Noah me dio una pequeña sonrisa y se sonrojó un poco.
-¿Y ahora que vives en casa con nosotros, alguien más vive aquí?- pregunté.
-Mis hermanos suelen venir de visita cuando están en la ciudad, así que por el momento nadie- dijo haciendo una mueca de dolor.
-Debo agradecerte una vez más lo que hiciste por mi, estaba horrorizada mientras estaba en el tocador. Y después de eso, ver como te golpeaban fue algo perturbador...
-Es mi trabajo, no debes preocuparte- dijo torciendo los labios.
Terminé de hacerle la curación a Noah y puse una bandida para cubrir su mejilla. Me levanté del sillón y regresé el botiquín a su lugar, mi teléfono comenzó a sonar descontroladamente.
-¿Taylo? Dime por favor que estás bien... Necesito q-que regreses a casa-
-¿Mamá? Tranquilízate, estoy bien-
-Las noticias dicen que hubo un tiroteo en el centro, muertos y heridos... Y, y-
-Mamá, cálmate por favor. Ya te dije que estoy bien, iré a casa enseguida-
Regresé a la sala y Noah seguía recostado sobre el sillón.
-Debemos irnos, la prensa ya tiene todos los detalles de lo que pasó y mi madre está histérica- dije guardando mi teléfono en mi pantalón.
-Aww, parece que las noticias se mueven rápido en este lugar- dijo Noah levantándose del sillón. Salimos de su departamento y al tomar el auto Noah condujo a casa, minutos después había autos parqueados en mi garage. Digo, algunos más y eso no era muy común.
Noah se estacionó frente a la puerta principal donde mi madre ya se encontraba esperándonos.
Bajé y caminé hacia la puerta, mi madre lucía desesperada y conmocionada. Me abrazó fuertemente mientras trataba de calmar su llanto, a decir verdad jamás le había visto así.
-¿Estás bien?- dijo entre lágrimas fingiendo una sonrisa.
-Si...- dije, ella tomó mi mano y me llevó dentro.
Al llegar a la sala la familia Kochs se encontraba tomando té sentados en el sofá, tal vez era una visita algo inoportuna.
-¿Qué hacen ellos aquí?- susurré a mi madre.
-Taylor, no sabía a quién más llamar- aclaró mi madre limpiándose el rostro cuidadosamente -May y yo habíamos planeado conversar pero antes de eso fue ella quien me comunicó todo esto.
Miré a mi alrededor y Matthew estaba sentado en mi sillón favorito.
-Es ella...- murmuró May, la madre de Matthew. Todos ellos se acercaron a abrazarme y ha darme energías positivas.
-Taylor, es un alivio que estés bien- comentó Matthew besandome la frente.
-La verdad que este, no me ocurrió nada...- dije mirando a mi madre. Luscious me miró fijamente y frunció el ceño.
-Es un milagro que estés bien, pero no querrás que ocurra una desgracias para que se den cuenta de que la situación en la que estamos es muy crítica.
¿Estamos? No estoy muy segura de tu cabeza tenga el mismo precio que la mía en este momento.
-Taylor y yo ya hablamos de eso- mi madre dirigió su mirada a mi -Y hay algo más, en cualquier lugar estás en peligro. No regresarás más al instituto- dijo.
-¿Qué?- pregunté confundida -No puedes estar hablando enserio...
-Es cierto...- dijo Matthew -Esas personas estaban buscándote a ti y tu vida y la de los demás podría estar en peligro.
-Pero eso no tiene sentido- discutí enseguida -Noah mi guardaespaldas lo recuerdan- dije señalando -No permitió que absolutamente nada me ocurriera, estoy bien. No tengo ni un rasguño- mi madre y los demás miraron a Noah.
-¿Pero qué demonios?- dijo mi madre dirigiéndose a él asombrada -Miralo, está cubierto en sangre, tiene la mejilla rota y el rostro lastimado. ¿Estás perdiendo la cabeza?
-Aún que haya realizado un excelente trabajo no podrá estar dentro del instituto tomando las asignaturas contigo, cariño- interrumpió May.
-¡Huh!- hice una lamento de molestia -¿Qué más debo perder, ah?- miré a mi madre con lágrimas en los ojos y a su ausencia de reparo corrí hasta las escaleras y subía a mi habitación.
Ya no tenía nada más, mi mundo se estaba cayendo a pedazos.
Mi padre se alejó de mí mucho antes de que esta tragedia comenzará, ya no tenía amigos por malos entendidos y mi madre discutía sobre mi seguridad con tres extraños. ¿Qué más me quedaba? Sencillo, una casa llena de lujos que en realidad era un cárcel decorada de buenas intenciones.
Cerré mi puerta y me recosté sobre mi cama intentando contener el llanto porque detrás de tanto sarcasmo y de manipulaciones solo había una chica asustada que trataba de mostrarse ruda ante los demás.
-¿Taylor?- una voz llamó a mi puerta.
-No quiero hablar ahora...- ni siquiera me importaba quien era, no quería más ayuda. La manija de la puerta se giró y de inmediato me levante.
-Sabes que no acepto un no por respuesta- la sonrisa del chico más hermoso que habían visto mis ojos estaba apoyada en el marco de la puerta. Salté de la cama y corrí a abrazarlo, mis lágrimas no se podía contener. Él era lo único que me podría hacer bien en este momento.
-Brey...- me refugié en sus brazos y comencé a llorar, estaba más alto desde la última vez que lo había visto. Me encantaba su nuevo look, el cabello largo le sentaba muy bien y sus ojos marrones cada vez que sonreía lucían más rasgados que lo normal, era idéntico a Chiara.
-No sabes cuanto te extrañé, Tay- dijo besando mi frente -Por favor no llores, me rompes el corazón- dijo secando mis lágrimas.
-Brey ¿por qué no me llevaste contigo?- pregunté en llanto -Nada de esto estaría sucediendo...
-Sabes que lo habría hecho si pudiera...- aseguró -Pero sabes que nuestra relación con tu madre nunca fue la mejor, prometí verte cada vez que me lo permitieran pero papá lo arruinó. Como todo lo que hace...
-Quiero salir de este lugar, esto es como una cárcel- dije.
-Lo sé pero como están las cosas, no podemos arriesgar tu seguridad- dijo Brento -Tú madre me permitió venir aquí solo con la condición de que no te fugaces conmigo- dijo haciendo una pequeña sonrisa.
-No puedo creer que estes de su lado...- dije molesta.
-No estoy del lado de nadie, solo quiero protegerte. Solo mirá lo que ocurrió hoy, pudieron haberte matado o secuestrado si no es por ese chico, por cierto está hecho un desastre- dijo refiriéndose a Noah.
-Él ha hecho mucho por mi y no sé cómo agradecerle...- dije.
-Todo estará bien, lo prometo- dijo abrazándome de nuevo -Ya debo irme, regresaré pronto.
Mi hermano Brenton salió de mi habitación dejándome sola de nuevo, debía hacerme a la idea de solo ver por la ventana ya no podría salir a ningún maldito lugar. Miré por la ventana que estaba junto a mi escritorio y vi a los Kochs despedirse de mi madre, seguido de esto subieron a sus autos y se fueron de casa.
ESTÁS LEYENDO
•Mi Guardaespaldas•
Teen FictionMi familia a pesar de tener mucho dinero también tiene muchos problemas, mi padre por su parte al intentar tener más comodidades puso mi vida en riesgo y nunca le importo. Ahora me encuentro viviendo con mi guardaespaldas cada vez nuestra convivenci...