C.09: "Solos"

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EMMA
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Sus labios rozan los míos y yo los entreabro, su mano pasa de mi mentón a mi mejilla y de mi mejilla a mi oreja, agarra un mechón de pelo y lo enreda en su dedo.

Aún con mi pelo en su dedo pone la palma de su mano en mi mejilla de nuevo y me hace caricias con su pulgar, yo abro los ojos y lo descubro a él con los ojos también abiertos, su boca está curvada en una pequeña sonrisa que intenta esconder mordiendo su labio suavemente.

Él clava sus ojos en los míos y gira un poco la cabeza hacia su derecha, se acerca mucho más a mi y cuando nos vamos a besar un ruido suena. Su móvil.

Él suelta un suspiro frustrado y cuando se separa de mí frota su frente, muerde su labio y coje su móvil.

Me mira diciéndome que es importante y yo solamente asiento. Se separa de mí totalmente y va hacia la otra punta de la habitación.

Yo me quedo quieta en el lugar mirando hacia un punto fijo, pensando en lo que he estado a punto de hacer.

Casi beso a Jesús.

De no ser por su maldito celular...

Casi lo beso.

Casi doy mi primer beso con él.

Y lo peor no es eso, lo peor es que si lo hubiera besado, estoy segura de que no me arrepentiría.

-Que extraño... -dice a mis espaldas- era de un número privado y cuando he entendido nadie contestaba... -ríe al final y me mira a los ojos, yo, como es costumbre, me sonrojo.

-Yo creo que iré a la cocina -murmuro levantándome- tengo mucha hambre -acaricio mi estómago por encima de mi ropa.

-Vale, pues yo también iré.

Él me adelanta y abre la puerta, para luego salir y dirigirse a la cocina.

Yo lo sigo por detrás mientras pienso en él. Cómo es que puede actuar tan normal después de lo que pasó? Claro, seguramente el beso que nos íbamos a dar no hubiera sido el primero de su parte, obviamente iba a actuar así.

Espero que Jesús no haya notado que nunca he besado a alguien, eso sería una verdadera vergüenza.

Sigo caminando detrás de él mientras cuento los pasos que doy evitando pensar en el momento anterior pero una voz hace que me detenga.

-Emma? Puedo hablar contigo? -mi padre aparece por una puerta que está a nuestra derecha. Jesús y yo nos detenemos- Vaya, estáis juntos -alza una ceja y yo me sonrojo- ya que estáis ambos, le voy a robar el trabajo a tu padre de comunicarte esto -bromea y suelta una pequeña risa junto a Jesús- Como sabéis, mañana es San Valentín -Yo me sorprendo- y ese es un día para pasar con tu pareja, excepto para mí y para vosotros. Supongo -nos mira y hace una sonrisa pillina- por lo que los padres de Jesús se han ido a un mini viaje a Sevilla, Daniel dijo que hoy por la noche salía y volverá mañana al mediodía. Yo en una hora me iré a Madrid para visitar a tu madre y volveré pasado mañana, nadie trabajará y sé que sois responsables, así que tenéis la casa para vosotros dos por un día. Espero que no hagáis nada indebido -yo me sonrojo y Jesús pasa su brazo por mis hombros.

-Tranquilo Cámeron, nos portaremos bien -ríe.

-Bueno, yo ya me tengo que ir -me abraza y da un beso en mi cabeza- portate bien mi pequeña Emma, te quiero -le susurro un "yo también" y me suelta para darle un apretón de mano a Jesús. Se aleja de nosotros y ambos seguimos nuestro camino hacia la cocina.

Cuando llegamos están los chefs hablando, pero cuando nos ven se callan, me sonríen y yo les devuelvo la sonrisa.

-Hola... -Me interrumpen.

-Emma, qué gusto verte, pequeña, puedo hacerte algo de comer? Tienes que comer, estas muy flaca querida, tienes que comer Yogur o tomar más leche para crecer, también estás muy enana, cuantos años tienes? Pareces de 14.

-Tranquila María, estoy comiendo bien y lo sabes, tu preparas mi comida todos los dias y me obligas a comerla, también sabes que el Yogur no me gusta y la leche no ayuda a crecer. Y tengo casi 17, no estoy tan bajita -Ellos ríen y yo me sonrojo.

-Tranquila señora... -habla Jesús, pero María lo interrumpe.

-Llámame María, no señora, por favor, me hace sentir más vieja de lo que estoy -todos ríen, contándome a mi.

-Está bien, Maria, yo me encargaré de que Emma coma y suba unos cuantos kilos... -ríe y me mira de reojo.

Él sigue hablando con María pero yo estoy perdida en su perfil, concretamente en su boca, en cómo la mueve para hablar, cuando moja sus labios y cuando ríe o sonríe. Debo parecer una psicópata.

María pasa por mi lado y pellizca mi brazo, se acerca a mi oído y ríe.

-Es muy guapo, pero no lo comas tanto con la mirada mi niña, lo vas a desgastar -Yo me sonrojo y ella se aleja de mí. Alzo la vista y veo que estamos solos.

-Dónde han ido los demás? -pregunto confundida y Jesús ríe.

-En qué mundo estás pequeña Emma? -Gira su cabeza y me sonríe, luego se dirige hasta la encimera y coge un delantal, se lo pone y yo me acerco a él.

-No entiendo por qué todo el mundo me dice "Pequeña Emma" -me siento sobre la encimera- osea, no soy tan pequeña y tú eres mayor que yo sólo por unos meses, no tienes derecho de decirme pequeña -me cruzo de brazos y hago un puchero muy infantil, él me mira alzando una ceja, haciendo una mueca divertida y yo dejo de hacer el puchero y pongo mis brazos a los lados de mi cuerpo.

-Ya te has dado cuenta por qué todo el mundo te llama así? Eres como una niña pequeña, y muy tierna -se agacha para coger algunas cosas y dejarlas sobre la encimera.

-Qué cocinarás? -le pregunto intentando cambiar de tema, él sonríe.

-Haré tortitas -Yo estoy por hablarle pero él me interrumpe- No digas que no te gustan por que es mentira, me lo ha dicho María mientras tu me inspeccionabas.

Yo me sonrojo y lo veo cocinar, sabe lo que hace y eso me sorprende. Observo cada uno de sus movimientos hasta que termina las tortitas, las pone sobre la mesa y limpia sus manos con el delantal, se lo saca y me mira.

-No vendrás a comer? -Yo me mantengo callada mirándolo a los ojos, a penas escucho su voz, estoy embobada con su rostro- ya veo -me sonríe pícaro y se acerca a mi, se pone entre mis piernas y yo me sorprendo, me acerca de un tirón a él, yo me agarro de su cuello y me aparta de la encimera quedando agarrada como un Koala a él.

Miro sus ojos y él mira los míos, camina hasta la mesa con sus manos en mis muslos, casi en mis nalgas y me baja al estar al lado de una silla. Yo me siento totalmente colorada y él se sienta frente a mí.

Comemos las tortitas riéndonos y hablando de todo un poco.

Él ha comido muchas más que yo y me sorprende, ya que está en un muy perfecto estado físico.

-Está decidido -Comenta luego de tragar su tortita, yo lo miro confusa- mañana te llevaré a uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Comerás como una reina y engordarás unos buenos kilos. No sabes la pizza que hacen allí -dice masajeando su panza cerrando los ojos- y el pollo frito, y el sushi, y la pasta -muerde su labio- Dios.

Si, DIOS.

Osea, esto es un sueño?

Jesús me ha invitado a cenar, un 14 de febrero, solos.

Solos,

Solos,

Solos.

Voy a cenas con Jesús Oviedo un 14 de febrero en un restaurante, nosotros dos, SOLOS.

S

O

L

O

S

-Y, qué me dices? Aceptas? -Jesús coge mi mano por encima de la mesa y me mira haciendo un puchero, cómo decirle que no a ese bello y adorable rostro?

Without Lies - [ Jesús Oviedo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora