Capítulo 8 "Volver al Siny"

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—Hola —me recibió con una sonrisa mostrando sus dientes perfectos mientras tomaba asiento en la parte del copiloto.

—Hola —respondí usando el cinturón de seguridad antes de recibir un beso en la mejilla bastante inesperado.

— ¿Cómo estuvo tu día?

—Bien —asentí intentando buscar la manera perfecta para hablar sobre el incidente del barco—. Las cosas siempre marchan bien, por alguna razón todo parece estar siempre perfecto. 

—Tal vez es la magia de Canadá —se encogió en los hombros mirando al frente.

—Estoy dispuesta a atribuirle eso.

—Debe ser que tanto blanco necesita estar adornado con despreocupación, tranquilidad y paz.

—Tal vez —suspiré mirando por la ventana formulando un pretexto ideal para mencionar la decisión de salir de país para ir a pasar un crucero junto a varios empleados de la editorial incluyendo a Michael.

— ¿Está todo bien?

—Ya te lo dije, por alguna razón todo en Canadá siempre es perfecto —respondí dejando de lado la conversación una vez más.

— ¿A dónde será el crucero de este año en J-K Jackson?

Giré la mirada de golpe, sin saber cómo contestar a su pregunta, mis mejillas se calentaron y esa iba a ser la oportunidad.

—El Caribe Mexicano —respondí sin agregar nada.

—Suena como un verdadero sueño tropical.

—Lo será, nunca me ha gustado mucho la playa, pero esta vez espero disfrutarlo —me encogí en los hombros volviendo la mirada al camino.

— ¿Irás? —cuestionó engrosando la voz.

—Sí.

Respiró hondo, con cierta brusquedad como si deseará frenar el auto al instante, pero centro toda su atención en llegar rápido a casa, tal vez para comenzar a discutir a puerta cerrada. Sin importar sus intenciones continúe mirando al exterior imaginando cómo despertaría el siguiente mes, no era capaz de imaginar cómo era respirar el aire al exterior de Canadá, no era capaz de imaginar estar a su lado bajando la mirada con cuidado por rechazar alguno de sus besos.

Mientras el panorama congelado de Kellowna se abrazaba a mis pupilas un elemento más apareció adornando la acera de mi calle. La chica de a lado, con sus ojos castaños mirando a abajo con media sonrisa mientras el chico a su lado tomaba su mano con cuidado susurrando algo a su oído con delicadeza, con amor, me tomé la libertad de imaginarme junto a él, caminando de la mano con tranquilidad sin importar quien se encontrará alrededor, perdidos en la mirada del otro con el aire frío golpeando sin perturbar nuestro caminar. Todo un sueño se formo en mi mente mientras el auto terminaba de aparcar, me atreví a mirar los ojos azules de Oliver esperando por una indicación, una señal para moverme o quedarme en completo silencio y entonces la tempestad comenzó.

Salió del auto, sin esperarme, sin dedicarme ni una sola mirada, pero a pesar de toda su molestia dejó a puerta abierta mientras me decidía por entrar. Tomé un respiro rápido con tranquilidad abría la puerta del auto perdida de nuevo en aquella chica caminando con su novio, pensé en Michael, en mí, en nuestras mañanas en Montana cuando no eramos nada pero lo eramos todo, extrañaba esa sensación de estar con alguien a quien podías entender, alguien con quien compartir tus miedos, tus sueños, nunca me sentí tan patética sufriendo por no estar a lado de alguien, había dejado a mi madre, había dejado a mis pocos amigos, y nunca me causo un dolor comparado con ese, el día no tenía ningún color, era blanco, como las paredes de mi mente, blanco sin sentimiento alguno. Deseaba estar con él, y no podía, deseaba salir corriendo a sus brazos dispuesta a cometer la locura de mi vida e incluso intentando mantenerme en un régimen nuevo de vida saldría corriendo de su mano si me lo pedía. Lo amaba y dejar de amar a alguien era tan complicado como vivir sin agua. 

— ¿No vas a entrar? —cuestiono desde el marco de la puerta.

No di respuesta alguna a su pregunta limitándome a caminar con tranquilidad hasta donde se encontraba, y al encararle en la puerta le dedique media sonrisa, una parecida a todas la que le dedicaba a mi madre cuando se molestaba conmigo. Cerró la puerta tras mi entrada y entonces se quedó en el mismo lugar observándome con severidad. 

—Y estás molesto por... —agregué cuando me encontraba sentada en un lugar cómodo en la sala de estar. 

—No deberías hacer esa pregunta, lo tienes muy claro. 

—En realidad no. 

—Escucha, Lisa. No soy como Jackson, no soy enigmático, no soy un misterio o un acertijo por descifrar para cualquiera, soy una persona normal, soy un novio normal, por esa razón espero tener el mismo compromiso de tu parte como lo tienes de la mía.

—Oliver...

—No necesito escuchar excusas, tampoco las quiero.

—No quiero excusarme, no tengo ninguna razón para hacerlo —me encogí en los hombros—. Iré a un crucero, pasaré un mes a mitad del mar despejando mis ideas, aclarando mi mente como lo postula en viaje de cada año, ¿ir a un crucero es un falta directa a nuestra relación?

—No es por el viaje, es por quién estará en el viaje.

Oh, dios no —respondí tomando el puente de mi nariz con los ojos cerrados—. Necesitas dejar de imaginar tantas cosas.

— ¿No debería sentirme amenazado por él?

—Una persona sana no lo haría. 

—Me quito a mi prometida, salía contigo, no esperes que lo tome con calma.

—Entonces no deberías salir conmigo —ese último argumento salió de entre mis labios como un suspiro, no podía contenerlo más, él me estaba presionando para dejar mis pensamientos al aire sin preocuparme por herirlo—. Es parte de mi vida, iniciando por el lugar en donde trabajo, fue una persona muy importante para mí en el pasado, es ridículo continuar temiendo a alguien sin alejarse de él.

— ¿Quieres terminar? 

Murmuró sorprendido. La idea siempre había estado ahí, tal vez rondando sus pensamientos y los míos alternando, no eramos el uno para el otro, pero tenerlo claro no nos detuvo.

—Quiero saber si puedes o no confiar en mí. Ir a ese crucero es necesario, volver a Siny no significa revivir el amor de las cenizas, es solamente una estrategia de la editorial.

Se quedó frió pasando una mano por su cabello sin mirarme. Lo sabía, estaba segura, él estaba al tanto de mis sentimientos, lo sabía, lo sabía y solamente una persona podía estar más segura de mi amor por Michael, él. ¿Por qué se aferraba tanto a tenerme a su lado?

—Debes volver —dijo sin más con una razón latente. Volver al Siny esperando no causar desastre alguno, volver al Siny esperando no ver a Michael o volver al Siny para terminar de matar mis sentimientos. 

Soñando Sobre Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora