Taylor Kelleher
¡Maldición!
¿Estuve a punto de besar a Matt? ¡Estuve a punto de besar a Matt! Dios ¿qué me estaba ocurriendo? pensé que solo lo veía como amigo. Si él no hubiera salido de habitación, no sé qué sería de nosotros justo ahora.
Caminé hasta la puerta de la habitación y la cerré sin pensarlo dos veces, me recargue sobre ella y golpeé mi cabeza algunas veces.
—¿Qué estoy haciendo?— susurré, caminé hasta la cama y me lancé sobre ella.
Sin darme cuenta caí rendida, a la mañana siguiente escuché como alguien golpeaba la puerta principal haciéndome despertar de repente. Me levanté desconcertada y fui directamente a ver quien era, observé por la mirilla de la puerta y era Matt. Corrí hasta la habitación por algo de ropa, tome una pijama y me la puse rápidamente.
—¿Taylor?— dijo Matt golpeando la puerta —Ábreme por favor, tenemos que hablar...— Matt sonaba preocupado.
—Un se-gundo...— dije mientras terminaba de arreglar mi pijama, regresé a la puerta y le abrí enseguida.
—¿Puedo seguir?— dijo mirándome a los ojos, asentí y abrí la puerta completamente. Se giró quedando frente a mí, bajó la mirada y se cubrió el rostro —Lamento... lo que sucedió ayer, en verdad— dijo —Bebí de más y...— suspiró y descubrió su rostro mirando fijamente —No sé que me sucedió, mi comportamiento no estuvo bien y no quiero que pienses mal de mi— dijo avergonzado —Esto de estarme disculpando todo el tiempo se me está volviendo una costumbre... Lo lamento— se disculpó nuevamente.
—Descuida Matt— dije para tranquilizarlo pero aún así no podía creer lo que él había causado en mi. Después de repetirme muchas veces que solo lo veía como un amigo, estaba segura de que no era del todo cierto —¿Quieres algo de beber?— pregunté.
—Lo que sea menos cerveza, esta resaca me está matando...— dijo sonriendo, busqué en el refrigerador de la habitación y no pude hacer más que ofrecerle una lata de soda pero él de inmediato se negó —¿Te... gustaría desayunar conmigo?— preguntó y acepte, le pedí que aguardara un momento mientras buscaba algo para ponerme mientras él esperaba en el sillón.
—Oye por cierto— dijo Matt desde la sala.
—¿Si?— pregunté.
—Tu pijama está al revés— dijo soltando una carcajada. Estaba avergonzada en realidad.
Fui hasta la habitación y busqué algo de ropa, regresé a la sala y salí de la habitación con Matt, tomamos el ascensor para ir a la cafetería y mientras pude notar que Matt estaba algo nervioso.
—¿Te sientes bien?— pregunté.
—¡Sí!— dijo —Tal vez no sea muy prudente que pregunte pero ¿por qué no impediste que te besara?— preguntó, no sabía qué decir. No tenía la respuesta de esa pregunta.
—No lo sé— dije nerviosa.
—¿Te molestaría si lo intentara?— dijo sonriendo —No te ví muy disgustada ayer— dijo, se acercó a mí y acomodó el cabello que caía sobre mi frente. Me miró fijamente y sonrió.
Bajamos del ascensor y salimos del hotel, nos dirigimos a la cafetería que estaba cruzando la calle. Matt abrió la puerta de la cafetería para mi y buscamos una mesa, unos minutos después una amable señora tomó nuestra orden.
—Oye quiero decirte algo— dijo Matt poniendo su mano sobre la mía.
—¡Claro!— dije sonriendo.
—Mis padres darán una fiesta el fin de semana— dijo —Y... La verdad me gustaría que me acompañaras— completó.
—Está... bien—dije.
—Me gustaría que fueras como mi pareja...- dijo aclarando su garganta.
—Matt yo creo que...— me interrumpió.
—No lo tomes de la manera incorrecta, sé que somos amigos y todo eso pero no va a ocurrir nada que tu no quieras— hizo una muecas y golpee su pecho, soltó a carcajadas y luego se disculpó -¿O crees que él se molestara si nos ve de nuevo?- insinúo.
—Claro que no— dije sensata —Él no se molestaría conmigo pero contigo... dudo que no— lo miré fijamente y estaba sorprendido.
—Eres muy cruel y te aprovechas de que yo tampoco me molestaría contigo— se levantó de la mesa y apretó mis mejillas —Vuelvo enseguida— sonrió y se alejó.
Recibí la orden y Matt regresó.
—Se ve delicioso— dijo mirando la comida.
—Es cierto— dijo mientras me preparaba para darle un bocado a mi tocino.
—Oye ¿hay alguien cerca al auto?— dijo señalando el auto por la ventana del comedor, giré mi cabeza levantándome de la mesa y no vi a nadie cerca del auto.
—¿De qué hablas?— dije sentándome de nuevo y vi a Matt comiéndose mi tocino —¡Oye!— dije asombrada —¿Qué no deberías preguntar antes de hacerlo?— dije frunciendo el ceño —Aunque, puedes quedártelo...— aseguré.
—Espera ¿qué? ¿Por qué lo ordenaste si no lo comerás?— preguntó confundido mientras comía el tocino.
—Sencillo, aún recuerdo que cuando jugabas en mi casa y lo robabas de mi plato...— dije tomando un sorbo de café.
—¡Oww!— dijo asombrado —Es una razón más por la que me amas en secreto...- dijo sonriendo y yo reí a carcajadas.
Después de terminar el desayuno salimos de la cafetería y regresamos al hotel, Matt me pidió que fuera por mis equipaje y que 5 minutos después nos encontrásemos en el vestíbulo. Subí a mi habitación, tomé mi equipaje y llamé al ascensor, esperé mientras llegaba hasta mi piso y escuché a lo lejos la voz de Matt.
—Basta Sarah, no quiero que me llames más. ¡Me tienes harto!—
—...—
—Nunca fuimos más que amigos y tu aceptaste eso—
—...—
—Lo que ocurrió entre nosotros fue un error...—
Oww, estaba sorprendida. Se me escapó una carcajada así que cubrí mi boca rápidamente y enseguida apareció Matt en medio del pasillo, sostenía su teléfono en una mano y en la otra tiraba de su equipaje. En ese momento llegó el ascensor.
—¿Bajas...?— dije sonriendo, Matt asintió y mantuve las puertas abiertas mientras él llegaba —¿Todo bien?— pregunté y el solo sonrió y guardó su teléfono. Hubo un silencio incómodo mientras bajábamos al vestíbulo, ninguno tuvo la iniciativa de hablar en ese momento hasta que al bajar del ascensor Matt me pidió mis maletas para llevarlas al auto mientras yo regresaba las llaves de las habitaciones al recepcionista.
Caminé hasta la entrada principal del hotel mientras esperaba a Matt, vi su auto estacionado unos metros delante de mí y fui hasta el. Subí y ajusté el cinturón de seguridad.
ESTÁS LEYENDO
•Mi Guardaespaldas•
Novela JuvenilMi familia a pesar de tener mucho dinero también tiene muchos problemas, mi padre por su parte al intentar tener más comodidades puso mi vida en riesgo y nunca le importo. Ahora me encuentro viviendo con mi guardaespaldas cada vez nuestra convivenci...