C.31: "Segundo destino"

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EMMA
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Sonrío emocionada al entrar en el estacionamiento del parque de atracciones, Jesús se saca el saco y me abre la puerta cuando baja del coche.

—Bienvenida a tu segundo destino y a tu cuarta sorpresa, el parque de atracciones -me sonríe.

Nunca he ido a un parque de atracciones, nunca me he montado en ninguna de las máquinas que hay aquí ni he jugado a esos juegos en los que tienes que pegarle con una pelota a algo y te ganas un peluche o algo por el estilo.

Él me toma de la mano y caminamos hasta la entrada pero mi sonrisa se va al notar que la puerta está con candado y que el parque evidentemente cerrado.

—Está cerrado -suspiro y miro a Jesús.

—Eso ya lo veremos -sonríe- Marcus! -grita.

—Shhh -tapo su boca.

—Tranquila -ríe.

De repente siento un ruido a mis espaldas, la puerta se está abriendo y de adentro del lugar sale un chico sonriente.

—Jesús! -exclama y los dos se abrazan- supongo que tu debes ser Emma -me sonríe y yo asiento- yo soy Marcus, un viejo amigo de Jesús -lo mira y Marcus le da unas llaves.

—Gracias por esto, Marcus -Jesús le pone una mano en su hombro.

—No hay de qué, te debía un gran favor -ríen- ahora, yo ya me tengo que ir, nos vemos Jesús, hasta otra Emma.

El chico se despide y camina hasta su coche, el cual arranca y desaparece de nuestra vista.

Me giro hasta Jesús confundida y lo veo abriendo las rejas del parque.

—Qué? -pregunta divertido.

—Cómo que, qué? -río- Estás loco -susurro pasando por su lado.

—Loco por ti -murmura de espaldas a mí.

Yo sonrío y me sonrojo, él se gira y coge mi mano.

—No es ilegal entrar en un parque de atracciones cuando está cerrado? -alzo una ceja.

—Tengo las llaves, así que no es tan ilegal -reímos y niego con la cabeza.

—Eres increíble -sonrío mucho.

—Vamos -ríe y me hace correr.

Llegamos hasta unas escaleras en espiral gigantes que llegan hasta una especie de casa o local, Jesús abre una pequeña puerta y ambos las subimos sin dejar de reír.

Terminamos los dos agotados y con otra llave abre la puerta del lugar, es una oficina llena de botones y palancas, con una gran ventana que ocupa toda la pared.

—Qué hacemos aquí? -me giro hacia él- Qué haces? -observo como mira todos los botones.

—Vamos a encender esto -sonríe- Mira por la ventana -yo lo hago.

Escucho como a mis espaldas Jesús aprieta un par de cosas pero yo mantengo mi vista fija en el gran parque de atracciones

De repente escucho el ruido de una palanca bajar y a lo lejos observo como todo el parque se enciende de a poco, como si fuera una ola de mar, hasta llegar a nosotros.

Río totalmente ilusionada, creo que en cualquier momento lloraré.

Jesús me abraza por la espalda y con una de sus manos me echa el pelo hacia atrás de los hombros, para dejar un beso en mi cuello.

—Te gusta? -yo asiento, incapaz de pronunciar si quiera una palabra.

Me giro y lo abrazo, siento un nudo en mi garganta, pero a comparación de los otros que he sentido, este es de felicidad.

Without Lies - [ Jesús Oviedo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora