Noah Sherman
Ramé me ayudó a elegir un traje para la fiesta, no bromeaba con lo de tener mucho estilo. Entraba continuamente al probador para darme el visto bueno pero hacia que me sintiera incómodo cuando entra y yo solo estaba usando mi ropa interior, no quería que malinterpretase las cosas y mucho menos que fuera a comentarle algo de esto a Taylor. Ella y yo solo eramos amigos pero tal vez no lo tenía muy presente.
—Si combinas tu corbata con el color de mi vestido nos veremos muy bien juntos ¿no crees?— dijo Rame sonriente, la miré detenidamente y fingí una sonrisa.
—Oye... ¿crees que puedas hacer algo por mí?— pregunté y ella asintió —Sabes... no he podido hablar con Taylor, le he enviado textos y la he llamado y no me responde ¿crees poder llevarme a su casa?— dije.
—Si... claro— dijo —Pero... ¿su madre sabe que ustedes dos están saliendo?— preguntó —Digo, no quiero que me mal interpretes pero... ¿no crees que será estraño que te vea ahí cuando deberías estar en reposo?— aclaró.
Ramé tenía razón, su madre no sabía nada y si me viera ahí podría causarle problemas a Taylor.
—Tienes razón... quizá no sea una buena idea— dije.
—Aunque...— murmuró —Podría ir hasta su casa e ir por ella, pueden hablar en mi auto— sugirió. La idea de Ramé era muy buena pero no estaba muy seguro de que Taylor aceptara.
—Está bien— dije —No perderemos nada intentandolo— aseguré.
Ramé y yo salimos de la tienda y entramos en el auto, nos dirigimos a casa de Taylor y en medio del camino Ramé me sugirió bajarme una calles antes de llegar para que su madre no se diera cuenta. Acepté y decidí esperar.
Taylor Kelleher
—¡Basta mamá!— dije molesta —Lo que le ocurrió a Noah fue mi culpa... si no hubiéramos salido de casa nada eso hubiera ocurrido— aclaré. La puerta del estudio de mi madre se abrió de repente, mi madre y yo nos fijamos en ella y Jason entró en la habitación.
—Lamento interrumpir, hay una chica en la puerta que necesita ver a Taylor— dijo Jason, me miró fijamente y cruzó los brazos.
—¿Esperas a alguien, Taylor?— preguntó mi madre confundida. Miré a mi madre confundida y negué con la cabeza.
—No...— dije. Mi madre me tomó por el brazo y junto con Jason salimos del estudio. Nos dirigimos a la sala principal y me dejaron ver por la mirilla de la puerta.
¿Ramé? ¿Qué diablos hace aquí?
—Es Ramé...— dije alejándome de la puerta. Mi madre hizo una mueca de sorpresa y después me hizo una señal para que fuera a ver qué era lo que ocurría. Abrí la puerta y salí al porche, dejé la puerta entreabierta y me acerqué a Ramé.
—Taylor...— dijo sonriente, le sonreí de vuelta y me abrazó —Crees que podamos hablar... ¿a solas?— dijo mirando hacia la puerta, mire de reojo y Jason estaba tras la puerta. Se podía ver su sombra.
—Sí...— susurré.
—Vamos a mi auto— sugirió ella, bajamos las escaleras y nos dirimos a su auto que estaba a unos pocos metros. Entramos en el auto y ella se puso el cinturón.
—¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté confundida —¿Le ocurre algo a Noah?— dije.
—No...— dijo Ramé —Debes... venir conmigo— aseguró. No estaba segura de lo que estaba pasando pero... había sido el momento perfecto para interrumpir la conversación con mi madre, no quería estar más en ese lugar.
—Está bien...— dije temerosa, seguido ella encendió el auto. Ramé lucía muy sonriente mientras conducía.
—Sabes...— dijo mirando la carretera —Me sorprendió mucho que fueras a visitar a Noah, después de lo que sucedió...— aclaró.
—¿A qué te refieres?— pregunté confundida.
—Digo, si hubiera sido la culpable yo sería incapaz de hacer algo como eso...— aseguró.
—...— guardé silencio por un segundo —¿Noah, Noah te dijo eso?— pregunté.
—Sí... digo, hemos pasado mucho tiempo juntos últimamente. Y compartimos muchas cosas uno del otro...— dijo Ramé —Sabes Noah es un chico muy agradable, atractivo e inteligente— dijo —¡Creo que me está empezando a gustar!— dijo dando un grito en el coche.
Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza y se me dificultaba la respiración. Estaba molesta.
¿Por qué demonios me dices esto? Ni siquiera me agradas... y se que tampoco te agrado.
—Bien...— dije.
—Enserio que me sorprendió que me pidiera esto...— dijo —Tú eres muy cercana a él ¿podrías ayudarme con él?— preguntó.
¿Qué demonios?
Detuvo el auto y se estacionó, soltó su cinturón y salió del auto. Estaba muy oscuro y no sabía muy bien que rayos estaba haciendo Ramé, la puerta del auto se abrió y Noah entró en el auto.
—¡No puedo creer que viniste!— dijo Noah emocionado, se sentó frente al volante y se acercó para besar mi mejilla. Giré mi rostro y lo rechacé —¿Sucede algo?— preguntó temeroso —Te he llamado y no contestas, tampoco respondes mi mensajes...— dijo preocupado.
—Mmm...— dije —A lo mejor no me place hablar contigo ¿no habías pensado en eso?— pregunté dirigiendo mi mirada a él.
—Pensé que estábamos bien...— insinuó Noah.
—¿Desde cuándo eres tan cercano de Ramé?— pregunté —Veo que pasan mucho tiempo juntos... ¿hay algo entre ustedes?— dije. Noah me miró sorprendido y soltó una carcajada.
—¿Hablas enserio?— preguntó y de inmediato asentí —¡No! Claro que no...— aseguró.
—Entonces... ¿qué estabas haciendo con ella?— pregunté.
—Nada, absolutamente nada. Me pidió que la acompañara, eso es todo— dijo Noah.
—Ella no es buena para tí Noah...— dije —Te usará y te lastimará como hizo con los demás— aseguré.
—¿De qué hablas?— preguntó él.
—Solo debes saber que estarás mejor lejos de ella ¿bien?— dije.
—¡No!— dijo —¿Sabes algo de ella? Dímelo entonces...— ordenó.
—No es quien crees...— dije entre dientes.
—Dime qué es lo que sabes entonces...— dijo molesto.
—¡No es buena para tí!— aseguré, Noah me mantuvo la mirada fija y rodeo los ojos.
—Estás celosa...— murmuró —No puedo creer que seas esa clase de chica...— insinuó.
—¿Disculpa?— pregunté confundida.
—¡Sí!— dijo asintiendo —La que cada vez que se siente insegura hace lo posible para hacer ver mal a los demás, creí que eras diferente...— dijo Noah, me miró de reojo y salió del auto cerrando la puerta con fuerza.
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•Mi Guardaespaldas•
Ficção AdolescenteMi familia a pesar de tener mucho dinero también tiene muchos problemas, mi padre por su parte al intentar tener más comodidades puso mi vida en riesgo y nunca le importo. Ahora me encuentro viviendo con mi guardaespaldas cada vez nuestra convivenci...