—¿De verdad quieres volver a Italia? Tienes mucho en Montana, mucha historia y muchas maneras de volver a lo que eras antes de todo, quiero tenerte cerca —pidió mientras tomaba el último bocado de su almuerzo.
—Lo siento Erik, pero no puedo volver a caerme sobre mis propias rodillas, ya no quiero pensar en cuánto tiempo pasé en J-K esperando por algo maravilloso que los padres de Michael me arrebataron —me encogí en los hombros intentando apresurar mi comida—. Antes Montana parecía mi hogar y terminó por convertirse en un sueño, no puedo pasar tanto tiempo aquí sin extrañar mi vida en esos años.
—Tal vez todo vuelva a ser como antes.
—Eso es imposible, pero gracias por tu optimismo —bajé la mirada pensando en cómo debía sentirse en ese momento, cuanto debía doler su corazón y anteponiéndose a eso todavía deseaba darme ánimos para quedarme en Montana—. Admiró demasiado que te encuentres hoy conmigo a pesar de lo sucedido.
—No puedo llorar para siempre, no estaría bien —admitió poniendo su mano sobre la mía—. Ella no fue infeliz, no lamento nada de nuestra historia juntos y por el contrario agradezco haberla conocido, haberla amado, el mundo me regalo a oportunidad de tener a alguien como Cressy en mí vida, me duele perderle tan pronto, pero no la perdí, ahora ella está descansando en paz, eso debería darnos paz a todos.
—Es cierto —le tomé la mano elevando las comisuras de mis labios imitando muy de cerca una sonrisa.
— ¿Algún día volverás?
—En realidad no lo sé, cuando pienso en volver recuerdo J-K, a Michael, mi vida en el periódico, a Monica, a ti, todo antes de enamorarme de Michael, y duele ver mi vida el día de hoy.
— ¿Es tan mala?
—Paso los días en un departamento lejos de casa sin saber cómo salir de mi propia oscuridad, estoy intentando enfocarme en pasar más tiempo sanando todas mis heridas o enfrentándolas, pero no es fácil.
—Tal vez si tienes un poco de ayuda, quizá si Michael viaja contigo.
—No —aclaré desde ese momento—. No puedo arrastrar a Michael conmigo, no ahora mientras el sufre por no terne a Cressy a su lado.
—No es eso. No estaba listo para perderle, nadie lo estaba, y no es solamente por su ausencia, él siente que la ha defraudado.
— ¿Cómo podría hacerlo?
—No llegó a tiempo, le prometió traerte y ella de verdad deseaba hablar contigo, pero él no pudo llegar, hizo una promesa y no pudo cumplirla.
—Vaya...
La culpa no era solamente por pasar el resto del tiempo a su lado, la culpa era por no cumplir una de las peticiones de su mejor amiga, ¿cómo fui capaz de tomar esa petición como una excusa egoísta?
—Él también te necesita y no debería sufrir estando apartados el uno del otro —insistió de nuevo.
—Él no quiere viajar conmigo —le aseguré—. Tú le dijiste, le informaste de la hora del vuelo y no está aquí.
—Lisa...
—Entiendo tu preocupación, de verdad lo hago, pero no quiero ilusionarme, no ahora cuando estoy tan lejos de todo.
—No deberías hacerlo sola.
—Ya tomé esa decisión —le dediqué media sonrisa—. Ahora debo pasar por seguridad y luego abordar mi vuelo.
—Bien, hora de una nueva despedida —se puso de pie y me ayudo a hacer lo mismo. Caminamos teniendo una charla insignificante sobre lo ocurrido en los aeropuertos, las despedidas, las llegadas, al final le di un beso en la mejillas y la promesa de verlo en algún momento así como mantenerme en contacto.
Pase el vuelo y el viaje de vuelta al departamento perdida en la ilusión de ver a Michael llegar al aeropuerto para tenerme, como en una película romántica. Él caminando directo a dónde me encontraba gritando mi nombre con desesperación, irrumpiendo en la fila para tomarme entre sus brazos y no separarnos de nuevo, ahí se presentarían los créditos esperando que ambos pasáramos el resto de nuestras vidas juntos siempre felices, pero esa no era una película romántica, y él no había llegado al aeropuerto, no me había buscado entre fila, tal vez porque estaba respetando mi soledad, pero incluso en ese momento deseaba llamarle para pedirle ayuda, para decirle cuánto lo había necesitado en las últimas semanas.
Volví a casa esperando sin aspiración alguna, volvería a la rutina de mirarme al otro lado del espejo, a intentar erradicar las pesadillas y los malos pensamientos, a terminar la guerra conmigo misma, a soportar pasar el tiempo entre esas cuatro paredes, o el resto de mi estancia ahí.
Abrí la puerta mientras los últimos rayos del sol iluminaban la estancia, había una hoja en la mesa de centro que llamó mi atención.
“Soñando”
MJ
— ¿Soñando? —mi vista se dirigió a la ventana de manera instintiva y el enorme espectacular le dio un poco de sentido a la frase.
“Soñando...”
En un mundo diferente.Un nuevo libro de
Michael Jackson.—
Un nuevo libro —sonreí por primera vez en mucho tiempo acercándome al balcón con cuidado saliendo a la intemperie. Lo había hecho, tenía un nuevo libro, una nueva mirada a su preciosa mente.
—Sí, lo inicié hace mucho tiempo, no tenía forma alguna.
— ¿Cambio?
—Tú llegaste a mi vida —estaba a mi lado recargado sobre la pared con media sonrisa entre los labios y el cabello despeinado por el aire—. No lo sabía entonces, pero tú serías lo más importante en mi vida —se acercó a mí mordiendo su labio inferior, sus ojos estaban puestos sobre los míos en todo momento. Se colocó en mi espalda y me envolvió en un abrazo—. No vas a luchar sola, no debes hacerlo y no te dejaré hacerlo —dejó un beso en mi mejilla con ternura.
— ¿No debes volver a casa, a J-K?
—No necesito preocuparme por eso nunca más, el libro fue un proyecto independiente a J-K, supe de tu renuncia después de la mía, pero nunca me sentí mejor.
— ¿Dejaste a tu familia?
—Tú eres mi familia.
Sus palabras eran hermosas, sus acciones, el tenerlo cerca de mí.
—Te amo —me acerque a sus labios y disfrute de ese atardecer en Italia, disfrute de tenerlo cerca.
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Soñando Sobre Tu Piel
Fiksi PenggemarLas páginas del libro se llenaron poco a poco, eran mis recuerdos, sus risas, cada vacío de su presencia era reemplazado por palabras, esas flotando a mi alrededor, me ayudaron a sobre llevar su ausencia, pero no quería pasar toda la vida acompañado...