Capítulo 5

7.2K 656 26
                                    

Era la primera vez que sentía esa sensación de felicidad, pero yo no podía.... No podía permitírmelo.... Yo no tenía derecho a sentirla.

— ¿Estás bien? —pregunta el hombre con preocupación. Iba a responderle que no pero... su "¿Estás bien?" enmudeció aquella respuesta....

"¿Antes me estuvo hablando en japonés?"

— Un momento.... ¿En qué idioma se supone que estamos hablando?, ¿Hablas japonés? —Le pregunto a Milandri-san.

— Sí, señor —(dice Milandri-san en italiano) —resulta que mi hermana se casó con un japonés y mi cuñado y yo teníamos muchas cosas en común así que aprendí muy rápido, necesitaba comunicarme desesperadamente jajaja —dice burlonamente en japonés.

— HAHAHAHA!!! —no puedo evitar reírme por las muecas que hace.

— ¡Wooooa! Cuidado con el plato, se caerá —dijo volviendo a sostener el platillo.

— HAHA emmm! Perdón es que me pareciste muy gracioso, realmente jamás había conocido a alguien como tú, perdón por haber sido tan rudo —Si... era cierto y hace tiempo que nadie me sacaba una sonrisa acompañada de un dulce merengue de risas junto a la salvación de un pastel de chocolate que estaba a centímetros de ser historia.

— Y bien....DESCONOCIDO ahora que somos conocidos te dejaré para que disfrutes de tu desayuno....mmmm será mejor si comes en una mesa estarás más cómodo.

Bajamos por las escaleras pero de repente surge una nueva interrogante dentro de mí...

"¿Cómo me habrá subido Milandri-san hasta su cuarto?",

"¿En forma de princesa o como un costal de papas?", le miro con curiosidad y me mantengo en silencio para no escuchar una respuesta vergonzosa.

Cuando llegamos a su comedor me doy cuenta de que se hallaba junto a su cocina, la cual me parece muy enorme, aunque lo que más me impacta es el pequeño reloj que estaba sobre la mesa.

— ¡¿LAS OCHO A.M.?!, ¡MIS CLASES! —digo alterado —¡¡¿Qué día es hoy Milandri-san?!!

— Eeee ¿martes 5 de agosto? —Su respuesta me deja devastado.

— ¡¿Qué voy a hacer no sé ni dónde estoy ni cómo llegar a la universidad?! Y estoy apestando a cerveza —grito histérico.

— Cálmate, no lograrás nada poniéndote así —dice tomándome del rostro, su acción me deja congelado.... Pero "¿Por qué?", "¿sería porque no estaba acostumbrado a que las personas me tocaran?" —¿A qué hora comienzan tus clases? —pregunta me haciéndome reaccionar.

— Ammmm....... 9:00 a.m.? —respondo dudoso.

— ¿Estás seguro? porque parece que no —dice Milandri-san desconfiado.

— Sí, estoy seguro. He visto mi horario tantas veces, solo que sigo algo aturdido —protesto.

— Tranquilo, era solamente para estar seguros. Y dime... ¿A qué universidad vas?

— mmm a la que está sobre la avenida Libertad, al norte de la ciudad.

— Aunque no lo creas no estamos tan lejos, vamos come rápido —me indica con la mirada para que me siente —hasta que acabes traeré algo para ti —dice volviendo hacia las escaleras, claro, sin antes poner el platillo y la tasa sobre la mesa para mí.

"Realmente desearía saber que estará yendo a traer, me avergüenza ser tan abusivo con alguien que apenas conocí y que me está invitando un desayuno en su propia casa.....no sé nada sobre el......."

".....a excepción de su nombre y que vive en una pastelería."

Para cuando terminé el pastel él ya había regresado con ropa.

— Vamos cámbiate rápido, aquí al lado está el baño —lo miro con vergüenza y como si supiese mis pensamientos agrega —Es la ropa que usaba cuando tenía 17 no sé porque tenía guardadas algunas prendas, así que no sientas pena.

"WOOOOOOO ¡¿Esta ropa es de cuando tenía 17 años, tanto tiempo?!"

Salgo del baño ya listo y Milandri-san me lleva a la entrada de su pastelería.

— Ve recto 5 cuadras hasta que veas un puente a tu derecha, crúzalo y sigue recto, tienes 15 minutos para llegar...ah! Y una cosa más —Milandri-san busca entre los bolsillos de su pantalón, agarra mi mano y coloca unos caramelos —Es para que seas feliz —dice con una sonrisa brillante.

"¡¿Quién suele decir eso?! Realmente mm me pone colorado, no soy un niño"

— Mummm...Mu...Muchas grrr...gracias, yo vvvv...volveré mañana a devolverte tu ropa, realmente ¡¡¡muchas gracias!!! —hago una reverencia en forma de agradecimiento (como acostumbran los japoneses) y me incorporo.

GOLPE!!!

— ¡¡¡AAAUCH!!! Mi nariz —Milandri-san se queja ante el dolor por el impacto de mi cabeza de concreto contra su nariz, que vergüenza.

— Lo...¡¡¡lo siento!!!!

— Está bien yo no debí acercarme mucho jeje, será mejor que te vayas o llegarás tarde.

— Realmente estoy apenado le he causado tantos problemas.

— Estoy bien, descuida... vete a clases tranquilo —Aún con la mano sobre su nariz puedo ver una sonrisa que no era para nada fingida, doy pasos hacia atrás y me alejo corriendo muy avergonzado, con la cara colorada, y con un nudo en la garganta.

"......Soy un caso perdido", pienso deseando que de alguna forma la tierra pudiese tragarme y hacerme olvidar todo este papelón.

Hasta que me Empalague de Ti [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora