Luego de refrescarme un poco decidí dejar el camarote siguiendo mi camino hasta una sala en donde todo el mundo se encontraba animado y bailando, aquello parecía una vista bastante irreal de la vida verdadera de un escritor, pero decidí unirme al pasar unos segundos postrada en el umbral de la sala. Fui a la barra de tragos mirando la variedad de botellas sin encontrar ninguna capaz de llenar el vacío en mi estómago, tal vez estar en ese lugar no era exactamente lo más oportuno, al final debía aceptar algo, deseaba estar ahí solamente para encontrarme con él, y no parecía estar ahí.
Pase a la cubierta del barco intentando huir del ruido incesante rompiendo mis tímpanos, pero incluso estando en ese lugar se podían percibir algunos de los acordes del piano, como si se tratará de una velada tranquila, a la luz de la luna con velas iluminando las estrellas.
—...mientras puedas soñar, soñar, soñar —escuche susurrar a alguien sin mucha claridad—, volver un sueño realidad...
La guitarra dominó el siguiente silencio con agilidad, su voz se volvió un suspiro, incitando a mi curiosidad buscar el camino hasta toparme con aquella misteriosa voz.
—Construir un sueño... Construir un sueño —era como si deseará darle sentido a la frase repitiendo una y otra vez las mismas palabras—, sueño, Soñando, estamos soñando...
Me acerqué a la voz cautelosa intentando identificar el timbre de quién emitía esas palabras taciturnas.
—Estamos soñando, todo es un sueño entre nosotros, algo construido de un poco de... ¿Coincidencias?
La nueva tesitura me hizo parar en seco conteniendo el aliento, apenas vislumbraba el par de siluetas a unos metros de mí con miradas cruzadas.
—Nuestro mundo no es tan complicado, es un mar de realidades alternas —di un par de pasos en su dirección para ver con más claridad como se miraban a los ojos mientras él le acariciaba la mejilla—. Muchas veces esas realidades son mejores a cualquier sueño —se acercó a ella con delicadeza mientras intentaba distinguir a la chica con quién se encontraba, ella no era Cressy, de eso estaba segura, la tesitura de su voz la delataba. Se quedó mirándola por un largo rato acercándose con cautela como si pudiera romperla solamente con su respiración. Ella le acarició una mejilla con la palma de la mano entera, se acercó un poco más dejando un beso en su frente.
La trataba como si fuera pura, como si sus manos fueran capaces de lastimarla solamente con la simple intención de tocarla, sin desearlo contuve el aliento, ese momento tan íntimo entre ambos me lastimó por completo. ¿Cuántas veces nos habíamos mirado de esa manera?
—No creí verte tan pronto, relativamente hablando —le dijo con cierta melancolía envolviéndolo con los brazos.
—Ni yo, siento que he vuelto a la vida que me gustaba tener.
—Parece lejano —asintió—, como parte de otra vida. Alimentarnos de recuerdos es peligroso Mikey.
—A veces es precisamente el peligro lo que le da sentido a la vida.
—No estamos hablando de escalar una montaña sin arnés o practicar paracaidismo, esta puede ser una muerte silenciosa, e incluso más dolorosa porque estas heridas no sanan sin tu consentimiento, no sangran y al no sangrar nadie cree en ellas.
—Esas son palabras de un poeta —dijo él con una risa ligeramente amarga—. Al parecer no soy el único con dotes de escritor en la familia.
Ella negó con la cabeza consciente de aquella estrategia para evadir sus palabras.
—Mike, necesitas avanzar, lo sabes.
—Si fuera tan fácil seguir... Probablemente no estaría contigo ahora, los recuerdos son una tierra segura, algo fácil de conseguir, algo que no cambia.
El tono de su voz se ensombreció poco a poco, como quien da un paso más cerca del abismo, ella no dejó de rodearle la cintura, pero él cambio de postura dejando descansar su rostro entre su cabello y su cuello, por un segundo pensé en ser descubierta, pero tenía los ojos cerrados, se aferraba a esos recuerdos tan preciados. Mis brazos se ciñeron a mi cuerpo como acto reflejo de su lejanía. Nunca lo había visto abrazar a alguien más, nunca lo imaginé cerrando los ojos de esa manera y de aquella vista me nació el deseo de acercarme para acunarlo entre mis brazos, dejarme llevar por la brisa del mar, respirar en su cuello, recordar como él lo estaba haciendo, quería recordar porque los recuerdos eran el único lugar seguro en mi presente.
—Todo va estar bien Mike.
—No lo sabes —di un par de pasos en su dirección guiada solamente por su voz—. Nadie puede asegurarlo —continuaba caminando hasta estar a un par de pasos, tan cerca que apenas podía contener el aliento—. Nadie puede.
Pasé a su lado rozando un poco su hombro.
—Lo siento —murmuré con la intención de obtener una mirada de Michael.
—No te preocupes —respondió quién lo abrazaba esbozando apenas media sonrisa.
No pude detenerme, fui derechos esperando desesperadamente escucha su voz a mis espaldas, esperando a sentir cuando tomará mi brazo para obligarme a mirarlo, mis pasos eran lentos, tan lentos como el tintineo de las estrellas. Pude escuchar sus últimas palabras viajar con premura por el viento como si la brisa deseará ayudarme a escuchar.
— ¿Quién era? —preguntó Michael.
—No lo sé, una chica...
—Creí escuchar la voz de alguien a quien conozco.
—Conoces a todo el mundo en este barco.
—Creí conocerte a ti, pero eso no es verdad, Yvonne.
Aquel nombre se quedó registrado en mi mente por varios minutos mientras continuaba con mi camino sin sentido alguno, no estaba segura de a dónde iba o si podía regresar a mi camarote por cuenta propia, y tampoco deseaba regresar a una habitación completamente desolada en medio del mar, ¿Cómo era capaz de concentrarme en algo diferente a esa escena? Abrazos, tan cercanos, con un beso tan casto como el que fue capaz de dejar en su frente, ¿Quién era ella? ¿Quién era Yvonne? ¿La había conocido antes o después de Monique? Y lo más importante cómo pudo olvidar hablarme de ella.
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Soñando Sobre Tu Piel
FanficLas páginas del libro se llenaron poco a poco, eran mis recuerdos, sus risas, cada vacío de su presencia era reemplazado por palabras, esas flotando a mi alrededor, me ayudaron a sobre llevar su ausencia, pero no quería pasar toda la vida acompañado...