C.24: "Emma..."

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EMMA
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Cómo que no? Estábamos teniendo una especie de cita y tú le dices que no está interrumpiendo nada?

No sé que se me hace más increíble, si la respuesta de Jesús o los celos que siento por esta tía.

—Oh, que bien! -sujeta el brazo de Jesús y yo desvío otra vez la mirada.

"Eso no lo tienes que hacer tú, no te da ningún derecho Theresa.
Yo soy la única que pude hacerlo"

Me sorprendo con mis proprios pensamientos, nunca he sido de esas chicas celosas, hasta ahora.

Aunque me he puesto de este modo una vez que mi padre trajo a una señora a la casa, ellos reían y yo era demasiado pequeña, apenas tenía 4.
Si, me gustaba ver a mi padre feliz, pero me hubiera gustado más si era feliz conmigo.

La señora resultó ser una vieja amiga de mi padre, casada hace 10 años y con un hijo de 6, el cual era mi amigo, ahora no sé más a sobre él, pero me gustaría volver a verlo.

—Entonces no te importará que me siente contigo, verdad? Me gustaría... No sé, hablar, saber cómo te van las cosas aquí-mira a Jesús con una mueca de pena.

—Me encantaría, pero la mesa es para dos y las demás están ocupadas -se explica Jesús, y tenía razón, ni siquiera he notado que el lugar ya estaba lleno.

—Oh, pues... Te doy mi número y quedamos otro día -sonríe.

—No, tranquilos -interrumpo- Yo ya me iba -tomo mi bolso y sonrío falsa.

No puedo aguantar ni un minuto más aquí.

—Oh, vale... Jesús, se quedas conmigo? -Jesús despega su mirada de mí y la mira a ella. Se queda mirándola y luego me mira a mí, en silencio. Y el silencio responde por si sólo.

—Nos vemos luego, Jesús -sonrío notablemente triste y camino a paso lento hacia la salida.

Escucho como dice mi nombre y espero con ansias que llegue donde estoy yo, me sujete de la cintura y me diga que se va conmigo, pero eso no pasa.

Y ahí me doy cuenta de que no significo tanto para Jesús como pensaba.

No sé que me dolió más, si ver a esa hermosa chica hablando con Jesús, compararla conmigo y ver que no soy nada bonita a su lado o quizás el echo de que a Jesús no le importaran tanto los momentos que pasamos juntos.

O que Jesús no haya venido a buscarme dejando a esa tía atrás como pensé que lo haría.

O el darme cuenta de lo mucho que me importa Jesús, tanto que me puse celosa y pensé que Jesús es mío.

Jesús me está comenzando a gustar demasiado, más de lo que me gustaría, aunque no lo admitiera muy seguido, me estoy enganchado. Y me da miedo, me atemoriza llegar a tal punto de depender de él.

No, no quiero enamorarme, él en algún momento se cansará de mi simpleza y encontrará a alguien mejor que yo aquí o se irá nuevamente a Londres dejándome sola.

Hay, en mi opinión, demasiados contras por los cuales no debo enamorarme de Jesús.

Pero no puedo evitarlo, no podría no enamorarme de él, sería como una una misión imposible.

Y descubrir que no tengo cáncer y no corro el peligro de morir en los próximos años me ha ayudado a darme cuenta de que quiero algo con Jesús, lo quiero todo junto a él, no me importa cuanto dure, mientras exista.

Si, puede ser que no tenga cáncer, pero sospecho el tener bipolaridad.

Ni siquiera me he dado cuenta de que un coche ha estado pitándome hasta que paró a mi lado, es el coche de mi padre, manejado por Jesús.

Without Lies - [ Jesús Oviedo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora