C.19: "Lánzalo"

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EMMA
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Los besos de Jesús son mi droga favorita, mi maldita adicción.

Mierda, Jesús es mi maldita adicción, no quiero separarme de él, de sus labios, del calor que desprende su cuerpo y la seguridad que me transmite cada vez que me toca o simplemente me mira.

Sus labios bajan hasta mi mentón y comienza a dar besos húmedos hasta llegar a mi oreja, allí suspira haciéndome suspirar a mí y sigue con el camino de besos hasta mi cuello.

Muerde, succiona y lame la zona mientras jadeo sin poder controlarlo.

Mis manos pasan por la espalda de Jesús de arriba hacia abajo y viceversa.

No entiendo las sensaciones que estoy experimentando, no entiendo lo que siento, no entiendo que es esa llama que está en mi interior, no entiendo por qué siento tanto calor de repente, ni por qué suelto extraños ruidos desde mi garganta, ni por qué mi cerebro me dice que pare pero mi cuerpo actúa involuntariamente, ni por qué Jesús causa todo esto en mí.

No entiendo nada y eso me hace sentir una completa imbécil e inexperta niña.

Mis manos suben hasta el cuello de Jesús y las de él bajan hasta mi trasero, me impulsa para arriba haciendo que suelte un gritito de sorpresa y me hace quedar en posición de Koala sobre él sin dejar de besar mi cuello.

Camina hacia adelante con un rumbo fijo; el sofá.

Se sienta sobre éste y yo quedo con piernas a sus costados, separa su rostro de mi cuello y pone una de sus manos en mi nuca para aproximarme a él y besarnos otra vez.

Su otra mano va hasta mi trasero y ahí se queda, jugando con el, apretándolo para ser más exactos, mientras que yo me limito a acariciar su pelo y su no excesivo marcado abdomen sin camiseta.

Me gusta eso de Jesús, que sea fuerte, que se le marquen sus músculos pero que no sea excesivo con ello, que no se preocupe por ello y que no sea un fisico-culturista.

Saca su mano de mi nuca y la pone en el borde de su camiseta, la cual llevo puesta yo. La levanta un poco hasta mi cintura y con la otra mano acaricia el borde de mi ropa interior, luego toca con la punta de sus dedos la parte baja de mi espalda y garabatea figuras abstractas sobre mi piel, haciendo que se erice hasta el último vello de mi cuerpo.

Mis manos actúan en contra de mi voluntad y bajan hasta el borde de su pantalón y mis dedos totalmente inexpertos tiemblan de los nervios cuando llegan hasta el botón de su pantalón dispuesta a desabrocharlo pero él se separa de mis labios y me acaricia la mejilla negando, yo lo miro desconcertada.

Desconcertada por mi actitud, por cómo reaccioné. Los movimientos, que yo considero atrevidos, que hice. Es como si algo se hubiera encendido en mi interior y otra persona tomase el control total de mi cuerpo.

Sabía lo que hacía, lo repasaba en mi mente antes de hacerlo y a pesar de querer parar no lo hacía, no podía.

También estoy desconcertada por su actitud, me paró cuando pensé que él quería llegar a un nivel más alto.

Pensé que el quería hacerlo conmigo.

¿Será que es demasiado pronto? O quizás... ¿Él no me quiere lo suficiente como para perder su virginidad conmigo? ¿O quizás es inseguro? ¿O quizás...

-Deja de comerte la cabeza -sonríe y ladea la cabeza- no te dejé continuar por que si seguíamos, no sería capaz de parar -deja un beso en mi mejilla- Y me parece muy pronto aún.

-Vale -me sonrojo.

-Quiero que tu primera vez... -lo miro a los ojos y el ríe- nuestra -corrige y alza una ceja- primera vez, sea especial, en un lugar especial, un día especial -me da un pico- aunque a tu lado todos los días son especiales -río.

Without Lies - [ Jesús Oviedo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora