C.37: "Eres mi felicidad."

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EMMA
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Su mano derecha se aparta de mi pecho y la baja hasta mi abdomen, mientras que sus labios se posan un rato en el punto debajo de mi oreja y luego se pasean a lo largo de mi clavícula.

Yo jadeo y él suspira, creamos una melodía, la más bonita que yo haya escuchado.

-Estás lista? Quieres que siga besándote? -se separa y me mira.

Yo niego y asiento al mismo tiempo torpe, incapaz de pronunciar palabra.

La adrenalina que estoy sintiendo en este momento es inmensa y no puedo describir la incomodidad y la presión que siento en mi entrepierna.

-Hazlo -murmuro temerosa pero segura al mismo tiempo.

Él asiente y suspira, luego junta sus labios con los míos y su caliente lengua se encuentra con la mía.

Se echa a mi lado apoyado sobre su codo mientras que su mano alcanza el elástico de mi braga y mete su mano dentro de ella.

Escucho como traga saliva y yo suspiro, sintiendo mucha ganas de que avance más rápido.

-No estés nervioso, se supone que la nerviosa tengo que ser yo -río, nerviosa.

-Lo siento -inhala y exhala aire, intentando calmar sus nervios.

Yo miro hacia el techo de madera y cierro los ojos cuando siento dos de sus dedos acariciar mi clítoris, suspiro sintiendo que hace círculos levemente y me fascina la sensación.

Jesús se acerca más a mí y pone su mentón sobre mi hombro.

-Te gusta? -murmura ronco sobre mi oído.

Yo asiento y entreabro los labios, sintiendo cómo se secan, al igual que mi garganta.

Jadeo sin poder controlarlo, siento como mis hombros se relajan y Jesús hunde más los dedos en la zona, yo gimo bastante alto cuando los mueve de arriba a abajo y muerdo mi labio con fuerza, tirando la cabeza para el costado contrario de Jesús, sin poder evitarlo.

-No -susurra y para sus movimientos, a lo que yo gimo como protesta- mírame, Emma.

Yo le hago caso, pero sólo por unos segundos, ya que mi cuerpo reacciona por si solo y me obliga a enderezar la cabeza cuando mete toda su mano dentro de mis bragas.

Gimo y siento una presion en mi centro, luego, una corriente eléctrica recorre mi espina dorsal y yo abro los ojos por la sorpresa soltando un gemido alto.

-Oh Dios -murmuro y clavo mi vista nuevamente en el techo.

Noto la sonrisa de Jesús sobre mi pelo y vuelvo a sentir la sensación anterior, pero esta vez, Jesús, con su otra mano, me masajea un pecho y pellizca mi pezón, dándome más adrenalina.

Siento una presion en mi vientre y un cúmulo de sensaciones en mi estómago.

Mi espalda se arquea sobre el colchón y cierro los ojos fuerte, mi respiración se acelera muchísimo y frunzo el ceño cuando las piernas comienzan a temblar.

Siento que me desmayaré en cualquier momento, se me acelera mucho el corazón, voy a sufrir un ataque cardíaco?

Mierda, estoy a punto de morir, creo que mi ritmo cardíaco va por encima de los 100.

-Jesús -gimo su nombre y lo vuelvo a repetir cuando siento nuevamente la descarga de energía en mi espalda, esta vez, más notable.

-Vamos, Emma, córrete en mis dedos -escucho a Jesús murmurar ronco sobre mi pelo.

Oh Dios, esas palabras y el tono que ha usado me llevaron al límite, creo que ya he muerto.

Siento como algo en mi vientre explota mientras cierro los ojos con fuerza y, a pesar de la oscuridad, veo blanco por unos segundos.

Without Lies - [ Jesús Oviedo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora