C.34: "Me pone demasiado"

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JESÚS
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Su hermoso rostro que hace unos pocos minutos estaba bañado en lágrimas, ahora está de color rosado, aunque sus ojos siguen inundados en lágrimas y su boca seca está entreabierta.

Me mira y se acerca lentamente, de lejos puedo ver que sus manos y sus labios tiemblan.

-No... Esto... -su voz se quiebra y deja de hablar.

Ella pone sus manos sobre su boca y corre hacia mí, yo abro los brazos y la rodeo con ellos por encima de los hombros.

Mientras que sus pequeños brazos me abrazan por la cintura, siento sus lágrimas traspasar mi camisa y sus dedos se aferran al borde de esta arrugándola.

Yo la acerco mucho más a mí al escuchar que sus llantos no cesan.

Siento una explosión en mi estómago y una bomba en mi pecho.

Se supone que está feliz? Por qué llora tanto?

Emma, deja de llorar.

La aparto de mí lentamente y ella se sienta en el sofá con las manos sobre su rostro y la cabeza agachada, yo me arrodillo frente a ella y le saco sus manos para poder verla.

-Ey, deja de llorar, me estás matando -río nervioso.

Ella me mira directamente a los ojos y no sé si mi corazón se rompió o si se curó.

-Por qué lloras tanto? No te ha gustado? Mierda. Es muy precipitado, verdad? Te he asustado? -acaricio su mejilla y bajo la cabeza- lo siento, nos podemos ir cuando tú quieras... -escucho su risa y la levanto.

-Deja de preocuparte tanto -ella se limpia las lágrimas con las palmas de sus manos- es bueno llorar como lo estoy haciendo yo -ríe entre lágrimas.

-Cómo? -pregunto confundido.

-Estoy llorando de felicidad, Jesús -suelta una carcajada y echa la cabeza hacia atrás- Esto es lo más... Lo más... Hermoso, especial, único, que alguien me ha regalado -me pone una mano sobre la mejilla y me la acaricia con el pulgar.

-De verdad? -ella asiente- Osea que si te ha gustado?

-Si!! -grita y se levanta de un salto.

Yo camino detrás de ella, que mira nuevamente las habitaciones con una sonrisa de oreja a oreja, hasta el rincón más chiquito, con sumo interés.

Luego, ella se gira hacia mí.

-Qué tal si estrenamos la cocina? -se toca la barriga- tengo hambre y ya está por amanecer.

Yo río y asiento, caminamos hacia la cocina y yo saco todos los ingredientes para hacer panqueques, ella desaparece y al rato vuelve con Mili en brazos.

-Tiene nombre? -pregunta poniéndose a mi lado.

-Si, la del refugio le puso Mili y a mí me gustó, así que se lo dejé -la miro de reojo- Espero que no te moleste.

-No, Mili me gusta -sonríe.

Yo preparo la mezcla y luego pongo la sartén en el fuego, ella se sienta en los taburetes de la isla que está en medio de la cocina comedor y siento su vista fijada en mí, me encanta que me mire.

Me vuelve loco saber que también me mira como yo la miro a ella.

-Me podrías haber avisado que nos quedábamos en un hotel por tiempo indefinido, podría haber traído ropa más cómoda que un vestido.

Sus brazos se posan a cada lado de mi cuerpo y su cabeza pasa por debajo de mi brazo.

Yo retrocedo y ella queda frente a mí con su espalda pegada a mi pecho.

Without Lies - [ Jesús Oviedo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora