No tardamos en llegar al lugar.
Pensé que nos habíamos perdido cuando el móvil de Sebas sonó y su madre nos envió la ubicación del lugar.
Nos bajamos y él me cogió de la mano para adentrarnos en el restaurante y sentarnos al lado de nuestras respectivas madres.
-¿Que van a pedir?- Preguntó el mesero.
Una vez pedido la conversación se centró exclusivamente en temas de la empresa.
-¿Y tu Maya?- Me preguntó la madre de Sebas sacándome de mis pensamientos.
-¿Que?
-Que como vas en los estudios.
-Soy de notable para arriba.- Comenté orgullosa.
-Wow, tendrás muchas posibilidades en la empresa entonces.
-Eso espero.- Le sonreí amablemente.
-¿Y Aaron como va?
-Esta avanzando mucho con su padre, al ir a sus reuniones y ayudarle con documentos.
-Entonces está asentando la cabeza.
-Sigue siendo igual de mujeriego que siempre.- Añadió mi madre.- Ni mas que el otro día se trajo a dos chicas y se encerró en la habitación.
Eso no se por qué pero me ha molestado.
-Debería dejar de lado esa vida.
-Ya no sabemos que hacer con el.
-Habías comentado la posibilidad de mandarlo a hacer la mili..- Me quedé atónita al oír eso.
-No..- Dije en un susurro inaudible.
-Lo estamos planteando.- Terminó mi madre.- Si en este año no cambia, la decisión será esa.
-Eh, ¿Estas bien?- Me preguntó Sebas.
-Si, si.
-¿Y vosotros como es que llevabais tanto juntos y yo sin enterarme?- Preguntó mi madre.
-Pues..- Comenzó a decir Sebas, este me miró y dió un suspiro.- Verdaderamente nos conocimos hace muy poco.
-¿No me habías dicho que llevabais dos meses?- Añadió su madre.
-Te mentí..
-Bueno, eso ahora da igual.- Dijo mi madre. -¿Están juntos no?
Ambos nos miramos y asentimos.
-Entonces eso es lo que cuenta.- Terminó su madre.
-Pero preferiríamos que nadie más lo supiera.- Dijo el.- Entre ellos Aaron.
-No te preocupes no diremos nada.- Dijo mi madre sonriente.
Di un leve suspiro, he estado toda la comida pensando en el tema de Aaron, no puede ser, el no se puede ir..
A pesar de todo es mi jodido pilar.
-¿Quieres que nos vayamos?
-Por favor, llévame a casa.
-Mamá, llevaré Maya a casa.
-Vale hijo.
Me despedí de ambas y fuimos directos al coche.
-Se que te ha afectado lo de Aaron.- Dijo una vez dentro ambos.
-No puedo creer que se les haya pasado por la cabeza...
-Aaron es así, nada va a cambiarle.
-Lo se..
Desvié mi mirada y la centré en el paisaje, ya nos pusimos de camino y no me apetece hablar de nada.
Un vez llegamos Sebas me dejó un poco más atrás.
-Hey.- Llamó mi atención mientras su mano se posaba suavemente en mi mentón.- Todo estará bien.
-Eso espero.- Juntó sus labios con los míos y nos adentramos en un dulce beso que terminó en una sonrisa.- Gracias.
-Haría lo que sea por ti. - Dió un ultimo beso en mis labios y yo salí del coche.- Espero verte pronto.
Asentí y me dirigí a la entrada de la casa, subí a mi habitación y una vez en la puerta me quedé inmóvil.
La puerta de Aaron estaba entreabierta y de su habitación provenían gemidos.
No sé cuánto tiempo me quedé ahí parada cuando su puerta se abrió y el cuerpo semidesnudo de Aaron apareció.
-Maya.. Pensé que..
-Que se vaya antes de que llegue mamá.
Fue lo único que fui capaz de decir antes de meterme en mi habitación y desplomarme en la puerta.
-¿Maya estás bien?- Dijo aporreando la puerta.- ¡Maya abre!
No dije nada, no sé si es por lo de la mili o porque mi estúpido hermanastro y sus insinuaciones están haciendo que me guste.. Pero no estoy bien.
Nunca me había molestado que trajera chicas, también he de admitir que hubo una temporada que estuve evitandolo por aquel beso en el juego de la botella. Recuerdo que me gustó y mucho, aunque fué un simple pico tonto me hizo sentir mariposas, estuve evitandolo meses, no podía verlo con ninguna chica porque me molestaba, hasta que se me pasó la tontería y al poco empecé una relación.
Pero no puede ser, dos estúpidas insinuaciones no iban a hacer que lo que sentía hace dos años volviera, es imposible..
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Fiksi Remaja-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...