Capítulo 16 "Familia"

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Los días habían pasado como el vino por mi garganta, apenas recordaba si habían pasado dos o tres días desde la última vez, apenas estaba en condiciones de mantenerme en pie cada noche y podía imaginarme cómo podría sentirse mi madre al mirarme en esas condiciones.

—Estás aquí de nuevo.

—Aquí estoy de nuevo —repetí con el mismo tono agrio.

— ¿Y Michael?

—Es tu hermano, deberías saberlo mejor que yo —vertí el resto del a copa entre mis labios intentando disimular el sabor agrio. 

—Mi relación con él no es tan buena como la tuya. 

—Si pudieras tratar a alguien con un poco de respeto, tal vez tendrías una mejor relación con el mundo.

—Sí, pero... mmmh no soy bueno siendo amable —extendió un brazo por encima de mis hombros, acto seguido y con una cara de completa repulsión quité el brazo de mi alrededor—. Vamos Lisa, no necesitas ser tan ruda conmigo, después de todo casi somos familia.

—Ustedes no son la familia de Michael, el no podría llamarlos así sin importar cuanto lo deseara. 

Esta vez lo miré directo a los ojos, me desafiaba con la mirada ladeando la cabeza sin esperar algún argumento de mi parte.

—La familia no te abandona, no te hace daño y tampoco desea someterte, dentro de esa descripción no hay nadie a quien Michael pueda llamar "Familia".

—Tienes razón —asintió mientras el barman llenaba mi copa de nuevo—. Pero sobrevivió a mi abandono, ¿lo hará al tuyo? —su pregunta me hizo dar un respingo—. Tú eras su familia —se aprovecho de mi silencio—, tal vez nunca pudo contar conmigo, pero sin duda esperaba contar contigo y no tener a quien siempre prometió estar contigo debe ser complicado —dejo un par de billetes en la mesa poniendo su mano en mi hombro—. Suerte con ese cargo de conciencia. 

—No —me burlé—, no fui quien lo abandono, no fui quien lo dejo con la promesa de estar juntos por siempre, ese no era mi cuento. Supongo que la culpa de ver rotas todas mis ilusiones es mía, pero no el dolor de tu hermano.

—Oh, Lisa, seguiste el plan justo como estaba escrito, cada lágrima, cada paso, eres culpable de ese plan.

—Soy una víctima de ese plan.

—Tal vez estás demasiado mareada, pero es la verdad, ese plan cobró sentido gracias a ti, y si tuvieras la valentía para enfrentarte a tus sentimientos, Michael estaría libre en estos momentos, no siguiendo paso a paso lo estipulado por los maestros del engaño —carraspeo sin soltarme—. Puedes creerte una victima, no estoy en contra, todos tomamos esa postura cuando queremos afrontar nuestra propia responsabilidad.

—No es su responsabilidad —escuche intervenir una voz melosa, bastante aguda sin reconocerla del todo—. Estar en condiciones de una victima es probablemente el resultado de ser criado sin arma alguna para defenderse, no puedes culpar de nada sus acciones, Michael tanto como tú y yo era parte de todo ese juego siniestro para mantenernos sometidos, tal vez esperaban más de él, y por esa misma razón no pueden dejarlo ir.

—Entonces sí estás aquí. 

—Si algo de ese linaje continua en mi interior, lo estoy. 

Tomé la copa de vino con una velocidad casi vertiginosa, tal vez Michael era el juguete favorito de sus padres, tal vez era el ejemplo perfecto de un soñador reprimido, pero no era débil, no era la clase de persona que podían pisotear sin obtener respuesta alguno. 

—Vaya, no te creí capaz de aparecer en todo este tiempo, pareces un verdadero espejismo —se burló de ella—. Tal vez para ti Miky es un ser extraordinario, como lo creen mis padres o el resto del mundo, tal vez es capaz de elevar cada uno de sus talentos a un nivel completamente lejano, pero aquello puedes ser engañoso, todo de él es solamente la fachada de una hermosa mansión que está a punto de colisionar, es mortal, tan mortal como tú y yo. 

Baje la mirada por esa ultima verdad. Era mortal, era tan mortal que no podía evitar equivocarse, no podía evitar tirar a la nada un sentimiento tan grande como el nuestro, sin importar cuanto admiraba su persistencia esas palabras me lastimaban, seguían presentes mientras las imágenes quemaban mis ojos la punto de hacerme soltar un par de sollozos intentando aliviar el dolor. No recordaba sentirme tan rota, no recordaba un herida tan profunda como la suya. 

¿Cressy, te casarías conmigo? —esa era mi pregunta, ese era mi momento, ese era el hombre a quien amaba y pese a todo continuaba amando.

Gire la mirada a la misma mano en mi hombro, la tome alejándola de mí cuando decidí abandonar el lugar. Todo comenzó a nublarse para mí, ambas miradas perplejas se centraron en mis ojos esperando algún movimiento. Di un par de pasos torpes casi tropezando con la chica a quien le debía todos mis celos momentáneos, Yvonne, con el cabello alborotado y sus ojos marrones, esos ojos marrones.

—Necesitas ayuda.

—No quiero nada de ti —continué intentado llegar a la puerta sin apoyarme en ninguna pared. 

—Lisa, te acompañare a tu habitación, la mía está en el mismo rumbo —menciono Jermaine

—No quiero nada de ti, no quiero nada de ningún Jackson. Absolutamente nada. 

Avance de nuevo sin encontrar un punto de equilibrio, cada parte de mi cuerpo seguida su propio curso sin obedecer ordenes de mi cerebro, mis ojos solamente intentaban mantenerse en un punto dijo mientras continuaba avanzando, por alguna razón el piso no fue parte de mi trayectoria, continuaba avanzando sin enterarme de mi entorno, sin entender cómo era capaz de beber hasta perder el conocimiento cada noche. 

—Estarás bien —escuché su voz, lejana, lejana e irritante.

—Déjame. 

—Tal vez compartí mucho de mi vida con los Jackson, pero no soy como ellos. 

—No, no, si fueras como ellos Michael no te miraría con esa ternura creciente en sus ojos, su sonrisa no sería tan brillante a tu lado, definitivamente no eres como ellos. 

—En realidad no lo entiendes, pero prometo aclarar todo en cuanto la sobriedad llegué a tu mente. 

—No necesitas aclararme nada. 

—Ambos son igual de obstinados, parecen almas gemelas. 

—Eso no debe ser de tu agrado.

—En realidad es complicado aceptarlo, siempre me pareció un niño, un pequeño niño de 5 años con talento por todo el cuerpo, nunca fui capaz de imaginarlo enamorado o persiguiendo a una chica, pero parece estar muy enamorado de ti. Ese libro esta cargado de su amor, por primera vez leí un final feliz. 

Mis manos se apoyaron sobre una puerta, el numero apenas era legible para mí. 

—Te he seguido un poco —admitió con cierta culpa buscando mi llave en mis bolsillos—, quería saber quién fue capaz de hechizar al pequeño Michael. Tu primera impresión no es muy buena.

—No necesito tu aprobación. 

—Lo imagine —la puerta se abrió frente a mí, esa maldita oscuridad era capaz de matarme en cualquier momento—. Solamente me preocupas un poco.

—No debería. Adiós.

Intenté cerrar la puerta tropezando de nuevo, esta vez con un par de hojas en el piso, decidí no tomarle importancia. Yvonne ilumino el camarote mientras yo terminaba por encontrar la cama.

—Habla con él —sugirió—. Dejaré esto en el tocador.

— ¿Por qué haces esto? Traerme, espiarme, preocuparte, ¿Cuál es tu propósito? 

—Te lo diré mañana. Te espero en la escotilla cuando desees obtener tu respuesta, si puedes recordarlo entonces podrás comprender porque casi somos familia. Hasta pronto.

Apenas pude mantenerme incorporada, se fue dejando todo en completa oscuridad, la misma oscuridad de cada sueño perdido en alcohol. 

Soñando Sobre Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora