Capitulo 18

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-¡Cuidaros!- Dijeron al unísono metiéndose en el coche y alejándose.

Aaron y yo nos adentramos a la casa y yo me tiré en el sofá.

-¿Que te gustaría hacer pequeña?- Preguntó sentándose a mi lado.

-¿Chill y Netflix?

-Mmmm..

-¿Que quieres hacer tu sino?- Pregunté riendo.

-¿Sex y Netflix?

Vale, debo admitir que no me lo esperaba.

Y eso que era muy obvio.

Achiné los ojos y lo observé por unos minutos.

-Seras pervertido.- Dije finalmente.

-Un pervertido que te encanta.- Rió y se levantó.- ¿Palomitas?

-¡Síi!- grité cual niña pequeña.

-Me encargo de la comida y tú pon una película.- Asentí y cogí el mando de la play para buscar algo.

-¿El diario de Noah?

-¿Es romántica?- Preguntó desde la cocina.

-¡Si!

-Entonces no.- Dijo sentándose a mi lado y dejando las palomitas y la Cocacola en la mesa.

-¡Va porfa!- Puse cara de puchero.

El me miró, me miró, me miró y finalmente habló.

-Tu ganas..

-¡Bien!

Después de media hora de película Aaron se tumbó encima mío, su cabeza estaba a la altura de mi pecho y yo comencé a enroscar mechones de su pelo entre mis dedos sin quitar la vista de la película.

Al poco escuché ronquidos, Reí para mí interior y cogí el mando para apagar la peli cuando su voz ronca me interrumpió.

-¡Oye! Estaba viéndola..

-Tus ronquidos no decían lo mismo.- Reí.

Sus ojos se clavaron en los míos y lo observé, sus labios se abrieron ligeramente y su lengua recorrió su labio inferior.

Sin poder parar mis instintos lo besé, sus labios estaban salados y sus calientes manos se hicieron paso por mi blusa parándose en el enganche del sujetador y desabrochandolo en segundos.

Me levanté ligeramente y el quitó mi camiseta y el sujetador de un movimiento, bajó a mis caderas y deslizó mi short y mis bragas quedando completamente desnuda.

Su mirada recorrió todo mi cuerpo y el mío reaccionó, estaba caliente y deseaba hacerlo mío.

Rápidamente hice lo mismo, me deshice de su camiseta, de su pantalón y de su boxer, me colocó ahorcajadas y su dura erección estaba pegada a mi sexo.

Rasgó un envoltorio y rápidamente se puso un condón.

Levanté mis caderas y su pene se introdujo poco a poco dentro de mi.

¡Esto es la gloria!

¿Porqué había esperado tanto para perderla?

Gemí una vez se introdujo del todo, sus manos apretaron mi trasero y yo comencé a mover mis caderas, nuestros gemidos inundaban todo el salón, sus labios recorrieron mi cuello y bajaron hasta mi pecho para introducirse uno en la boca, mordisqueó suavemente el pezón y se separó.

-Mirame nena.

Hice lo que me pidió, lo miré, sus intensos ojos brillaban, disfrutaba y yo también.

Aceleré mis movimientos y ambos nos sumimos en el placer del clímax.

Enterré mi rostro en su cuello mientras mi respiración se normalizaba, sus manos envolvieron mi espalda y la recorrieron de arriba a abajo repetidas veces.

-Recojamos esto y subamos.- Dijo.

Yo me levanté y cuando iba a ponerme su camiseta me frenó.

-¿Te dije que te vistieras?- Su mirada repasó mi cuerpo de arriba a abajo yo sonreí y me quedé como estaba.

Cogí el resto de ropa tirada y me puse a subir las escaleras cuando recibí una nalgada, di un respingo y miré al causante.

-Tienes un culo pequeña..- Musitó mientras se mordía el labio.

Reí ante su comentario y seguí mi camino hasta mi habitacion, una vez ahí dejé las cosas en una silla, me tumbé en la cama y cerré los ojos.

De repente la cama se hundió levemente y las manos de Aaron se posaron en mis piernas.

-Abrete.- Musitó.

Abrí mis piernas y su lengua recorrió mi sexo de arriba a abajo, se centró en mi clítoris y un calor inundó mi cuerpo de nuevo, agarré las sábanas y las apreté, me producía un inmenso placer y a punto de llegar al clímax se separó de mí y se tumbó a mi lado como si nada.

-¿Qué haces?

-Esto por lo del collar.

-¿Piensas dejarme así?- Repliqué.

No recibí respuesta así que me giré quedando de espaldas a el, de repente el sonido de algo rasgarse llamó mi atención y la mano de Aaron se plantó en mi sexo, abrí mis piernas dándole más pasó y de un rápido movimiento se colocó encima mío y se introdujo en mi de nuevo.

Gemí, cogió mis piernas elevandolas ligeramente y se introdujo totalmente, con fuertes embestidas, sus labios se pegaron a los míos y ambos ahogamos gemidos, clavé mis uñas en su espalda y acompasamos nuestros movimientos, arquee mi espalda para finalmente caer rendidos de nuevo por el clímax.

El se hizo a un lado y su brazo rodeó mi cintura, besó mi cuello y suspiró.

-Te quiero pequeña.

-Y yo a ti.- Murmuré.

Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora