Capitulo 27

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Me desperté por la intrusión de mi madre en la habitación, instintivamente miré a los lados de la cama en busca de Aaron, que por mi gran suerte y desilusión ya no estaba ahí.

-¿Que buscas cariño?- Preguntó mi madre al verme.

-El móvil.- Dije rápidamente y ella ladeó la cabeza.

-¿Ya lo has perdido?

-¡No! Es solo que.. No se donde lo dejé anoche.- La miré y cambié de tema rápidamente.- Mama..

-Dime cielo.- Respondió sentándose en el borde la cama.

-¿Por qué tuviste que decir lo de la boda?

-Cariño, es algo que va a suceder.- Comentó.- Además, estabas saliendo con el, no veo porque la pregunta.

-Ya no estoy con el..- Confesé mientras me incorporaba en la cama tapándome ya que estaba desnuda aún.

-Bueno cariño, volveréis, son rocecillos tontos que se pasan en seguida.

-Mama.- Suspiré y la miré.- No me quiero casar.

-Maya, es buen chico, atento, cariñoso y adinerado.- Comentó.- No sé que buscarás, pero, para mí, eso es perfecto.

Busco a Aaron, es con el quien con quiero pasar mi vida.

-Me da igual lo que sea, no quiero casarme con el y punto.- Musité.

-Cariño, ya está todo hablado, no hay vuelta atrás.- Afirmó y yo la miré incrédula.

-¿Por qué? ¿Por qué con el?

-Eso es tema de negocios, ya lo entenderás.- Dijo levantándose.- ¿Me ayudas con la maleta?

-Dame 5 minutos.

Y dicho eso salió de la habitación.

Me incorporé y busqué en el armario algo rápido que ponerme, un vestido violeta veraniego apareció en mi campo de visión y no dudé en ponérmelo.

Me recogí el cabello en una coleta alta y salí de la habitación encontrándome de frente con Aaron.

Este sin si quiera mirarme ni hablarme cogió las maletas de mamá y las bajó hasta el coche.

Yo lo seguí con la mirada mientras bajaba las escaleras y una vez abajo me di cuenta de que Aaron estaba enfadado y ni si quiera sabía porqué.

-Peque, ¿nos acompañas?- Preguntó Alexander y yo negué con la cabeza.- ¿Pasó algo?

-No.. es solo que tengo que estudiar para un examen de mañana y no lo llevo muy bien.

-Bueno, no pasa nada.- Me dedicó una sonrisa de compasión y se acercó para darme un abrazo.- Dale tiempo.- Susurró en mi oído y al pensar a que se refería me entristecí.

-¿Ya está todo?- Preguntó mamá al entrar en la sala.

-Si señora.- Dijo Alexander riendo.- Maya se queda a estudiar.- Añadió y ella se acercó a mí.

-Te quiero cariño.- Dejó un beso en mi mejilla y se fué con ellos.

Una vez me quedé sola fuí directa a la piscina y me tiré en ella. Cerré mi ojos y relajé mi cuerpo por completo quedando flotando en medio de la piscina.

No entendía que cojones había pasado si ayer se había arreglado todo.

De repente algo me salpicó e hizo que moviera el agua de manera exagerada, al mirar que fue el causante vi a una Laurence de mala leche.

-¡Ahora se por qué demonios no respondías!- gritó saliendo del agua y estrujando su ropa para quitar algo de agua.

-¿A que vienen esos humos?- Pregunté acercándome a la orilla.

-Vienen a que no me cogías el puto teléfono y cuando te vi ahí quise lanzarte una pelota a la cara y me caí al acercarme a la orilla.- Musitó con cara de puchero y yo solté una carcajada.

-Punto uno, no se dónde dejé el móvil.- Ella achinó los ojos y yo continúe.- Punto dos eso te pasa por perra.- Su boca formó una o y puso su mano en el pecho haciéndose la ofentida.- Y punto tres yo debería estar acompañando a mis padres al aeropuerto, así que da las gracias de no haber venido en vano.- Reí saliendo del agua y ella me miró intensa.

Abrió la boca y la volvió a cerrar, así repetidas veces hasta que finalmente habló.

-Te iba a decir algo y se me ha olvidado.

Solté otra carcajada y le indiqué que me siguiera, cogí un par de toallas y le lancé una.

-¿Te acuerdas ya?- Pregunté secándome.

-No.- Dijo haciendo lo mismo.

-Entonces no era tan importante.

-¡Sí que lo era!- Gritó dando un saltito y suspiró.

Ya que no se acordaba decidimos hacer algo en la tarde, como ver Netflix e incharnos a ganchitos.

No nos dió tiempo a poner la primera película cuando Aaron hizo acto de presencia, nos miró y sin decir nada se fué a su habitación.

-¿Que le pasa a este?- Preguntó metiéndose un puñado de palomitas en la boca.

-Ni idea.- Musité poniendo la película.

Tras tres películas el móvil de Laurence no paraba de sonar y harta del sonidito molesto que parecía no importarle mucho a Laurence paré la pelicula y ella me miró.

-¡¿Qué haces!?- Gruñó.- ¡Es la mejor parte!

-¿Puedes apagar tu jodido móvil?

-¡Yo no tengo la culpa de tener vida social!- Dijo levantando las manos.- Además mi madre te iba a llamar.

-¿Porqué?

-No me acuerdo, pero tenía que ver con lo que venía a preguntarte.

La miré extrañada y subimos ambas a mi habitación, después de 10 minutos buscando encontramos mi móvil debajo de la cama con la pantalla rota.

-¡Pero que demonios!- Gruñí al verlo.

Encendí la pantalla para ver cuan grave era el destrozo y dos mensajes de Sebas de esta mañana llamó mi atención.

Lo abrí y me quedé sin habla.

Sebas.
¿Ya te has olvidado de tu futuro marido preciosa?
Tenemos algo pendiente..

Ahora entiendo porque mierdas Aaron ni me mira, ese capullo lo hizo aposta.

-¡Joder!- Gruñí y lancé el movil.

-¿Se puede saber qué ha pasado?- preguntó Laurence al ver el móvil volar por encima de su cabeza.- ¡Casi me das!

-Lo siento.- Musité.- Sebas es un hijo de puta.

-¡Ya me acuerdo!- Gritó y yo la miré.- La boda, venía a preguntarte lo de la boda.

-¿Cómo mierda lo sabes?

-Lo sabe toooodo el instituto.- Dijo alargando la o.

-Me cago en ese hijo de perra.- Gruñí de nuevo y abrí el armario, cogí unas sandalias, me las puse y salí de la habitación hechando chispas.

-¡Maya! - Gritó Laurence siguiéndome.- ¡Maya!

Seguí mi camino sin girarme y la voz de Aaron resonó en toda la habitación.

-¿A dónde vas?- Su voz era ronca y me observaba desde la Isleta de la cocina, lo miré, mi enfadó crecía por momentos y él lo notó ya que su mirada cambió y se incorporó.- ¿Que..?

-Ni me dirijas la palabra Aaron.- gruñí cortándole.- ¿Te has pasado el día ignorandome y me preguntas ahora que a dónde mierdas voy?- Bajó la mirada y apretó los puños ligeramente.- Que te jodan Hale.

Salí de la casa y Laurence me siguió a su coche.

-¿Me puedes decir a mi al menos, a dónde vas?

-A ver a ese cabrón.- Dije girándome.- Y tú, vas a llevarme.- Añadí señalándola.

Mi Sexy Hermanastro Y Su Mejor Amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora