-¡Cuidaros!- Dijeron al unísono metiéndose en el coche y alejándose.
Aaron y yo nos adentramos a la casa y yo me tiré en el sofá.
-¿Que te gustaría hacer pequeña?- Preguntó sentándose a mi lado.
-¿Chill y Netflix?
-Mmmm..
-¿Que quieres hacer tu sino?- Pregunté riendo.
-¿Sex y Netflix?
Vale, debo admitir que no me lo esperaba.
Y eso que era muy obvio.
Achiné los ojos y lo observé por unos minutos.
-Seras pervertido.- Dije finalmente.
-Un pervertido que te encanta.- Rió y se levantó.- ¿Palomitas?
-¡Síi!- grité cual niña pequeña.
-Me encargo de la comida y tú pon una película.- Asentí y cogí el mando de la play para buscar algo.
-¿El diario de Noah?
-¿Es romántica?- Preguntó desde la cocina.
-¡Si!
-Entonces no.- Dijo sentándose a mi lado y dejando las palomitas y la Cocacola en la mesa.
-¡Va porfa!- Puse cara de puchero.
El me miró, me miró, me miró y finalmente habló.
-Tu ganas..
-¡Bien!
Después de media hora de película Aaron se tumbó encima mío, su cabeza estaba a la altura de mi pecho y yo comencé a enroscar mechones de su pelo entre mis dedos sin quitar la vista de la película.
Al poco escuché ronquidos, Reí para mí interior y cogí el mando para apagar la peli cuando su voz ronca me interrumpió.
-¡Oye! Estaba viéndola..
-Tus ronquidos no decían lo mismo.- Reí.
Sus ojos se clavaron en los míos y lo observé, sus labios se abrieron ligeramente y su lengua recorrió su labio inferior.
Sin poder parar mis instintos lo besé, sus labios estaban salados y sus calientes manos se hicieron paso por mi blusa parándose en el enganche del sujetador y desabrochandolo en segundos.
Me levanté ligeramente y el quitó mi camiseta y el sujetador de un movimiento, bajó a mis caderas y deslizó mi short y mis bragas quedando completamente desnuda.
Su mirada recorrió todo mi cuerpo y el mío reaccionó, estaba caliente y deseaba hacerlo mío.
Rápidamente hice lo mismo, me deshice de su camiseta, de su pantalón y de su boxer, me colocó ahorcajadas y su dura erección estaba pegada a mi sexo.
Rasgó un envoltorio y rápidamente se puso un condón.
Levanté mis caderas y su pene se introdujo poco a poco dentro de mi.
¡Esto es la gloria!
¿Porqué había esperado tanto para perderla?
Gemí una vez se introdujo del todo, sus manos apretaron mi trasero y yo comencé a mover mis caderas, nuestros gemidos inundaban todo el salón, sus labios recorrieron mi cuello y bajaron hasta mi pecho para introducirse uno en la boca, mordisqueó suavemente el pezón y se separó.
-Mirame nena.
Hice lo que me pidió, lo miré, sus intensos ojos brillaban, disfrutaba y yo también.
Aceleré mis movimientos y ambos nos sumimos en el placer del clímax.
Enterré mi rostro en su cuello mientras mi respiración se normalizaba, sus manos envolvieron mi espalda y la recorrieron de arriba a abajo repetidas veces.
-Recojamos esto y subamos.- Dijo.
Yo me levanté y cuando iba a ponerme su camiseta me frenó.
-¿Te dije que te vistieras?- Su mirada repasó mi cuerpo de arriba a abajo yo sonreí y me quedé como estaba.
Cogí el resto de ropa tirada y me puse a subir las escaleras cuando recibí una nalgada, di un respingo y miré al causante.
-Tienes un culo pequeña..- Musitó mientras se mordía el labio.
Reí ante su comentario y seguí mi camino hasta mi habitacion, una vez ahí dejé las cosas en una silla, me tumbé en la cama y cerré los ojos.
De repente la cama se hundió levemente y las manos de Aaron se posaron en mis piernas.
-Abrete.- Musitó.
Abrí mis piernas y su lengua recorrió mi sexo de arriba a abajo, se centró en mi clítoris y un calor inundó mi cuerpo de nuevo, agarré las sábanas y las apreté, me producía un inmenso placer y a punto de llegar al clímax se separó de mí y se tumbó a mi lado como si nada.
-¿Qué haces?
-Esto por lo del collar.
-¿Piensas dejarme así?- Repliqué.
No recibí respuesta así que me giré quedando de espaldas a el, de repente el sonido de algo rasgarse llamó mi atención y la mano de Aaron se plantó en mi sexo, abrí mis piernas dándole más pasó y de un rápido movimiento se colocó encima mío y se introdujo en mi de nuevo.
Gemí, cogió mis piernas elevandolas ligeramente y se introdujo totalmente, con fuertes embestidas, sus labios se pegaron a los míos y ambos ahogamos gemidos, clavé mis uñas en su espalda y acompasamos nuestros movimientos, arquee mi espalda para finalmente caer rendidos de nuevo por el clímax.
El se hizo a un lado y su brazo rodeó mi cintura, besó mi cuello y suspiró.
-Te quiero pequeña.
-Y yo a ti.- Murmuré.
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Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.
Teen Fiction-¡Dios Aaron deja de tratarme como una niña pequeña!- Grite. -Eres una niña.- Levantó los hombros mientras apoyaba su cuerpo en el armario de mi habitación. -No soy una niña, tengo dieciocho años joder.- Me desesperé.- El hecho de ser tú hermanastra...