Capítulo 31.

121 5 1
                                    

Taylor Kelleher

Matthew se colocó  a un lado de la cama dejando su miembro en frente de mí, me tomó por el cuello y me hizo arrodillar sobre la cama, con su mano tomó mi mano y la puso sobre su miembro, sujetó mi cabello con sus manos mientras lo entrelazada dándole un par de vueltas.

Me empujó hacía él haciendo que su miembro quedase a milímetros de mi boca, era mi primera vez haciendo esto y no quería arruinar el momento con mi inexperiencia. Abrí mi boca y lo metí en ella, comencé a lamerlo como tantas veces Thomas me había dicho que debía hacerlo. Con ambas manos le daba pequeños masajes de arriba hacia abajo acompañado de un masaje con mi boca.

Matthew suspiraba de placer mientras yo lo miraba fijamente a los ojos, sus movimientos era un tanto bruscos pero muy excitantes. Jalaba mi cabello a su antojo causandome un poco de dolor, después de varios minutos me alejó de él y me hizo recostar sobre la cama, se abalanzó sobre mí y bruscamente me quitó las bragas, sus manos se encaminaron hasta mi busto y de una manera muy hábil quito mi sosten.

Su lengua se posó sobre mis pezones y unos movimientos circulares me hacían gemir de placer. Mis manos se enlazaron con las suyas pero este las llevó arriba de mi cabeza nuevamente siendo bastante dominante. Y debo admitir que verlo tomar el control me excitaba más.

Su rostro lentamente se acercaba al mío, su cabello rizado y sus ojos azules se lograban ver muy bien desde ese ángulo. Su respiración agitada y tibia golpeaba con mi rostro, moría por besarlo pero sus labios dirigieron a mi cuello y era algo que en realidad se sentía muy bien.

La punta de su miembro rozaba la entrada de mi intimidad con mucho delicadeza hasta que de golpe se introdujo en mi.

—¡Ahh...!— un gemido de dolor se escapó de mi boca, Matt llevó sus manos a mi cintura y comenzó de embestirme contra él repetidas veces. El dolor de la penetracción del gran miembro de Matt me llevó a reaccionar de una manera inadecuada clavando mis uñas en su antebrazo, Matt sonrió de medio lado y el ritmo de sus movimientos comenzó a acelerar.

El dolor comenzó a sentirse placentero sin darme cuenta, Matt enrollo mis piernas tras su espalda baja y con una de sus manos puesta en mi trasero y la otra tras mi espalda me levanto de la cama mientras seguía dentro de mi. Mis brazos se aseguraron de su cuello y con suaves movimientos hacia arriba y hacia abajo Matt comenzó a hacerme sentir en el paraiso, mis labios buscan los de Matt pero mis jadeos se mezclaban con su agitada respiración.

Con mucho cuidado Matt me bajó de él y con besos mojados en mi cuello me apoyó en pared, mientras él se acomodaba tras de mí me tomó por los hombros y nuevamente se introdujo en mi de golpe.

—¡Ah!— un gemido de placer imposible de controlar salió de mi boca.

Una de sus manos dejó mi cuello y tomó mi cabello agarrándolo con fuerza, sentí su respiración tras mi oreja.

Sus embestidas comenzaron a hacerse más fuertes y los jadeos de desaliento de Matt me excitaban más hasta que se detuvo dando un gran gemido de placer cerca a mi oído. Besó mi cuello y se alejó de mí, tomó su ropa interior y seguido se dirigió al baño.

—¡¿Taylor...?!— escuché la voz de Matt proveniente del baño. Caminé hasta la cama y me puse mi ropa interior.

—¿Si?— pregunté. Matt se asomó apoyándose en el marco de la puerta del baño con cara de sorprendido.

—¿Tú...?— dijo tartamudeando —¿Tú, tú eras virgen?— preguntó.

—...— guardé silencio por un segundo —Si...— dije temerosa, Matt sonrió y muy animado salió del baño para acercarse a mi.

—Por...¿por qué no me lo dijiste?— preguntó tomándome por el rostro, me miró fijamente y sonrió —Pudo haber sido especial ¿acaso te lastime? ¿estás, estás bien?— preguntó preocupado.

—Estoy, bien...— dije —No pensé que fuera tan importante...— Matt me interrumpió.

—¿Qué?— preguntó, su reacción se me hizo muy extraña —Fui tu primera vez y creeme que me hubiera gustado haberte hecho algo especial, no sé. Déjame pensar en algo— dijo bastante animado.

—No tienes que...— dije —Creeme, la pasé muy bien y no necesito nada más— aclaré.

—No, no— dijo alejándose de mí —Ahora que estamos juntos... Toda será diferente, creeme— Matt me abrazó por atrás y me dió un pequeño beso.

¿Juntos? "Estamos ¿juntos? " 

Creo que ese "juntos" de Matt no era exactamente lo que estaba esperando escuchar, tal vez era simplemente la intensidad del momento y Matt estaba tomando todo muy enserio.

Sin arrepentimientos

Tal vez no debí haberlo dicho, soy una idiota.

—¿Quieres que hagamos algo?— preguntó Matt —Podemos... ver una película, salir un rato o... podría prepararte algo si quieres ¿qué opinas?— dijo.

—Realmente... quisiera ir a casa— dije pero Matt me tomó por la cintura y me dio la vuelta.

—¿Quieres regresar a casa cuando las cosas no marchan tan bien?— insinuó —Sabes que conmigo puedes hablar sin tapujos, linda...— dijo mirándome fijamente.

 —¿A qué te refieres...?— pregunté desviando la mirada.

—Yo...— dijo Matt —Me preocupo por tí, linda— me tomó por la cintura y me dio la vuelta —Y... no quiero que, estés en un ambiente hostil y que hagas cosas de las que te puedes arrepentir después— dijo.

—Tienes razón, yo...no debería regresar a ese lugar. Las cosas con mi mamá están extremadamente mal— aclaré.

—¡Lo ves!— dijo, su mano acarició mi mejilla y seguido besó mi frente —Me importas mucho más de lo que imaginas, por tí haría lo que me pidieras y ahora que ya no hay nadie más entre nosotros...— replicó Matt.

—...— no estaba totalmente segura de lo que decía Matt pero prefería quedarme con él que regresar y discutir con mi madre.

—¿Quieres que vaya por la botella?— preguntó con una sonrisa.

—¡Sí!— repliqué y Matt se dirigió a la sala para traer la botella.






•Mi Guardaespaldas•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora