musitó Stefany.- ¿Tu hermano no puede estar conmigo?
-¡No!- Grité y la mayoría de la gente que estaba a mi alrededor se giró y nos miró.
-Maya porfavor..- Suplicó Aaron.
-¡Cállate joder!- Lo miré asqueada.- No me dirijas la jodida palabra.
-¿Qué problema hay Maya?- Rió la rubia.- ¡Ni que fuera tu novio!
Nunca en mi vida había sentido tanto odio y asco a una persona, ahora mismo me importa todo una mierda.
Todo el jodido mundo va a saber que Aaron Hale y yo estuvimos juntos.
-¡Lo es joder!- Grité y toda la sala quedó en completo silencio si no fuera por la música.- O al menos lo era.- Escupí alejándome y una mano sujetó mi brazo impidiéndome dar un paso más.
-No te vayas.- La voz de Aaron inundó mis oídos.- Déjame explicártelo..
-No quiero oírte y mucho menos que me toques.- Musité soltandome de su agarre y metiéndome entre la gente para que me perdiera de vista.
Una vez el lugar volvió a la normalidad, los murmullos de la gente me incordiaban, no tenía como volver a casa y el alcohol no estaba haciéndome ningún jodido efecto.
Después de un rato la música paró y el ruido de un micrófono resonó en toda la casa llamando la atención de todos.
-Maya Prescott.- La voz de Aaron inundó cada centímetro del lugar y la gente se hizo a un lado creando un círculo en el que el y yo estábamos dentro.- Antes de que te vayas y me vuelvas a mandar a la mierda sin escucharme, lo vas a hacer.- Musitó.- Vas a oír lo que te voy a decir porque no pienso perderte por esa maldita extorsionista.- Sus palabras me dejaron sin habla, ¿De que hablaba?- Stefany nos sacó una foto aquel día que nos besamos en el coche, cuando llegabas tarde, aprovechó que estabas en clase y se presentó en casa para obligarme a tener algo con ella o si no la foto iría directamente a nuestros padres.- Lo miré obsoleta, ¿Decía la verdad?.- Cuando me viste llorando te mentí, no fué una pesadilla, acababa de tener sexo con ella y no podía soportar lo que acababa de hacerte, me daba asco, pero fué mi culpa que ella tomará esa foto porque yo te incité a que me besaras y no quería que nos separara, no por mi culpa.- Su voz se quebró y mi cara era todo un poema, bajó de la mesa en la que estaba subido y se acercó a mí, su mano se posó en mi rostro y sus ojos se clavaron en los míos.- Te amo Maya Prescott.
Y sus labios se estamparon con los mios.
Todo el jodido mundo acaba de ver esto y yo estaba tan tranquila besando los labios de la persona que realmente amaba.
-Sabes que esto traerá problemas..- Musité a escasos centímetros de su boca.
-Me da igual todo Maya, contal de que tú estés conmigo.- Dijo el y no pude evitar sonreír.
-Eres una zorra.- Añadió Stefany y yo me separé de Aaron.
-¿Yo?- Reí.- Al menos yo no chantajeo a la gente para que salga conmigo.- Su rostro se había descompuesto estaba enfadada y me complacía.- Patética.
Y dicho eso volví a besar los labios de la persona que resultaba ser mi vida entera.
Los saboree y mordí, ambos estábamos en nuestra burbuja, la gente para nosotros no existía y eso, solo lo conseguía el.
-Te amo Aaron Hale.
-Te amo Maya Prescott.
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Teen Fiction-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...