Noah Sherman
—No tienes que hacer esto...— dije mientras me apoyaba sobre la cama.
—Está bien, Noah— dijo Ramé mientras me ayudaba a sostenerme —Debo asegurarme de que estes bien unos días más y prometo que te desharás de mí— aseguró con una sonrisa.
—En el hospital dijiste que no era tan grave si me mantenía en reposo— aclaré —Además mi hermana ya viene en camino así que puedo irte tranquila— dije pero ella se negó.
—No me harás cambiar de idea... así que vete acostumbrando a verme por aquí muy seguido— fingí una sonrisa y me tendí sobre la cama.
Ramé estuvo conmigo toda la tarde y se ofreció a traerme algo para almorzar, aunque me negué no tomó en cuenta mi opinión e hizo lo que quiso.
—Se me cae la cara de la vergüenza...— dije cubriéndome el rostro —Haces demasiado por mi y no se como recompensarte— dije entre risas.
—Está bien, ya te lo dije— dijo revolviendo los ojos —Necesito que vuelvas al trabajo lo más pronto posible ¿ok?— insinuó Ramé.
—¿Acaso la señora Evans dijo algo sobre mí?— pregunté —Debo mejorar rápido, Taylor no puede estar sola tanto tiempo— susurré.
—¡Calma!— dijo Ramé poniendo su mano entre mi entrepierna —No lo dijo... pero estoy segura de que eso es lo que tú más quieres— aseguró —Vi que eres muy cercano a Taylor...— comentó.
—Si...— dije y en ese momento escuché que alguien estaba llamando a la puerta, me levanté de la cama dejando a Ramé en mi habitación y me dirigí a la puerta principal. Al ver lo que había tras la puerta mi respiración se agitó un poco.
—Hola Noah...— dijo Taylor con una pequeña sonrisa, de inmediato le abrí la puerta y la recibí con abrazo.
—¡Taylor...!— dije asombrado, ella sonrió y sacó una caja de bombones de detrás. Me la dió y me dió un pequeño abrazo.
—Quise...— dije desviando la mirada y acomodando su cabello tras su oreja —Te traje esto por que quería saber como estabas...— dijo.
—¡Sigue!— dije —No debiste molestarte— insinué.
Taylor siguió y tomó asiento en la sala mientras yo estaba de pie.
—¿Cómo te sientes?— preguntó —En realidad me siento terrible... Saber que estás así por mi culpa me hace perder la cabeza— aseguró.
—No... fue tu culpa— murmuré —Son cosas que suelen pasar, eso es todo— dije.
Ramé salió de mi habitación y se dirigió al baño que estaba junto a la cocina, por un segundo había olvidado que estaba aquí.
—Aun así no dejo de sentirme mal...— dijo, Taylor dirigió su mirada a Ramé y guardó silencio por un momento.
—Noah debo irme así que...— Ramé dirigió su mirada a nosotros e hizo una mueca —¡Taylor!— dijo acercándose a ella —No sabía que estabas aquí... Es un gusto verte— dijo animada y le dio un beso en la mejilla.
—Si...— dijo Taylor incomoda —Es un gusto verte también— dijo fingiendo una sonrisa. Ramé se acercó a mí y se despidió con una beso en la mejilla, tomó sus cosas y salió de mi departamento.
—Creo que... fue un mal momento para hacer una visita así que espero que te recuperes muy pronto— dijo Taylor levantándose del sillón y dirigiéndose a la puerta.
—No es un mal momento... me alegra verte— dije —¿Que tal te fue con tu padre?— pregunté, ella se detuvo y se giró hacia mí.
—Estuve...— dijo interrumpida por un suspiro —Fatal— aclaró con lastima.
—¿Tan mal?— pregunté sin poder creerlo.
—No te lo imaginas...— dijo entre dientes revolviendo los ojos —Tanto que acabo de llegar y quise venir a verte, eres la única persona con la que quiero estar...— comentó, me acerqué a ella y la abracé.
—Lo lamento mucho ...— susurré en su oído, ella apoyó su cabeza sobre mi pecho y me abrazó de vuelta.
—Tú no me decepcionarás ¿cierto?— preguntó mirándome fijamente apoyando su mentón sobre mi hombro. La miré e intenté no sonreír pero fué imposible.
—Claro que no...— aseguré dando una pequeña carcajada —Eres lo que más me importa— aclaré. Taylor me sonrió de vuelta y miró mis labios lamiendose se los suyos, sentía como sus ojos se perdían en los mios. Quería besarla de nuevo pero no salía de mi cabeza la fotografía que había visto de ella con otro chico —¿Quieres algo de beber?— pregunté alejándome de ella.
—Yo...— se abalanzo sobre mi y me besó, estaba muy confundido con lo que estaba ocurriendo pero sin embargo no me resistí. Sus labios se movían al compás de los míos mientras sus manos acariciaban mi cabello con mucha delicadeza, había esperado mucho este momento. Tenerla tan cerca y entre mis brazos.
Las caricias eran mutuas y cada segundo que pasaba hacía que nuestra temperatura corporal aumentara poco a poco y termináramos en mi habitación, ambos nos abalanzamos sobre la cama para dar un respiro pero de inmediato Taylor se sentó sobre mi. Comenzó a besar mi cuello ligeramente, tomó mi mano y la puso sobre su sostén. Sus besos y sus caricias comenzaban ha abultar la parte baja de mi pantalón.
—¿Estás segura de lo que estás haciendo?— pregunté agitado, ella siguió besando mi cuello hasta subir a mi oído.
—Más que nunca...— dijo en un tono excitante.
Apreté su torso contra el mío y mientras la besaba la giré y la recosté sobre la cama. Estaba tan excitado que sentía que mi pantalón podría explotar en cualquier momento, comencé a besar su cuello sin dejar de tocar sus pechos y por la manera en que me miraba sabía que le estaba agradando.
Bajé hasta su abdomen hasta encontrarme con su pantalón, bajé su bragueta mientras la miraba fijamente y delicadamente fuí deslizando su pantalón por sus muslos hasta quitarlos de un jalón y tirarlo por el suelo. Rápidamente regresé a su abdomen y metí mis manos por los costados de su camisa para sacarla por su cabeza y dejarla en ropa interior.
—No imagino que bien te ha de lucir el desnudo— murmuré mordiendome los labios y ella llevó uno de sus dedos hasta mi boca. Me acerqué hasta su boca y la besé, excitado por los movimientos que su lengua hacía con la mía tomé sus manos y las puse sobre su cabeza dominadola, quité mi pantalón y con mi boca quité su ropa interior.
Tomó sus manos y quitó mi camisa con mucho cuidado para no causarme dolor.
ESTÁS LEYENDO
•Mi Guardaespaldas•
Ficção AdolescenteMi familia a pesar de tener mucho dinero también tiene muchos problemas, mi padre por su parte al intentar tener más comodidades puso mi vida en riesgo y nunca le importo. Ahora me encuentro viviendo con mi guardaespaldas cada vez nuestra convivenci...