C.49: "Ataque de pánico"

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JESÚS

Despierto por mi cuenta, abro los ojos lentamente y observo a mi alrededor, la habitación está levemente iluminada por la luz del sol que entra desde el balcón y la cabeza de Emma descansa sobre mi brazo, una de sus piernas está sobre mi abdomen y su pequeña mano en mi costilla izquierda, sus uñas se mueven cada vez que mi pecho se eleva al respirar y me causan cosquillas.

Sonrío y cierro los ojos nuevamente, suspiro y me acomodo de costado quedando de frente a Emma, quien se acurruca mejor en mi pecho y yo la envuelvo con mis dos brazos.

Respiro el aroma de su cabello y escondo mi rostro lo más que puedo en él.

Sus labios húmedos se posan en la piel de mi torso y deja un pequeño beso en la zona dándome a entender que está despierta. Acaricia con sus uñas mi espalda y hace un pequeño ruido estirando sus piernas. Sonrío y con un poco de fuerza me giro totalmente quedando sobre ella sin aplastarla.

Ella suelta un pequeño grito acompañado de una risa cuando hundo la cabeza en su cuello y comienzo a morderlo suavemente.

Sonrío y me separo de allí, la miro directamente a los ojos a apenas unos cinco centímetros de distancia. Sus ojos caramelo se achinan cuando ríe y sus hoyuelos se marcan a la perfección, sus mejillas tienen un color carmesí adorable y algunos mechones de pelo cubren su pequeño rostro.

-Buen día, nena -sonrío cuando muerde su labio.

Acorto la pequeña distancia que nos separaba y cubro sus labios con los míos.

Ambos bailan al compás de una música imaginaria, totalmente coordinados, como si fueran dos bailarines de una cajita musical.

Sus labios tan suaves, gorditos y calientes se mezclan con los míos, me pregunto cómo los verá ella, cómo los sentirá, me pregunto si los sentirá cálidos o fríos, si serán lo suficientemente gorditos a comparación de los de ella, me pregunto si serán suaves o quizás estén secos...

Me da curiosidad y me gustaría leer su mente en este momento, saber cómo se siente ella, saber cómo me siente a mí.

Muerdo su labio inferior con delicadeza cuando nos separamos, la falta de aire es una de las peores cosas que pasa cuando beso a Emma.

-Hola -su adorable sonrisa tímida y alegre aparece entre sus labios.

-Hola -río entrecerrando mis ojos.

-Cómo has dormido?

-De maravilla -sonrío recordando mi sueño- y tú?

-Yo igual -me sonríe.

Ella se sienta como un indio en la cama y estira los brazos largando un gran bostezo, yo me quedo acostado sobre el respaldo de la cama y la observo, es hermosa, no puedo verle ningún defecto por más que lo intente y sea el primero en verla con cara de dormida y los pelos alborotonados. Hasta cuándo se le corre el maquillaje o llora es la persona más hermosa que conocí, nadie podría hacerme cambiar de opinión.

Se sienta en el borde de la cama y arregla su cabello con los dedos para luego hacerse un moño, siempre lleva una goma de pelo en su muñeca izquierda, supongo que debe ser incómodo tener todo el tiempo el pelo suelto.

Se levanta y arrastrando los pies sale de la habitación, no sin antes haberse quedado un rato mirándome antes de cruzar la puerta.

Sonrío y paso mis manos por mi cara, intento olvidar todo lo que ha pasado pero no puedo hacerlo, es más fuerte que yo y por más que lo quiera olvidar, más lo recuerdo.

Decido hacer algo, no puedo quedarme quieto de brazos cruzados mientras le mienten a Emma en la cara y le hacen daño, no me lo podría perdonar.

Me saco el pantalón y antes de tener tiempo para buscar otro veo algo por la ventana, está nevando.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2020 ⏰

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Without Lies - [ Jesús Oviedo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora